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La frontera desmiente a Trump

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El magnate neoyorquino intenta matizar su discurso migratorio. Foto: Reuters
Republican presidential nominee Donald Trump speaks onstage during a campaign rally in Akron, Ohio, U.S., August 22, 2016. REUTERS/Carlo Allegri USA-ELECTION/TRUMP
CARLO ALLEGRI/REUTERS

Solo las llegadas de menores suponen un problema y las autoridades dicen que está controlado; en lo que va del año hubo 156.000 detenciones.

"A esto no le llamo aprehensiones, lo llamo rescates". Manuel Padilla, jefe de la policía de fronteras del sector de Río Grande, se refiere así a estas personas. No como una amenaza para la seguridad del país, sino como una emergencia humanitaria que hay que atender. Ellos son el mayor desafío que enfrenta la frontera de Estados Unidos con México, según los encargados de vigilarla.

El candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, ha construido una campaña de la nada con el discurso de que la frontera sur está fuera de control y hace falta un muro para contener una avalancha de criminales ("traen drogas, traen crimen, son violadores" dijo en sus primeros 10 minutos de campaña). Va a construir un muro, asegura, que sellará la frontera con México.

Mandos y agentes de la Patrulla Fronteriza tienen un cuidado exquisito de no hacer comentarios políticos. Pero muestran cómo en la frontera ya hay muros en las zonas urbanas por las que se podría pasar andando, tecnología militar de vigilancia en el resto y más de 17.000 agentes sobre el terreno. El mayor desafío al que se enfrentan es gestionar la llegada de estas familias desesperadas, y hasta eso, insisten, está bajo control.

En 2014 fueron detenidos 63.000 niños solos en la frontera, 46.000 de ellos en el sector de Río Grande. McAllen se convirtió en la zona cero de la inmigración irregular en Estados Unidos y en el foco de un fenómeno nuevo para el que no había protocolos ni infraestructura.

El agente Isaac Villegas recuerda, por ejemplo, un día que estaba patrullando en el condado de Hidalgo, Texas, y de pronto empezaron a salir niños de los arbustos. Un grupo de 26. "Parecía una guardería. Iban apareciendo niños, se me agarraban a la pierna. Llevaban números de teléfono escritos en la piel, papeles con información metidos en los pañales". Así fue todos los días durante un año en lo que se conoció como la crisis de los menores. El presupuesto para Aduanas y Fronteras es de 13.000 millones de dólares al año, pero nadie había previsto un sistema de atención humanitaria. Sórdidos centros de detención que deberían estar llenos de contrabandistas se llenaron de madres y niños.

Al año siguiente, los "rescates" de menores bajaron a la mitad. Pero este año han vuelto a subir. En lo que va de año, solo en Río Grande, ha habido 156.000 detenciones, el 44% familias o menores solos. Faltan dos meses para cerrar el año y el total de detenciones en toda la frontera sur es de 332.000 personas, más que todo el año pasado.

No es fácil para la policía de fronteras dar estas cifras y explicar a continuación que la situación está bajo control. Solo se entiende con perspectiva histórica. En el año 2000, la Border Patrol detuvo a 1,6 millones personas en las fronteras de Estados Unidos. En San Diego, en 1992, detuvieron a 560.000 personas allí. La espiral xenófoba que provocó aquella crisis aún se nota hoy en la política de California. El despliegue de un muro, tecnología y agentes redujo la cifra hasta 68.000 en 2010. El grueso de la inmigración irregular se desplazó El Paso y después a Arizona, a medida que se iba sellando la frontera con muros, personal y tecnología. Hoy, la zona cero de la inmigración irregular es McAllen y el sector de Río Grande. Pero las cifras no tienen comparación, y los medios para vigilar la frontera tampoco.

Preparados.

Si se habla menos de ellos es porque ahora están preparados. En 2014 no había personal ni instalaciones para esta avalancha. "Las críticas de 2014 son válidas", concede el jefe Padilla.

Ahora las familias son "procesadas" en centros tan asépticos como prácticos, y en un par de días saben si pueden seguir viaje o no. Ya no hay sensación de caos en el sur de Texas a pesar de los cientos de detenciones diarias. "Hoy tenemos un centro para procesarlos que se construyó en 18 días y que nos da una capacidad para procesarlos y trasladarlos a otras agencias. Los acuerdos con las agencias no existían entonces. Tenemos capacidad para procesar hasta 1.000 personas al día. Estamos mucho más preparados", responde Padilla.

Los expertos en la frontera afirman que los muros ya están construidos allí donde son útiles, en las zonas urbanas, y sirven para frenar a personas, pero nada más. Los narcotraficantes que preocupan a Donald Trump no se desaniman por un muro. En una frontera fortificada como la de California, la Border Patrol se incautó de 100 toneladas de drogas en 2015. "Lo que detiene las drogas no son los muros, sino la información y la colaboración transfronteriza", explica el jefe Padilla, que acaba de cumplir 30 años en la frontera.

"No soy un proponente del muro en esta frontera. Lo que llamamos muro tiene su uso en diferentes partes de la frontera. La amenaza a la que te enfrentas y el terreno son los que dictan qué equipo tienes que usar en las diferentes partes de la frontera. Lo que necesitamos aquí y estamos desplegando es tecnología para saber qué está pasando. Básicamente tecnología militar que nos permite ver desde arriba hacia abajo. Tenemos cámaras en postes que ven día y noche y nos dan una vigilancia constante".

En Río Grande, las imágenes de los inmigrantes cruzando por miles transmiten sensación de porosidad y descontrol. Pero al otro lado, además de la policía, hay un muro de nueve metros de alto. Cruzar el río en lancha es fácil, pero al llegar toda la zona es vigilada metro a metro.

Biden acusa a Trump de no entender la OTAN.

El vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, acusó ayer al candidato republicano, Donald Trump, de no entender qué es ser miembro de la OTAN. "Creo que ni siquiera entiende lo que es el artículo 5", aseguró el vicepresidente, en referencia al punto de la Carta Atlántica en la que se establece que todos los aliados responden juntos en caso de agresión a uno de ellos.

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El magnate neoyorquino intenta matizar su discurso migratorio. Foto: Reuters

PROBLEMÁTICA El PAÍS DE MADRID, EFE

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