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La hora señalada

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A la hora señalada" fue el nombre español de "High Noon", la película de los años 50 en la que Gary Cooper y Grace Kelly terminan enfrentando a una banda de forajidos. El título español hace referencia a los momentos fatídico que llegan inexorablemente para saldar viejas cuentas.

En Argentina parece acercarse "la hora señalada". El país se pregunta si Cristina irá presa. Una parte, deseosa de que eso ocurra y convencida de que será justicia; y la otra convencida de que se trata de una típica persecución política en la que la corrupción es la coartada de la oligarquía para escarmentar a los líderes que se ponen del lado de sus pueblos.

Al razonamiento victimizador acaba de explicarlo el ecuatoriano Rafael Correa, equiparando a Cristina con Lula. Una falacia, porque el caso del brasileño es totalmente distinto al del kirchnerismo. En Brasil, funcionó desde hace más de dos décadas un mecanismo de financiación ilegal de la política del que participaban todos los partidos. En Argentina funcionó un sistema de enriquecimiento de la familia Kirchner y de quienes integraban el esquema de corrupción.

La parte de razón que tienen los defensores de Cristina pasa por la hipocresía de magistrados que ahora sobreactúan celeridad y firmeza, tras una década cajoneando denuncias. La parte de razón de quienes quieren verla presa tiene que ver con un proceso de enriquecimiento ilícito que se ostentó impúdicamente, debido al convencimiento de que nunca perderían el poder y la impunidad.

En ese proceso, la multiplicación de la fortuna reconocida en las declaraciones juradas de los Kirchner, por sí sola, constituye evidencia, al punto de invertir la carga de la prueba.

El error de quienes la quieren ver presa, es dar a la consecuencia final de una investigación judicial un rango mayor en importancia a su primer consecuencia: la comprobación fehaciente de la culpabilidad de Néstor y Cristina en el armado de un plan para multiplicar la fortuna propia y las de un puñado de funcionarios y empresarios vinculados al esquema de corrupción.

La primer consecuencia, o sea la culpabilidad de los acusados, es más importante que la segunda. Paradójicamente, la prisión será funcional a la estrategia de victimización y al intento de generar violencia que hará el kirchnerismo. Esa es la verdadera "resistencia" que organiza Cristina desde que perdió el poder. Y va a estallar "a la hora señalada".

LA BITÁCORA

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