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En Hong Kong sube la tensión; el aeropuerto cerró por las protestas

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Protestas en el aeropuerto de Hong Kong. Foto: AFP

MANIFESTACIONES

Las cada vez más violentas protestas han sumido a Hong Kong en una de sus crisis más graves en décadas.

El aeropuerto de Hong Kong canceló todos sus vuelos ayer lunes luego de que miles de manifestantes invadieron las salas de llegada. El cierre del octavo aeropuerto internacional más frecuentado del mundo, fue anunciado en momentos en que el gobierno central chino dijo ver “signos de terrorismo” en el movimiento de protesta.

La anulación de vuelos y los pronunciamientos de China evidencian una nueva escalada en la crisis que empezó a comienzos de junio, la más grave en Hong Kong desde su devolución a Pekín en 1997 por parte del Reino Unido, con diez fines de semana consecutivos de protestas, muchas con enfrentamientos violentos entre radicales y las fuerzas del orden.

Hace cuatro días que el aeropuerto, que reportó 74 millones de pasajeros en 2018, es escenario de manifestaciones que buscan sensibilizar a los viajeros con su causa. Este lunes, según la policía, había más de 5.000 manifestantes en la terminal aérea.

Las cada vez más violentas protestas han sumido a Hong Kong en una de sus crisis más graves en décadas, presentando uno de los mayores desafíos populares al presidente chino Xi Jinping desde que llegó al poder en 2012.

Desencadenada por el rechazo a un proyecto de ley que autorizaba las extradiciones hacia China, la movilización de Hong Kong amplió sus reivindicaciones para denunciar un retroceso en las libertades y una injerencia de China.

En virtud del principio “Un país, dos sistemas”, Hong Kong goza de libertades inexistentes en China, en teoría hasta 2047. Pero un sector de la población cree que Pekín socava esos derechos.

En las últimas semanas, China ha endurecido el tono de su discurso y sus amenazas de intervención. “Los manifestantes radicales de Hong Kong recurrieron en varias ocasiones a objetos extremadamente peligrosos para atacar a los policías, lo que constituye un crimen grave y revela signos incipientes de terrorismo”, declaró en Pekín el portavoz de la Oficina de Asuntos de Hong Kong y Macao, Yang Guang.

“Hong Kong ha llegado a un punto crítico”, agregó.

Este funcionario advirtió la semana pasada que “quien juega con fuego muere quemado”.

Anoche, en la página oficial de la televisión estatal CGTN, una noticia desplazaba en portada a las decenas de muertes causadas por el tifón Lekima a su paso por el este del país: efectivos de la Policía Armada Popular (PAPF), cuerpo policial paramilitar chino, se apostaron este fin de semana en Shenzhen, ciudad que hace frontera con Hong Kong.

El vídeo, con música épica, muestra a tanquetas y otros vehículos militares transitando por una autopista mientras recuerda que las leyes chinas estipulan que la PAPF “debe participar en la respuesta a revueltas, disturbios, graves delitos violentos, ataques terroristas y otros incidentes que perjudiquen la paz social”.

El diario Global Times dijo que la policía militar china se estaba preparando para “aparentes ejercicios a gran escala”.

Este fin de semana, la manifestación creció y subió de tono con denuncias de violencia policial. Los agentes lanzaron el domingo gases lacrimógenos y los manifestantes respondieron con ladrillos o rociándolos con extintores y mangueras.

Un responsable del gobierno de Hong Kong informó que 45 personas resultaron heridas en los enfrentamientos, dos de ellos en estado de gravedad, de los cuales una mujer sufrió heridas en el rostro. Fotos que la mostraban en el piso con el rostro ensangrentado fueron tomadas en internet para llamar a nuevas manifestaciones. “Ojo por ojo”, proclamaba un volante que invitaba a protestar en el aeropuerto.

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