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Entre historia milenaria y las tecnologías del futuro

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Jerusalén es una joya única en el mundo porque reúne escenarios históricos y es ámbito de desarrollo tecnológíco. Foto: AFP

ISRAEL

Jerusalén salva el patrimonio e impulsa empresas innovadoras.

Es una joya única en el mundo: alberga, en los cuatro kilómetros cuadrados de su mágica Ciudad Vieja los elementos testimoniales de la historia milenaria de tres religiones de repercusión universal, la judía, la cristiana y el Islam. Allí están como motivos de poderosa atracción y lugares para la emoción y la fe, las mezquitas de Al Aqsa, desde donde Mahoma habría ascendido al Paraíso y de Omar, con su cúpula dorada que predomina en una amplia zona de la urbe intemporal; el Muro de los Lamentos, último vestigio del Segundo Templo que los romanos destruyeron en el año 70DC y el mayor lugar de devoción y oración del pueblo judío; y las estaciones del Vía Crucis señaladas en las laberínticas calles de lozas antiguas y en el Santo Sepulcro, como ámbitos de la pasión sufrimiento, muerte y resurrección de Jesús.

Así como en la Ciudad Vieja está la vigorosa presencia de las tres religiones, que atrajo el año pasado a 2,8 millones de los 3,6 millones de visitantes extranjeros que llegaron a Israel, Jerusalén se ha desarrollado y sigue creciendo también como una urbe moderna y vibrante que ha logrado armoniosa relación con la rica historia de su zona antigua, y apuesta con convicción al futuro, al convertirse en un centro líder de las nuevas tecnologías que cambian la perspectiva de la humanidad.

Visión.

"No hay ninguna otra ciudad como Jerusalén por sus características históricas y su energía, y por haberse convertido en un centro de actividad innovadora", señala con fundamento en la realidad, el ministro de Asuntos de Jerusalén y Patrimonio, Zeev Elkin, al explicar a siete ganadores del Premio Jerusalén y al enviado de El País, —acompañados de la embajadora de Israel en Uruguay, Nina Ben-Ami—, cómo la ciudad preserva el rico pasado con un plan de notables trabajos arqueológicos, y también es el escenario del futuro porque alberga numerosas empresas de tecnologías de punta.

El ministro Elkin, que trabaja junto con la Alcaldía y la Autoridad de Desarrollo de Jerusalén, señala que la ciudad enfrentó y logró superar varios desafíos económicos y como resultado de la acción conjunta de las tres autoridades, a fines de 2012 lanzó JNext, un programa con financiación pública que busca convertir a la ciudad en un lugar excelente para empresas tecnológicas, que le ha permitido alcanzar el envidiable nivel que la sitúa entre los primeros cinco centros tecnológicos emergentes del mundo, como destacan las revistas Time y Entrepreneur. Asimismo, está entre los 30 principales ecosistemas de tecnología, según Startup Genome, una organización que analiza en profundidad las ciudades que promueven a nuevas compañías. El ministerio enfatiza esos rersultados.

Avance.

El ministerio hizo la gran apuesta a JNext que, entre otros mecanismos, destinará US$ 100 millones en el plan hasta 2022 para que Jerusalén avance como un sitio de acogida e impulso a los empresarios dedicados a las nuevas tecnologías. Las startups pueden recibir apoyos de hasta US$ 175.000 y las de ciencias de la vida hasta un millón de dólares, en tanto las grandes compañías pueden obtener beneficios significativos en materia de impuestos como es una tasa impositiva de solo 7,5%.

La ciudad, al igual que Israel como país, apuesta al conocimiento porque reconoce que es el camino a la prosperidad que deben recorrer los países de pequeño territorio. Una de las ventajas de Israel es tener centros de investigación de máximo nivel como el Instituto Weizmann —un centro que ha dado tres Premios Nobel y aporta descubrimientos notables gracias al trabajo de científicos de Israel y de otros países, incluido Uruguay— y un sistema universitario elogiado en la escena internacional.

Las autoridades de Jerusalén ayudan a las empresas de tecnología por varias vías como son vincularlas a fondos de inversión de capital de riesgo, así como a los institutos de investigación y a la comunidad científica, alentando la formación de recursos humanos de gran capacitación y ayudando a las compañías a instalarse.

El optimismo que expresa y transmite el ministro Elkin y que es compartido por las otras autoridades de Jerusalén tiene tres pilares: cuidar el patrimonio de tres religiones, que ha sido salvado por Israel de la amenaza de destrucción cuando estuvo bajo administración de Jordania, situar a la ciudad en el espectacular futuro de la tecnología, y defenderla en la compleja realidad internacional.

Al recorrer las calles antiguas y modernas de Jerusalén, como lo hacen miles de extranjeros cada día, se advierte el éxito logrado.

Financiamiento por US$ 250 millones.

Las cifras que exponen las autoridades del Ministerio de Asuntos de Jerusalén y Patrimonio son elocuentes: el programa JNext ha permitido desarrollar un ecosistema activo con la participación de 570 empresas de tecnologías innovadoras, así como de ciencias de la vida, como son las dedicas a la biotecnología y otros aspectos de medicina. El crecimiento asombra, si se tiene en consideración que desde 2012, cuando se inició el programa, hasta fines de 2017, se quintuplicó el número de empresas (había 150 hace cinco años). El financiamiento para las empresas con sede en Jerusalén creció de US$ 55 millones en 2012 a más de US$ 250 millones en 2017, de acuerdo con lo que indica la información que el ministerio entregó a El País. Otra cifra también destaca los resultados obtenidos: entre 2012 y 2017. Las empresas con sede en Jerusalén reunieron inversiones por más de US$ 1.000 millones.

Algunas de las compañías tecnológicas prominentes de Israel están en la ciudad, entre las que aparece Mobileye que fue adquirida por Intel en US$ 15.300 millones.

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