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Hambre sí o no, la nueva polémica de Bolsonaro

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Bolsonaro en un desayuno con corresponsales extranjeros en Brasilia. Foto: AFP

BRASIL

El presidente tuvo que desdecirse ante críticas en las redes.

El presidente Jair Bolsonaro primero dijo que es “mentira” que haya personas que pasan hambre en Brasil, pero luego tuvo que desdecirse y admitir que “algunos pasan hambre”.

Brasil “es un país rico para prácticamente cualquier tipo de cultivo”, dijo. Y continuó: “Decir que se pasa hambre es una gran mentira. No, no se pasa (hambre). Uno no ve gente pobre en las calles con un físico esquelético como en otros países”, dijo Bolsonaro en un desayuno con corresponsales extranjeros en Brasilia. “Decir que se pasa hambre en Brasil es un discurso populista para tratar de ganar simpatía popular, nada más que eso”, agregó.

La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) apuntó en septiembre pasado que los programas de lucha contra el hambre en Brasil se estancaron, ya que el número de personas que pasan hambre disminuyó solo de 5,2 millones en 2014 a 5,1 millones en 2017.

La afirmación de Bolsonaro fue inmediatamente cuestionada en las redes sociales y horas más tarde, en otro evento, el mandatario matizó sus palabras. “El brasileño come mal. Algunos pasan hambre. Ahora, es inaceptable en un país tan rico como el nuestro, con tierras cultivables, agua en abundancia”, dijo.

Brasil “es un país en el que no sabemos por qué una pequeña parte pasa hambre y otros todavía se enferman”, declaró Bolsonaro durante el acto de celebración del Día Nacional del Fútbol en el Ministerio de Ciudadanía.

Consultado sobre si se estaba retractando, el presidente disparó: “No veo ningún flaco aquí. ¿Tenemos un problema alimenticio en Brasil? Tenemos. No es mi culpa, viene de antes, estoy intentando resolverlo”.

Otro informe de la FAO, de octubre de 2018, precisa que el número de personas víctimas de este flagelo en Brasil había caído de 10,6% de la población (unas 19 millones de personas) a inicios del 2000, a menos de 2,5% en el período 2008-2010”, y destaca en esos avances el papel de los programas de asistencia como Bolsa Familia, del gobierno de Lula da Silva.

Pero Bolsonaro, que llegó al poder en enero, promueve otro camino, según indicó al ser interrogado sobre declaraciones del presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, quien afirmó que el mandatario no le ha dedicado hasta ahora “una palabra a los pobres”.

“Lo que tenemos que hacer, en el poder Ejecutivo y en el Legislativo (...), es facilitar la vida del emprendedor, de quien produce, y no tener ese discurso (...) que nos conduciría a una situación similar a la de Venezuela, donde (Hugo) Chávez implementó muy bien el socialismo” y llevó a su país “a una situación de miseria como la actual”, indicó Bolsonaro.

Según el presidente, para los anteriores gobiernos brasileños “la distribución de riqueza consistía en distribuir subsidios”.

“Lo que saca de la miseria al hombre y a la mujer es el conocimiento y en los últimos 30 años la educación nunca estuvo tan mal en Brasil”, agregó, y puso como ejemplo Israel, que logra exportar productos agrícolas con una superficie más árida y menor que la de Brasil.

El concejal de Río de Janeiro Carlos Bolsonaro, hijo del mandatario y muy activo en las redes sociales, cuestionó en su perfil de Twitter el encuentro de su padre con los corresponsales extranjeros.

“¿No sé por qué el presidente insiste en ese tal desayuno semanal con ‘periodistas’? Absolutamente todo lo que él dice es sacado de contexto para perjudicarlo. Sé exactamente lo que pasa y por quién, pero no puedo hablar nada porque sería ‘fuego amigo’ (contra el gobierno) ¡El sistema no parará!”, escribió Bolsonaro hijo.

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