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Hong Kong se queda sin el trato especial de Estados Unidos

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Hong Kong: represión a los movimientos prodemocracia. Foto: Reuters
An anti-government demonstrator is detained by riot police during a lunch time protest as a second reading of a controversial national anthem law takes place in Hong Kong, China May 27, 2020. REUTERS/Tyrone Siu
TYRONE SIU/REUTERS

TENSIONES ENTRE EE.UU Y CHINA

Respuesta de Donald Trump a la ley de seguridad del régimen chino.

Estados Unidos declaró formalmente ayer miércoles que Hong Kong ya no goza de la autonomía prometida por China, allanando el camino para eliminar los privilegios comerciales a la excolonia británica. Esta es una respuesta del gobierno de Donald Trump a una controvertida ley de seguridad que el régimen chino quiere imponer en Hong Kong.

Antes de que la Asamblea Nacional Popular (el parlamento chino) vote hoy jueves la nueva ley de seguridad de Hong Kong, el secretario de Estado Mike Pompeo indicó que China incumplía sus obligaciones negociadas para recuperar el control de Hong Kong en 1997.

“Certifico hoy al Congreso que Hong Kong no sigue garantizando el tratamiento bajo las leyes de Estados Unidos de la misma manera que las leyes estadounidenses se aplicaron a Hong Kong antes de julio de 1997”, dijo Pompeo en un comunicado.

La Ley de Derechos Humanos y Democracia de Hong Kong, aprobada el año pasado, requiere que el Departamento de Estado certifique al menos una vez al año que Hong Kong conserva suficiente autonomía para justificar los términos comerciales favorables que le han ayudado a seguir siendo un centro financiero mundial.

En definitiva, lo que la declaración de Pompeo significa es que ya no es necesario tratar a Hong Kong como una entidad separada de China porque forma parte del gigante asiático, con lo que el estatus especial del que ha disfrutado la ciudad semiautónoma con Estados Unidos, lo que ha favorecido los lazos comerciales, podría desaparecer.

En virtud del principio “un país, dos sistemas”, el semiautónomo Hong Kong debería gozar desde su devolución a China en 1997 y hasta 2047 de ciertos derechos desconocidos en otras partes de China, como la libertad de expresión y un sistema judicial independiente.

Esto ha contribuido a hacer de la excolonia británica un importante centro financiero internacional, que ofrece a China una puerta de acceso al capital.

Pero en los últimos años las protestas se han repetido, y las autoridades chinas están determinadas a sofocarlas.

De acuerdo a cifras proporcionadas por el diario The Washington Post, el comercio entre Estados Unidos y Hong Kong superó los 66.000 millones de dólares en 2018. Además, ese territorio ha estado exento de los aranceles impuestos por Washington a Pekín en su guerra comercial.

No obstante, queda por ver si dejar de considerar a Hong Kong como territorio autónomo supondrá el fin de su estatus comercial especial o si acarreará nuevas sanciones a Pekín, si aprueba la ley de seguridad como está previsto que haga la Asamblea Popular.

“Ninguna persona razonable puede decir hoy en día que Hong Kong mantiene un alto grado de autonomía de China, dado los hechos acontecidos en el terreno”, añadió Pompeo en su informe al Congreso.

Se espera que hoy jueves la Asamblea Nacional Popular china apruebe la ley que prohibiría la secesión, la subversión, el terrorismo y la interferencia extranjera, en Hong Kong, pero que para los movimientos prodemocráticos elimina las libertades básicas.

“Si bien Estados Unidos alguna vez esperó que un Hong Kong libre y próspero proporcionara un modelo para la China autoritaria, ahora está claro que China está modelando a Hong Kong a su imagen”, escribió Pompeo.

“Estados Unidos apoya al pueblo de Hong Kong mientras lucha contra la creciente negación del PCC (Partido Comunista Chino) de la autonomía que se le prometió”, agregó.

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