Buscan los 291 votos de Nueva York para lograr la candidatura.

Hillary Clinton lanzó la campaña para conquistar las elecciones primarias del Partido Demócrata en Nueva York —están en juego 291 delegados a la Convención Nacional—, el estado donde reside desde que finalizó el gobierno de su marido, Bill Clinton, y por el que fue senadora. Pero, el senador por Vermont, Bernie Sanders, también está decidido a imponerse en Nueva York. Hillary aprovechó el acto realizado en el Apollo Theater, en Harlem, para recordar sus esfuerzos durante ocho años como senadora en beneficio de los neoyorquinos, como fueron su lucha por la atención médica para los trabajadores que actuaron en la emergencia suscitada por los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001. Asimismo, al evocar su labor en Harlem para combatir el asma infantil, Hillary indicó que siempre está enfocada en trabajar con los médicos y los líderes de la comunidad para lograr resultados y resolver los problemas.

Sostuvo que los planes que tiene su rival Sanders nunca serán aprobados por el Congreso porque "las cuentas no cierran". Al referirse a los planteos del senador sobre educación universitaria gratuita, Hillary advirtió: "Desconfíen de los que le dicen que algo será gratis".

Asimismo, criticó a Donald Trump porque se muestra tímido con los racistas y "habla de manera despectiva y degradante sobre las mujeres".

Sanders da batalla porque sabe que tiene una corriente fuerte de seguidores en Nueva York, ya que apoya el salario mínimo de US$ 15 por hora, y promueve la educación gratuita en universidades públicas y el seguro de salud universal.

En los últimos días, Sanders ha alternado su movilización entre Wisconsin y Nueva York, lanzando críticas a su rival por haber apoyado las políticas comerciales desastrosas que derivaron en la pérdida de miles de empleos en estados como Wisconsin, así como por dar su voto para la acción militar en Irak.

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