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Iba a estallar una bomba, se sacó una selfie y el artefacto explotó antes de tiempo

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Foto: La Nación | GDA

Argentina

La mujer y su pareja habían entrado disfrazados al cementerio de la Recoleta de Buenos Aires. 

El intento de atentado en el cementerio de la Recoleta falló cuando la activista Anahí Esperanza Salcedo cometió un error garrafal en el momento de manipular el explosivo para colocarlo en el mausoleo del coronel Ramón L. Falcón (exmilitar y ex jefe de la policía argentina): tratar de sacarse una selfie con su celular. En el intento, la bomba casera que iba a dejar allí le estalló, antes del tiempo previsto, a un metro de la cara.

Fuentes del caso confiaron que los investigadores recuperaron el celular de Salcedo, que quedó frente al mausoleo del jefe de Policía asesinado hace 109 años, lugar elegido para el ataque anarquista. Esos informantes comentaron que en ese teléfono quedaron registradas imágenes, tanto en fotos como en videos, de los preparativos finales del ataque.

Los investigadores tienen la imagen del estallido registrada en esa selfie final. Salcedo, de 34 años, perdió tres dedos de la mano derecha y sufrió una seria lesión en el rostro que la mantiene internada, en coma inducido, en el hospital Fernández.

Antes de entrar en ese estado de sedación, alcanzó a confesar que le había fallado el temporizador de la bomba casera, según explicaron fuentes de la pesquisa.

La mujer y su acompañante en ese frustrado ataque fueron los primeros dos detenidos del grupo anarquista que tenía su base de operaciones en un conventillo usurpado en la calle Pavón 2345, en el barrio porteño de San Cristóbal, donde esta madrugada fueron apresados 10 activistas.

En el procedimiento fueron secuestrados materiales para armar explosivos similares a los utilizados en el ataque en la Recoleta.

En la casa donde vivía Anahí Salcedo, en Don Torcuato, partido de Tigre, la policía encontró un plano hecho a mano alzada que precisaba cómo llegar hasta el mauseleo de Falcón, una vez dentro del cementerio de la Recoleta.

Ayer, poco más de una hora después de este atentado, otro anarquista, Marco Viola, de 26 años, fue arrestado por la custodia del juez Claudio Bonadio luego de que arrojara un artefacto explosivo en la residencia del magistrado, en el barrio de Belgrano R.

Esa bomba casera -que los investigadores policiales definieron como "más sofisticada" que la que explotó en la Recoleta- no detonó. Hoy continuaban los allanamientos en otros reductos frecuentados por ese grupo anarquista, que estaría vinculado con otros ataques explosivos llevados a cabo este año.

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