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Francisco, bajo ataque, afirma que la acusación habla por sí

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Francisco escucha la pregunta de un periodista al retornar de Dublin. Foto: AFP

Denuncias de abusos

Estiman que la denuncia surge de sectores vinculados a la derecha de EE.UU..

"No diré ni una palabra sobre eso. Creo que el comunicado habla por sí solo", declaró el papa Francisco, al ser preguntado por los periodistas, en el vuelo de retorno de Dublin a Roma, sobre las acusaciones que hizo el ex embajador del Vaticano en Washington, el arzobispo Carlo María Viganó de haber anulado las sanciones contra el cardenal estadounidense Theodore McCarrick y de no haber tenido en cuenta los informes sobre su "comportamiento inmoral con seminaristas y sacerdotes".

El cardenal McCarrick, de 88 años, fue acusado a fines de julio de abuso sexual, por lo que el Papa le prohibió ejercer su ministerio y casi lo expulsó del Colegio Cardenalicio al aceptarle su renuncia, un hecho inédito en la historia reciente de la Iglesia.

"Leí ese comunicado. Lean atentamente el comunicado y juzguen ustedes mismos", manifestó Francisco."Ustedes tienen la capacidad periodística suficiente para sacar conclusiones. Es un acto de confianza. Cuando pase un poco de tiempo y ustedes tengan las conclusiones, quizá hablaré, pero me gustaría que su madurez profesional haga su trabajo. Eso les hará realmente bien", aconsejó a los periodistas.

Complicado.

Viganó, nacido en Varese, en 1941, actualmente jubilado, no es nuevo en ese tipo de escándalos. El autor de este Jaccuse vaticano, dio siempre muestras de inestabilidad. Carácter complicado, propenso a las intrigas e inclinaciones a la mentira. De hecho, cuando Benedicto XVI decidió mandarlo a Estados Unidos como nuncio para apartarlo del Vaticano, escribió una carta asegurando que tenía un hermano incapacitado que le impedía asumir ese encargo. Resultó que el hermano vivía en Chicago desde hacía años y no se hablaba con él por una disputa económica. El arzobispo, pese a su currículum, no tendría por sí solo capacidad para estructurar un ataque que plantea sin complejos derribar el Pontificado de Francisco, muy fortalecido en los últimos tiempos a través de los nombramientos en el colegio cardenalicio (59 de los 125 purpurados que podrían el elegir hoy al siguiente Pontífice). "Han convertido a un pollo en un cuervo", ironizaba el historiador de la Iglesia Alberto Melloni.

Viganó, probablemente despechado por no haber recibido un mayor reconocimiento de Francisco cuando le planteó las denuncias aquel 23 de junio de 2013 (si es que así fue), tiene una larga experiencia en conspiraciones. Estuvo en el origen de Vatileaks y acumuló toneladas de información sensible a su paso por el Governatorato de la Ciudad del Vaticano y la Secretaría de Estado, de modo que no sería extraño que sorprendiese con más documentos.

Nadie duda de que en su ataque participaron diversas personas, especialmente del entorno de los medios digitales estadounidenses ultraconservadores, con quienes pudo intimar en su periplo americano.

Coordinado.

El Vaticano abrirá los archivos sobre la dictadura uruguaya. Foto: Reuters
Foto: Reuters

El Vaticano espera que las acusaciones se desvanezcan por sí solas. Pero el misil estaba cuidadosamente diseñado para que todo sea una tormenta de verano. Se hicieron traducciones de la carta al inglés, francés y español por parte de distintos colaboradores, algunos —y algunas— vinculados directamente al círculo tradicionalista, y se lanzó cuando más daño podía hacer, durante la visita del Papa a Irlanda.

"Se trata de un ataque coordinado contra el papa Francisco", escribió en un editorial el National Catholic Reporter, semanario católico estadounidense. "Los enemigos de Francisco le han declarado la guerra", señaló el editorialista Michael Sean Winters.

El epicentro de la guerra contra el Papa procede de la corriente tradicionalista de la Iglesia estadounidense vinculada al Tea Party y de potentes círculos mediáticos cercanos a Steve Bannon, —fue director del sitio Breitbart News y asesor del presidente Donald Trump en los meses iniciales del gobierno— obsesionado con los movimientos populistas en Roma y con el propio Vaticano.

Francisco ha capeado numerosos ataques desde que fue elegido en 2013, sobre todo por parte de los sectores más conservadores de la Iglesia, que lo consideran un peligro, debido a sus posiciones a favor de conceder la comunión a los divorciados que se vuelven a casar.

"No es una enfermedad psiquiátrica"

El Vaticano retiró ayer lunes la referencia a recurrir a la "psiquiatría" cuando un padre constata tendencias homosexuales en un hijo de las declaraciones pronunciadas por el papa Francisco en el vuelo de retorno a Roma. La palabra fue retirada "para no alterar el pensamiento del papa", explicó a la AFP un portavoz del Vaticano. "Cuando el Papa se refiere a psiquiatría, está claro que quería dar un ejemplo sobre las diferentes cosas que se pueden hacer", explicó Paloma García Ovejero. El pontífice no quería decir que se trata de "una enfermedad psiquiátrica", precisó. Sugiere a los padres que entiendan y dialoguen.

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