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En Francia obligan a devolver una obra robada por los nazis

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La obra fue robada por los nazis en 1943 y comprada por un matrimonio en 1995. Foto: Wikimedia Commons

CUADRO DESAPARECIDO POR CUATRO DÉCADAS

La Cosecha de Pissarro perteneció al coleccionista judío Simon Bauer; su valor supera los 800.000 dólares.

La Justicia francesa restituyó ayer martes a los descendientes de un coleccionista judío una pintura de Pissarro que había sido robada por los nazis. El cuadro estuvo desaparecido durante décadas hasta ser comprada legalmente en una subasta en 1995 por una pareja estadounidense.

La sentencia ordena que se entregue el cuadro La cosecha a los descendientes de Simon Bauer, cuyas obras fueron confiscadas en 1943 durante la ocupación de Francia por parte de la Alemania nazi.

Los esposos Bruce y Robbi Toll, que compraron la obra por 800.000 dólares en una subasta de Christies en Nueva York en 1995, deberán además pagar 8.000 euros (9.300 dólares) por los gastos judiciales.

Antes de que fuese vendido a los Toll en 1995, la última pista que se tenía de La cosecha databa de 1965, cuando Francia otorgó al galerista neoyorquino Findlay permiso para exportarlo a Estados Unidos.

El abogado de los Toll, Ron Soffer, anunció que la pareja apelará la sentencia. El letrado había defendido que sus clientes no conocían la historia del lienzo cuando lo compraron. "En el catálogo de la venta, no se precisaba en ningún lugar que el cuadro había sido confiscado", dijo.

La cosecha, llamada igualmente "La cosecha de guisantes", es una obra pintada en 1887 por el impresionista francés Camille Pissarro, en la que aparecen varias mujeres recogiendo guisantes en el campo.

Es uno de los 93 grandes cuadros de la colección de Simon Bauer, un gran apasionado del arte francés nacido en 1862, que hizo fortuna en el sector del calzado. Su colección le fue confiscada durante la ocupación nazi y vendida por un comerciante de arte designado por el Comisionado de las Cuestiones Judías del régimen colaboracionista de Vichy.

Internado en julio de 1944 en el campo francés de Drancy, Bauer logró escapar a la deportación gracias a una huelga de los ferroviarios. Antes de morir, en 1947, recuperó una pequeña parte de sus obras, entre ellas seis Pissarro y un Degas. Sus descendientes prosiguieron su acción y actualmente una veintena de obras todavía no han sido recuperadas.

A principios de este año, la familia Bauer tuvo conocimiento de que la La Cosecha estaba expuesta en el museo parisino de Marmottan, prestada por la pareja de coleccionistas estadounidenses, en el marco de una retrospectiva consagrada a Pissarro.

Los descendientes de Simon Bauer lograron que fuera colocada bajo depósito en el Establecimiento Público de los Museos de Orsay y de la Orangerie, mientras la Justicia decidía su suerte.

La sentencia anunciada ayer martes se apoya en un decreto de abril de 1945 sobre la nulidad de los actos de expoliación.

El abogado de la pareja estadounidense defendió que sus clientes "no debían pagar por los crímenes de Vichy". El tribunal reconoció la buena fe de los esposos Toll.

Durante una audiencia en octubre, ante los jueces civiles del Tribunal de Gran Instancia de París, habían explicado ser ellos mismos judíos y "muy sensibles" a la causa de la memoria del Holocausto.

Los descendientes de Simon Bauer estimaban no obstante que la pareja de coleccionistas sabía que el cuadro La Cosecha había sido robado.

Durante la Segunda Guerra Mundial, los nazis robaron metódicamente las obras de arte de judíos, que eran revendidas, coleccionadas por altos dirigentes del régimen de Hitler o destinadas al megaproyecto Führermuseum en Linz (Austria).

Poco después del conflicto, el trabajo de los Monuments men, un grupo de expertos enviados por Estados Unidos, así como el proceso de restitución que emprendieron los países ocupados, permitieron devolver a sus propietarios una mayoría de las piezas hurtadas.

Pero de las 650.000 obras robadas, alrededor de 100.000 siguen sin haber sido restituidas, según cifras publicadas durante una conferencia internacional celebrada en República checa en 2009.

Los veleros de plata de la colección Budge.

Un museo suizo restituyó esta semana a los herederos de una coleccionista judía germano-estadounidense dos veleros de plata, de un valor de unos 130.000 euros cada uno, vendidos a la fuerza por los nazis.

Estas piezas de plata, en forma de velero, formaban parte de la colección del museo de historia y de etnografía de San Galo. Llegaron al museo a través de una donación en 1967 de Giovanni Züst, un coleccionista que había empezado a adquirir obras de arte entre las dos guerras. Buscando el origen de las piezas, el museo pudo establecer que los dos barcos habían pertenecido a Emma Budge, una riquísima coleccionista de arte alemana que se casó con un banquero estadounidense, Henry Budge. Tras la muerte de Emma Budge, en 1937, los ejecutores testamentarios fueron obligados por los nazis a vender su colección. Según las investigaciones, los fondos procedentes de esa venta fueron a parar a una cuenta del Tercer Reich.

La compleja restitución de las obras.

1. Los nazis robaron metódicamente obras de arte de judíos, que eran revendidas, coleccionadas o destinadas al Führermuseum en Linz. De las 650.000 obras robadas, se estima que unas 100.000 siguen sin haber sido restituidas a sus dueños legítimos.

2. En la Francia ocupada, las obras confiscadas iban al museo Jeu de Paume de París, antes de ser enviadas a Alemania. Gracias al inventario clandestino elaborado por la encargada de conservación, Rose Valland, 45.000 obras pudieron ser recuperadas.

3. En 1998, 44 Estados firman la Declaración de Washington por la que se comprometen a hallar y en la medida de lo posible, restituir, las obras robadas por los nazis. Austria estima haber devuelto unas 10.000 obras procedentes de sus colecciones públicas.

4. Luego de una ardua batalla judicial, Austria devolvió en 2006 cinco obras de Gustav Klimt. El principal retrato fue vendido posteriormente por 135 millones de dólares. La historia fue adaptada al cine en 2015 en La dama de oro, del británico Simon Curtis.

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