JERUSALÉN
El partido de Beny Gantz, Azul y Blanco, ha dejado de tratar de negociar una solución con el Likud de Benjamín Netanyahu.
El primer ministro Benjamín Netanyahu y su principal socio, Beny Gantz, siguen enfrentados por los presupuestos y el Parlamento se disolverá automáticamente si estos no se aprueban antes del próximo miércoles.
Ante la inestable política israelí -donde a menudo los desacuerdos se llevan al límite como medida de presión-, nadie descarta posibles pactos de última hora, pero tras meses de desconfianza y constantes fricciones, medios y analistas no prevén que el primer ministro y el titular de Defensa alcancen un acuerdo que evite otras elecciones.
El partido de Gantz, Azul y Blanco, ha dejado de tratar de negociar una solución con el Likud de Netanyahu. Su desconfianza es máxima, sus posturas siguen alejadas, y encontrar un acuerdo presupuestario parece una opción cada vez más remota.
Este ha sido el asunto principal que enfrentó a Gantz y Netanyahu en los últimos meses: el primero pide aprobar un presupuesto bianual para 2020 y 2021, como estipula su pacto de coalición, pero el segundo se niega y quiere aprobar solo uno para 2020.