José López muestra "evidentes signos" de nerviosismo en el juzgado, donde tiene que declarar. También se golpeó la cabeza contra la pared. Fue difundido un video del allanamiento.
Minutos antes de tener que enfrentar al juez Daniel Rafecas, el exsecretario de Obras Públicas del gobierno kirchnerista, José López, se encuentra en el juzgado de Comodoro Py con evidentes signos de nerviosismo.
Capturado hace dos días cuando intentaba ocultar 9 millones de dólares, el funcionario K tiene que declarar en una causa por enriquecimiento ilícito.
Luego de ser trasladado temprano, López fue alojado cerca de las 8 horas en los calabozos de la planta baja de los tribunales. Allí comenzó a gritar y se negó a que le pusieron el casco de seguridad con el que fue trasladado en las últimas horas, según supo La Nación de fuentes judiciales.
Anoche, incluso, López pidió cocaína a los guardias que los custodiaban en la DDI de Moreno, donde estuvo detenido las últimas dos noches.
Antes de tomarle declaración, el juez ordenó que esta mañana se le haga a López una evaluación médica. "Tenemos todo el día para que declare", dijo una fuente judicial.
El miércoles, una serie de análisis clínicos y psiquiátricos que le practicó un equipo de médicos del hospital de General Rodríguez determinó que López no tenía ningún problema psicológico que le impidiera razonar y prestar declaración.
Su abogada, Fernanda Herrera, había asegurado que su defendido estaba mal: había entrado en estado de pánico, "sentía voces y deliraba". Ese argumento le permitió a López ganar tiempo y evitar tener que declarar ante la fiscal de Luján, Alejandra Rodríguez, que imputó al ex funcionario kirchnerista por tenencia ilegítima de arma de fuego y presunto lavado de dinero.
El juez Rafecas tiene una causa abierta contra López por su crecimiento patrimonial desde que asumió, en 2003, hasta que dejó su cargo, en 2015. En sus últimas declaraciones López dijo no tener un dólar y cuando lo detuvieron tenía en sus manos casi nueve millones. El pasado miércoles, el magistrado ordenó congelar sus cuentas y las de sus familiares y allanó ocho propiedades en Santa Cruz, Tucumán, Tigre y en Buenos Aires.
ARGENTINALA NACIÓN / GDA