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Francisco aprobó la canonización de Pablo VI y Romero

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Romero: su caso estuvo frenado por años. Foto: AFP

DECRETOS

La ceremonia para el obispo salvadoreño asesinado en 1980 sería en 2019 en la Jornada de la Juventud

El papa Francisco aprobó la canonización de Pablo VI y del arzobispo salvadoreño Óscar Romero. Los decretos fueron firmados por Francisco y en ellos se reconoce que los dos intercedieron para la realización de sendos milagros, por lo que alcanzan la llamada “gloria de los altares”.

La canonización de Pablo VI, pontífice de 1963 a 1978, figura histórica del Concilio Vaticano II, que reformó a la iglesia, será celebrada en octubre en San Pedro, indicó recientemente el cardenal Pietro Parolin, número dos del Vaticano.

La fecha para la canonización de Romero (1917-1980) aún no ha sido fijada y según fuentes religiosas se barajan varias posibilidades, entre ellas en enero del 2019, durante la Jornada Mundial de la Juventud que se celebrará en Panamá y a la que tiene programado asistir el papa Francisco. Incluso no se descarta que “San Romero de América”, como lo han llamado, sea proclamado santo en su país, en El Salvador, durante una eventual visita del papa Francisco, que hasta ahora no ha sido anunciada.

La idea de celebrar la ceremonia en el Vaticano, donde Romero contó con muchos enemigos que obstaculizaron por décadas su causa, divide a los latinoamericanos, que recuerdan las acusaciones y amenazas que padeció el arzobispo salvadoreño por parte de los sectores más conservadores de la curia romana.

Monseñor óscar Arnulfo Romero, asesinado en 1980 mientras oficiaba misa, fue acusado inclusive de ser un “caudillo marxista” por su defensa de los pobres.

“Mi deseo es que Romero y Pablo VI sean santificados al mismo tiempo en la plaza de San Pedro. Porque Pablo VI fue el papa que entendió a Romero. Sería un mensaje fuerte para el mundo y también para los obispos católicos. Porque son dos figuras que representan el diálogo y el compromiso por los demás y por un mundo más justo”, comentó monseñor Vincenzo Paglia, postulador de la causa de canonización de Romero. “Había que esperar un papa latinoamericano para que Romero fuera canonizado”, agregó.

Beatificado en mayo del 2015, su asesinato el 24 de marzo de 1980 por un comando de extrema derecha (escuadrón de la muerte) marcó el comienzo de una dolorosa guerra civil en El Salvador que duró hasta 1992 y dejó 75.000 muertos y al menos 7.000 desaparecidos.

Romero, que solía denunciar la represión y la pobreza en sus homilías, fue asesinado a tiros mientras oficiaba una misa en una capilla de un hospital de San Salvador, capital de El Salvador. Nadie ha sido juzgado jamás por su muerte, pero un juez salvadoreño reabrió el caso el año pasado. El principal sospechoso es un exsoldado, que quedó fuera de una amnistía previa por una decisión de la corte constitucional del país.

Aunque no perteneció a la corriente de la Teología de la Liberación, Romero fue un defensor de los pobres, en particular de los campesinos expulsados de sus tierras.

El proceso para la beatificación de Romero sufrió numerosos retrasos desde que fue abierto en 1993 y tras varios años de estancamiento, por temor de que fuera usado política e ideológicamente, fue desbloqueado en abril del 2013 por Francisco, pocos meses después de asumir.

Francisco ya canonizó a dos papas: Juan XXIII (1958-1963) y Juan Pablo II (1978-2005).

El milagro atribuido a Pablo VI, el primer papa viajero y el primero en pisar Tierra Santa, cuyo nombre era Giovanni Battista Montini, nacido en 1897, es la salvación de una niña nacida muy prematuramente el 25 de diciembre de 2014 a pesar de que los médicos habían aconsejado un aborto terapéutico.

El milagro atribuido a Romero es la curación de un cáncer irreversible de la señora Cecilia Maribel Flores.

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