ESTADOS UNIDOS

Las primeras designaciones de Joe Biden están marcando claramente el tono que el presidente electo quiere darle a su gobierno, muy lejos del unilateralismo de Donald Trump. Biden eligió al experimentado diplomático Antony Blinken como secretario de Estado, y a un cubano estadounidense para el Departamento de Seguridad. Además, su gabinete incluye a la primera mujer directora de inteligencia y un puesto especial para el clima, que ocupará el ex secretario de Estado John Kerry.

Estas y otras designaciones se oficializarán hoy martes.

Biden eligió a Alejandro Mayorkas como jefe del Departamento de Seguridad Interior (DHS). Mayorkas será el primer latino en dirigir esta cartera que se encarga entre otros temas de la inmigración.

“No tenemos tiempo que perder cuando se trata de nuestra seguridad nacional y nuestra política exterior”, dijo Biden en un comunicado que fue emitido en inglés y en español.

Mayorkas es un abogado que se desempeñó como subsecretario de Seguridad Nacional con Obama. Nacido en La Habana en 1959, fue además director de Servicios de Ciudadanía e Inmigración.

Durante la Administración Obama, Mayorkas lideró la creación del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, en inglés), diseñado para proteger de la deportación a los miles de jóvenes traídos por sus padres indocumentados a Estados Unidos cuando eran niños, y que Trump ha intentando suprimir.

Además, lideró la respuesta del DHS a las crisis sanitarias del ébola y el zika; ayudó a crear y administrar la Campaña Azul para combatir la trata de personas, y participó en el desarrollo de un programa de ayuda de emergencia para los niños huérfanos tras el terremoto de enero de 2010 en Haití.

De igual forma, creó la Dirección de Detección de Fraude y Seguridad Nacional para garantizar mejor la integridad del sistema de inmigración legal.

Biden eligió a John Kerry como delegado especial para el clima, a Linda Thomas-Greenfield como embajadora ante la ONU; a Avril Haines, como directora de Inteligencia Nacional y a Jake Sullivan, como Asesor de Seguridad Nacional.

Haines, de 51 años y nacida en Nueva York, será la primera mujer al frente de la coordinación de las todopoderosas agencias de inteligencia estadounidenses. Haines cuenta con amplia experiencia tras haber sido la “número dos” de la CIA entre 2013-2015 y parte del equipo de Seguridad Nacional entre 2015 y 2017 bajo la presidencia de Obama.

Tiene un perfil heterogéneo, ya que estudió primero física y luego se licenció en Derecho, antes de pasar a trabajar en el Senado bajo las órdenes de Biden.

Todos los nombramientos apuntan a un equipo de veteranos que formaron parte del gobierno de Barack Obama 2009-2017, en el cual Biden fue vicepresidente.

El nuevo secretario de Estado será Antony Blinken, de 58 años, un asistente experimentado y confiable para Biden, que asumirá gran parte de la carga para ayudar a deshacer la política exterior de “Estados Unidos primero” de Trump y reconstruir las alianzas con Europa y otras partes del mundo.

Por su lado, la futura embajadora en la ONU Thomas-Greenfield ocupó un alto cargo diplomático en el Gobierno de Obama, mientras que Sullivan fue asistente adjunto del mandatario demócrata y asesor principal de políticas de la campaña presidencial de Hillary Clinton en 2016.

El más conocido del nuevo equipo de Biden es John Kerry, ex secretario de Estado, que ahora estará al frente de la política de Estados Unidos contra el cambio climático. Su designación apunta a la promesa de Biden de volver al Acuerdo del Clima de París para luchar contra el calentamiento global.

Un nombramiento que se espera con expectativa es en el Tesoro. Biden planea nominar a la expresidenta de la Reserva Federal Janet Yellen como secretaria del Tesoro, informó ayer lunes el Wall Street Journal.

Muchos de los nombramientos que el gobierno demócrata planea deberán pasar por el Senado, donde hasta ahora los republicanos tienen una ajustada mayoría, que podrían perder dependiendo del resultado de la elección extraordinaria de los dos cupos para la Cámara Alta en Georgia, el 5 de enero.

Si bien los resultados muestran que Biden tuvo una cómoda mayoría, las tácticas de Trump apuntan a frenar los procesos de certificación de los diferentes estados de cara al voto formal del Colegio Electoral el 14 de diciembre.