Los antiguos aliados del kirchnerismo tienden puentes y Macri les planteó un nuevo enfoque.

Tras 12 años de relaciones tensas con la región, Argentina busca encauzar el relacionamiento con su nuevo presidente Mauricio Macri. Ayer, empezó a mostrar algunos gestos que buscan restablecer el vínculo en ciertos casos y en otros mejorarlo.

"Le prometí a la presidenta (de Chile, Michelle) Bachelet que iba a bailar con ella", dijo Macri, tras recibir la banda presidencial, y danzar durante algunos minutos en el balcón de la Casa Rosada, la sede del Poder Ejecutivo.

No fue el único gesto que tuvo Macri con sus nuevos colegas. El miércoles, un día antes de su investidura, jugó al fútbol con Evo Morales, quien fue el único jefe de Estado de la región que estuvo en el acto de cierre de Cristina Fernández de Kirchner como presidenta.

Desde que Macri fue elegido como presidente el 22 de noviembre pasado ha insistido en fomentar un buen relacionamiento con los países vecinos.

Ayer, tras jurar en el Congreso como nuevo presidente, hizo su primer discurso y aprovechó para dar un mensaje a los mandatarios de los países de Sudamérica (menos Venezuela) que asistieron a su asunción: "Tenemos una visión nueva de la política. Somos hijos de este tiempo y tratamos de comprenderlo sin prejuicios ni rencores. Creemos en la unidad y la cooperación de América Latina y el mundo", expresó.

El nuevo presidente le manifestó a sus colegas que "es necesario superar el tiempo de confrontación". Y les dijo que cree "en el fortalecimiento de la democracia como única posibilidad de resolver los problemas de sociedades diversas".

Luego de dar ese discurso, y de recibir la banda presidencial, Macri r fue saludado por las delegaciones extranjeras en el Palacio San Martín, la sede de la Cancillería.

La primera en ingresar a ese lugar fue la nueva ministra de Relaciones Exteriores, Susana Malcorra. La diplomática, quien ofició de anfitriona, destacó "las relaciones" que ya comenzó a realizar el nuevo presidente a raíz de la visita a Brasil y Chile, en donde se reunió con Dilma Rousseff y Michelle Bachelet. Malcorra también afirmó que "no se puede plantear" una política nacional de vínculos internacionales "sin pensar en los Estados Unidos porque es una potencia mundial".

En el Palacio San Martín, el flamante mandatario encabezó la recepción de los presidentes de Bolivia, Chile, Paraguay, Perú, Uruguay, Colombia y Ecuador y el rey Juan Carlos de España, entre otras decenas de representantes extranjeros.

Tras los saludos, el presidente ecuatoriano Rafael Correa, se refirió a los lazos que tendrá con el nuevo Gobierno argentino. "Yo creo que la integración sobrepasa cualquier ideología: de derecha, de izquierda, los gobiernos estamos muy comprometidos con la construcción de la Patria Grande", señaló el presidente ecuatoriano.

Y reivindicó a la antigua administración. "Sin lugar a dudas, Néstor Kirchner y la presidenta Cristina Kirchner han sido presidentes históricos, no pueden negarlo, recuerden cómo recibieron Argentina, se levantó como el Ave Fénix; ella es una queridísima amiga y una de las personas más brillantes que conozco", señaló.

Por su parte, el mandatario boliviano, Evo Morales, destacó el discurso inaugural de Macri. "Fueron palabras muy alentadoras, convocando al diálogo a la oposición, porque cuando hay enfrentamiento pierde el pueblo, cuando hay entendimiento gana el pueblo".

Después de la recepción, Macri estrenó su agenda exterior como presidente con una reunión con el mandatario peruano, Ollanta Humala, y un encuentro con su par de Paraguay, Horacio Cartes.

