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¿Por qué Japón lleva invertidos US$ 600 millones en dos rocas en medio del mar?

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Atolón Okinotori. Foto: Wikipedia Commons

OKINOTORI

La decisión del país asiático de invertir siderales sumas de dinero en el mantenimiento del atolón no es bienvenida por China por sus recursos estratégicos.

Con una superficie de 7,65 km², el atolón Okinotori está ubicado sobre el Mar de Filipinas, a mitad de camino entre el territorio estadounidense de Guam y Taiwán. A 1.700 kilómetros de Tokio, estos islotes son de suma importancia para la economía de Japón. Tal es su interés que el país asiático lleva invertidos US$ 600 millones para que esas rocas sean consideradas islas. Con ese status , este enclave ampliaría su zona económica exclusiva (ZEE).

Para reconstruir un puesto de observación en Okinotori , Japón invirtió en 2016 US$ 100 millones. Y dicha erogación, lejos de pasar inadvertida, reavivó una antigua disputa sobre el territorio marítimo entre Tokio y Beijing.

¿Cuál es el motivo? La decisión de Japón de invertir siderales sumas de dinero en el mantenimiento del atolón no es bienvenida por China, ya que el área es rica en recursos naturales: pesca, potenciales depósitos enormes de petróleo, otros recursos energéticos, y metales raros. De obtener el estatus de isla, Okinotori le proporcionaría a Japón una ZEE cercana a las mismas superior a 430.000 km².

En clara postura contraria a Tokio, Pekín ha insistido en que Okinotorishima -nombre en japonés que significa isla remota de pájaros- comprende rocas, no islas, y por ende es territorio inhabitable. Argumento que tiraría por tierra el reclamo de Japón.

En este sentido, la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLS, por sus siglas en inglés) define isla al "área de tierra formada naturalmente, rodeada de agua, y que está sobre el agua durante la marea alta (pleamar)". En contraposición, la UNCLS excluye de esa definición a "rocas" ya que no pueden sostener la vida humana o la actividad económica, y aclara que carecen de zona de actividad económica exclusiva y de plataforma continental .

¿Qué es lo que ha venido haciendo Japón para conseguir el estatus de isla? Ha desarrollado un plan para hacer de esa zona islas artificiales con miles de toneladas de arena y cemento. Además, han buscado evitar que los lechos de coral desaparezcan bajo del mar.

Se estima que desde la década de 1980 Japón lleva invertidos cerca de US$ 600 millones en la construcción de rompeolas de acero y cubiertas de cemento. Estructuras para evitar la erosión de los dos islotes que sobresalen del agua durante la marea baja (bajamar). En las imágenes de la zona también se puede ver un tercer islote cubierto por una red de titanio para protegerlo de las olas. Además, se construyó un observatorio de tres pisos desde el que se realiza un seguimiento remoto de los barcos en la zona y se recogen datos del área.

Este enclave en medio del Mar de Filipinas fue avistado por primera vez en el siglo XVI. Sin embargo, Japón recién demostró su interés hacia la primera mitad del 1900. En 1939 habían comenzado a construir de una base con fines de observación, pero todo quedó interrumpido con el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Luego de la Gran Guerra, el territorio quedó en poder de los Estados Unidos y, años más tarde, volvió a manos niponas.

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