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"El gobierno catalán trata de aniquilar la democracia"

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"Probablemente la extrema derecha también podría estar atrás de esto". Foto: F. Flores
Nota a Javier Sangrado de Liniers, embajador de España en Uruguay, ND 20171006 foto Francisco Flores - Archivo El Pais
Francisco Flores/Archivo El Pais

JAVIER SANGRO DE LINIERS

Está al frente de la embajada de España en Montevideo desde mayo pasado. Uruguay es su primer destino en América Latina, y dice sentirse muy bien en el país. En particular destaca la cultura del pueblo uruguayo y las excelentes relaciones bilaterales.

Sangro de Liniers tiene 67 años, es abogado e ingresó en el servicio diplomático en 1979. Ha estado destinado en Arabia Saudita, Bélgica, Argelia, Reino Unido, Marruecos, Guinea Ecuatorial y Jordania, entre otros.

—¿Cómo está observando la situación en España a partir de la crisis en Cataluña?

—Antes me gustaría hacer un comentario previo. La situación es grave y delicada. Ustedes en Uruguay han tenido una experiencia de 11 años de dictadura; nosotros en España hemos tenido 40 años de dictadura. De esa dictadura salimos a través de un consenso de todas las fuerzas políticas. Y nos dimos, todas las fuerzas políticas, una Constitución muy equilibrada, tratando de contemplar todos los aspectos de la realidad social, económica y política del país, en la que se establece un sistema de autonomías. Esa Constitución (de 1978) es votada por Cataluña de forma muy amplia; más del 90% de la población catalana. Esa Constitución, en los capítulos relativos al sistema autonómico, determina que las regiones se gobernarán de una forma determinada. Los actuales dirigentes catalanes han llegado a la determinación de aniquilar, no solo el estatuto de autonomía, sino la propia Constitución y, además, España.

—¿Esa Constitución no contempla el mecanismo que están aplicando ahora los gobernantes de Cataluña?

—En absoluto. El mecanismo que está aplicando Cataluña solo se contempla en todo el mundo en tres constituciones: St. Kttis y Nevis, Liechtenstein y Etiopía. En el resto de las constituciones del mundo, incluida la uruguaya, se establece que los países respectivos son indivisibles y no se habla de una forma para llegar a la división de esos países. Eso no quiere decir que la Constitución española, y probablemente otras, no sea susceptible de ser modificada con vista a proceder a la independencia de un determinado territorio. El gobierno actual de Cataluña está incumpliendo la Constitución, está al margen de la ley, está atentando contra las sucesivas y reiteradas advertencias del Tribunal Constitucional. Está cometiendo delito. Entonces, ¿cómo lo vemos? Pues con muchísima preocupación. Se trata de un gobierno que ha accedido al poder de esa región de forma democrática y que está tratando de aniquilar la democracia.

—Ahora, no es nueva la pretensión de Cataluña de independizarse del resto de España…

—Con matices.

—¿Qué llevó a este gobierno de Carles Puigdemont a esta instancia?

—No le sabría responder. Probablemente esté en el ADN de las personas que lo están haciendo, que no estaba en el ADN de los anteriores, que serían más sensatos. No cabe duda de que en el mundo están floreciendo movimientos supremacistas, ultranacionalistas, xenófobos, antidemocráticos, antisistema. En esa línea podría inscribirse lo que está ocurriendo ahora en Cataluña.

—Pero esos movimientos están más relacionados a sectores de extrema derecha, y en Cataluña hay grupos de izquierda apoyando la independencia.

—Yo no hablaría de izquierdas y de derechas en este caso. Yo hablaría de menos de la mitad de la población catalana —lo cual está absolutamente demostrado a través de las urnas—. Yo no hablaría tanto de izquierda como de ultra nacionalismo. Me atrevería a decir que probablemente la extrema derecha también podría estar atrás de esto.

—Hasta el 1° de octubre cuando se realizó el referéndum, daba la sensación de que el independentismo era una corriente avasallante. Sin embargo, en los últimos días parece que se dio vuelta la situación, con Rajoy más fortalecido y Puigdemont más debilitado y presionado por la fuga de empresas y bancos de Cataluña. ¿Observa un cambio?

—El gobierno de Mariano Rajoy no ha cambiado un ápice su postura. Y no la ha cambiado entre otras cosas porque no puede, porque si la cambiara estaría también yendo contra la Constitución. Yo no conozco ningún régimen político que sea mejor que la democracia. Esa democracia, a juicio del común de los analistas, está indisolublemente unida al cumplimiento de la ley. Son dos caras de una misma moneda. No se puede ser demócrata sin cumplir la ley, ni cumplir la ley sin ser demócrata. Están juntos. Todo lo que no sea cumplir la ley es quedarse fuera de la democracia. Entonces, el presidente del gobierno no puede hacer nada que vaya en contra de ese principio. Desde el gobierno catalán reiteradamente se ha conculcado la democracia. De forma brutal. El gobierno de España está dispuesto a hablar con quien haga falta, incluido sobre la reforma de la Constitución. Pero siempre que sea dentro de lo que la Constitución ordena.

—En estos días se ha manejado la posibilidad de que Rajoy aplique el artículo 155 de la Constitución, que le habilita a intervenir en el gobierno catalán y hasta convocar a elecciones regionales anticipadas. ¿Cree posible esa medida?

—Lo que no creo es que sea imposible. La situación es muy fluida. Dependerá de cómo evolucionen las cosas.

—Esta situación ha provocado un quiere en la sociedad catalana, y eso a veces cuesta más recomponer que las relaciones políticas. ¿Cómo se trabajará en ese sentido?

—Yo espero que con el tiempo la sociedad catalana, y sobre todo la juventud que es la que más afectada está, poco a poco vayan comprendiendo que España no es nada contrario a ellos, que somos un país donde todo el mundo cabe, plural, rico, donde se vive muy bien, donde Cataluña es el motor de la economía. Si ese sentimiento de frustración por no haber conseguido la independencia solo se puede mitigar o desaparecer con la obtención de la independencia, me temo que va continuar.

Argumentos "falaces" y otras "aberraciones".

El embajador Javier Sangro de Liniers dijo que el gobierno de la Generalitat ha dicho "verdaderas aberraciones" para justificar su proyecto independentista. "Por ejemplo, que España nos roba, y que Madrid y Barcelona deben pactar un referéndum como en Canadá o el Reino Unido. Es que no tienen ni idea de por dónde van los tiros", dijo. También destacó como "falacias", frases como "los catalanes no tenemos libertad de expresión", "Cataluña está intentando recuperar su independencia perdida", o "ya fuimos país".

También rebatió varios de los argumentos económicos del gobierno regional. "Cataluña es una de las regiones más prósperas de España y goza de una renta per cápita superior a la media nacional", sostuvo Sangro, y explicó que "ha sido la Comunidad que más inversiones para infraestructuras ha recibido entre 1996 y 2015, muy por encima de la segunda, Andalucía". Otro dato que aportó fue que de acuerdo con las cuentas públicas, el déficit fiscal de Cataluña es de 9.892 millones euros (5% de su PIB), la mitad del que tiene, por ejemplo, la Comunidad de Madrid. Además, "la balanza fiscal que utilizan los independentistas no tiene en cuenta la balanza comercial de Cataluña con el resto de España (muy favorable a esta comunidad) ni tampoco que la caja única del Estado cubre su déficit en materia de Seguridad Social, estimado en unos 4.700 millones de euros".

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