En tanto, Dilma Rousseff aterrizó ayer en Buenos Aires con demora, y no pudo asistir a la ceremonia de toma de posesión de Macri. Según el ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil, la demora fue causada por una falla en Argentina en la habitual "zona de exclusión" reservada para los vuelos de jefes de Estado. De todas formas, llegó a la Casa Rosada y mantuvo un breve contacto informal con Macri. No asistió a la recepción en la Cancillería y retornó rápidamente a su país.

El único que no asistió fue el venezolano Nicolás Maduro.

Varios dirigentes peronistas desobedecieron la orden de la expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner y se presentaron en el Congreso para la jura del nuevo presidente Mauricio Macri.

Se trata del exgobernador de Santiago del Estero (y actual vicepresidente del Senado) Gerardo Zamora, el exgobernador de Tucumán José Alperovich, el senador Omar Perotti, el exgobernador de la provincia de Buenos Aires (y rival en el balotaje presidencial) Daniel Scioli, y Juan Manuel Urtubey, quien adelantó para ayer, a las 8 de la mañana, su propia ceremonia de asunción como gobernador de la norteña provincia de Salta para asistir al Congreso al mediodía.

Esta situación se originó luego de que Cristina Fernández anunciara que no asistiría a la asunción de Mauricio Macri, tras la insólita discusión por dónde debía ocurrir el traspaso de atribuciones. Tras esa decisión de la expresidenta, el bloque oficialista, el Frente para la Victoria, realizó una conferencia de prensa en la que anunció que acompañaba su postura.

Héctor Recalde, jefe del sector, dijo que los legisladores que ahora pasaron a formar parte de la oposición, no asistirían al Congreso "en solidaridad" con la exmandataria argentina.

En el debate en el bloque kirchnerista del Senado las posturas estuvieron divididas, aunque una mayoría de legisladores propiciaba asistir a la ceremonia de ayer. El jefe del bloque kirchnerista Miguel Pichetto decidió dar libertad de acción a sus pares para asistir a la Asamblea Legislativa.

"La democracia está primero, y todo lo que sea bueno para la democracia nos tendrá a lo santiagueños unidos y obrando en consecuencia", señaló Gerardo Zamora, sobre su decisión de participar en la asunción de Macri.

La expresidenta argentina Cristina Fernández no participó ayer de la asunción de su sucesor, Mauricio Macri, y partió ayer desde la ciudad de Buenos Aires rumbo a la sureña provincia de Santa Cruz, para asistir a la investidura de su cuñada, Alicia Kirchner, como nueva gobernadora.

Santa Cruz es un bastión kirchnerista, gobernada por el fallecido Néstor Kirchner entre 1991 y 2003, cuando asumió como presidente de Argentina.Además, el expresidente argentino fue alcalde de la capital provincial.

Fernández, que finalizó a medianoche de ayer su segundo mandato, abordó a las 15:20 un avión de Aerolíneas Argentinas en el aeroparque porteño Jorge Newbery.

La exmandataria se sentó junto a su hijo, Máximo Kirchner, diputado electo por la provincia de Santa Cruz, en clase turista, para sorpresa del resto de los pasajeros, que aprovecharon para registrar el momento con sus teléfonos celulares. La ex presidenta, además, viajó acompañada por su perra "Lolita".

Entre las declaraciones que dio a militantes y curiosos, la ex presidenta reconoció que no vio por televisión ninguna de las ceremonias de asunción de Mauricio Macri. Según informó el diario Clarín, la esposa del difunto expresidente Néstor Kirchner estuvo a "a las corridas con los preparativos del viaje".

Durante el vuelo, le preguntaron por qué viajaba en clase turista, a lo que respondó: "¿y qué querés, que vaya en el ala?".

El traspaso de los atributos presidenciales fue el eje de discusión con el macrismo durante los últimos días. Es costumbre que el presidente saliente, en este caso Cristina Kirchner, entregue allí los atributos de mando. Pero, ella quería realizar el traspaso en el Congreso, luego de la jura, mientras que Macri pretendía hacerlo en Casa Rosada, como finalmente sucedió.

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