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Desautorizó dichos de su “equipo” y dijo que los ministros solo se conocerán por sus redes.
Jair Bolsonaro cierra su primera semana como presidente electo confirmando algunas designaciones clave —como las de Sergio Moro y Paulo Guedes, los "superministros" que tendrá el futuro gabinete—, pero también buscando poner un poco de orden en su propio equipo y bajando a tierra algunas de sus propuestas de campaña.
El gabinete está decidido "por lo menos en un 80%", dijo Bolsonaro, aunque precisó en Instagram: "Anunciaré oficialmente los nombres en mis redes. Cualquier otra información carecerá de credibilidad y será malintencionada".
Ayer viernes, pese a que también en Brasil fue feriado, Bolsonaro se reunió en su domicilio de Río de Janeiro con Onyx Lorenzoni, futuro ministro de la Presidencia, con quien definió el cronograma de la próxima semana.
Bolsonaro viajará el martes a Brasilia, un día después se reunirá con Michel Temer y el jueves regresará a Río de Janeiro, donde se ha refugiado desde que venció en la segunda vuelta del pasado 28 de octubre.
"Es momento de hablar poco y trabajar mucho (...) Quien hablará el próximo miércoles será el futuro presidente de Brasil", dijo Lorenzoni al salir de la reunión con Bolsonaro.
El presidente electo estuvo recluido en su domicilio parte del día y posteriormente viajó hasta la base naval de la Restringa de la Marambaia, una instalación de la Marina que posee una paradisíaca playa reservada.
A diferencia de otros días, utilizó ayer las redes sociales con menor frecuencia y en una de las ocasiones lo hizo para desautorizar declaraciones de colaboradores sobre diversos asuntos, entre ellos la reforma del sistema de pensiones, la cual ha prometido que llevará a cabo. "Desautorizo informaciones prestadas a los medios por cualquier grupo bautizado como equipo de Bolsonaro especulando sobre los más variados asuntos, tales como (el impuesto) CPMF, la reforma del sistema de pensiones, etc.", afirmó a través de Twitter.
Desautorizo informações prestadas junto a mídia por qualquer grupo intitulado “equipe de Bolsonaro” especulando sobre os mais variados assuntos, tais como CPMF, previdência, etc.
— Jair M. Bolsonaro (@jairbolsonaro) 2 de noviembre de 2018
Además de Lorenzoni como ministro de la Presidencia, Bolsonaro ha confirmado que Guedes asumirá un superministerio que abarcará Hacienda, Planificación e Industria; el astronauta Marcos Pontes estará al frente de Ciencia y Tecnología y el juez Sergio Moro será el titular del otro superministerio, el de Justicia y Seguridad Pública.
Moro, responsable del caso Lava Jato, envió a prisión al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva por corrupción y lavado de dinero. Su designación como ministro generó fuertes críticas en el seno del Partido de los Trabajadores (PT) de Lula, que cuestionó la "parcialidad" del magistrado durante el juicio al expresidente brasileño.
El juez tendrá carta blanca para combatir la corrupción y el crimen organizado, en un ministerio que reunirá las carteras de Justicia y de Seguridad Pública, así como algunos órganos de otros ministerios especializados en el combate al lavado de dinero o en la fiscalización de negocios públicos.
El gabinete de Bolsonaro tendrá entre 15 o 16 ministerios, de los 29 que existen actualmente. Una de las ideas del futuro Gobierno era fusionar las carteras de Agricultura y Medio Ambiente, pero Bolsonaro admitió esta semana que podría desistir de esta medida, en medio de las críticas de ecologistas y productores rurales.
Bolsonaro dijo esta semana que quería avanzar la reforma del sistema jubilatorio, considerada crucial, debido al "déficit monstruoso" que genera en las cuentas públicas.
"Si se quiere imponer 65 años" como edad para poder jubilarse "se tienen muchas probabilidades de fracasar, entonces, 62 años", declaró luego de su elección.
También dijo que estaba decidido a armar "a la gente de bien". Su futuro ministro de Defensa, el general Augusto Heleno, es partidario de recurrir a francotiradores de élite para matar a criminales armados, incluso en casos en que no ha-ya confrontación con las fuerzas del orden.
Sus primeros desplazamientos al extranjero serán a Chile, Estados Unidos e Israel, y no como era tradicional a la vecina Argentina.
Tras su victoria, el embajador de Israel en Brasil, Yossi Shelley, viajó a Río para felicitar personalmente a Bolsonaro por su decisión de trasladar la embajada de Tel Aviv a Jerusalén.
Italia saludó la llegada al poder de Bolsonaro y Matteo Salvini solicitó inmediatamente la extradición del "terrorista rojo" Cesare Battisti, radicado desde hace años en Brasil. En respuesta al hombre fuerte del gobierno italiano, el diputado Eduardo Bolsonaro, hijo de Jair Bolsonaro, tuiteó sin rodeos: "Pronto les llega el regalo".
Negociaciones comerciales sin ideología
Jair Bolsonaro se reunirá la próxima semana con el embajador de China, Li Jinzhang, debido a que espera que su Gobierno pueda tener negocios con todos los países del mundo sin distinción ideológica. China es el mayor socio comercial de Brasil, tanto como destino de exportaciones como fuente de importaciones. Bolsonaro dijo que las reuniones que tuvo este miércoles con los embajadores de Estados Unidos y España se limitaron a "conversaciones protocolarias" de una fase de "luna de miel".
Malestar y protesta de palestinos
Los palestinos tildaron ayer viernes de "provocadora" la decisión de Jair Bolsonaro de trasladar de Tel Aviv a Jerusalénla embajada de Brasil en Israel."Es una medida provocadora, que es ilegal en virtud del derecho internacional y que solo desestabiliza a la región", declaró a la AFP Hanan Ashraui, del comité ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).
Donald Trump fue el primero en trasladar la embajada de Estados Unidos a Tel Aviv en mayo pasado. Guatemala y Paraguay le siguieron, aunque el gobierno paraguayo luego dio marcha atrás. El grupo Hamás también condenó la decisión de Bolsonaro. "Se trata de una decisión hostil", reaccionó en Twitter Sami Abu Zahri, el portavoz de Hamás.
Jair Bolsonaro dijo que no tiene sentido mantener relaciones diplomáticas con Cuba porque el régimen comunista pisotea los derechos humanos. En una entrevista con Correio Braziliense ayer viernes, Bolsonaro criticó el programa Mais Medicos, bajo el cual 11.420 doctores cubanos trabajan en zonas pobres o remotas de Brasil. Dijo que el 75% de los salarios de los médicos se pagaba al Gobierno cubano y que sus hijos no tenían permitido reunirse con ellos en Brasil, citando el caso de una doctora cuyos tres niños pequeños tuvieron que quedarse en la isla. "Eso es sencillamente una tortura para una madre. ¿Podemos mantener relaciones diplomáticas con un país que trata a su gente de esa manera?", dijo.