Deciden que no van a sobreactuar ante el desafío de Cataluña.
"¿Quiere que Cataluña sea un Estado independiente en forma de república?" es la pregunta que pretenden plantear en un referéndum independentista, el próximo 1° de octubre, las autoridades de Cataluña. El anuncio lo hizo el viernes, el presidente catalán, Carles Puigdemont en un acto solemne junto a su vicepresidente, Oriol Junqueras, y los diputados del frente independentista, Junts pel Si y la CUP. Se abre así un camino tan unilateral como incierto, amenazado por el rechazo rotundo del Gobierno central que preside Mariano Rajoy (Partido Popular) y las resoluciones previas del Tribunal Constitucional que ha anulado todos los actos vinculados con la hoja de ruta trazada por Puigdemont.
Las entidades independentistas obtuvieron la concreción que demandaban desde hace meses. Y Puigdemont y Junqueras obtuvieron la fotografía que querían: la de un anuncio que muestra su determinación de seguir adelante con el proceso político catalán y el compromiso de que la respuesta que den sus conciudadanos, "en forma de Sí o de No, será un mandato que este Gobierno se compromete a aplicar".
Rechazo.
El Gobierno de Rajoy y las fuerzas políticas que se oponen a la secesión, definen su estrategia. Rajoy vigila al día cómo se complica el desafío separatista, pero no quiere trasmitir la sensación de agobio, emergencia o acorralamiento. El Gobierno ha negociado y pactado con el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), el Partido Socialista de Cataluña (PSC) y Ciudadanos, el partido liderado por Albert Rivera, medir muy bien sus pasos y "no sobreactuar", ante declaraciones para la galería con actos irreversibles que generen más victimismo.
La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría hizo los contactos, existe una comunicación que es fluida y la idea de consensuar cualquier decisión antes de tomarla y mantener alerta a todos los mecanismos del Estado. Pero, en el Ejecutivo no creen que haya llegado aún el momento de actuar. El vocero Iñigo Méndez de Vigo dijo que el anuncio de Puigdemont es "una estrategia unilateral que no conduce a ninguna parte".
El Gobierno refirmó que "el referéndum ilegal de autodeterminación y anticonstitucional no se va a producir". Midió sus palabras porque hubo anuncios, pero no se produjo aún ningún hecho administrativo o político ilegal o recurrible. Fuente: EL PAÍS DE MADRID
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