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"Fortalecer a Unión Europea como actor global"

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Jean-Claude Junckler
European Commission President Jean-Claude Juncker arrives to attend the second day of a European Union and the Community of Latin America and Caribbean states (EU-CELAC) summit on June 11, 2015 at the European Union headquarters in Brussels. AFP PHOTO / PHILIPPE HUGUEN BELGIUM-EU-CELAC-SUMMIT
PHILIPPE HUGUEN/AFP

Está al timón de la Comisión Europea -el órgano ejecutivo de la Unión Europea- en momentos en que el bloque enfrenta fuertes cuestionamientos sobre su futuro: con la crisis de Grecia amenazando al euro y el Reino Unido preguntándose sobre su pertenencia a la unión.

Pero, el luxemburgués está convencido de que a la Unión Europea solo le falta una inyección anímica, para “fortalecer a Europa como actor global”. Este es un resúmen de la entrevista que dio al Grupo de Diarios América.

—Usted ha dicho que militarmente una "horda de gallinas" es más combativa que la UE. ¿Le inquieta que las decisiones en política de defensa que atañen a los países del bloque se tomen desde otros centros de poder? ¿Teme que países como Rusia aprovechen esa brecha?

—La UE emergió del deseo de dejar atrás la guerra y el derramamiento de sangre entre naciones europeas. Sin embargo, esto requiere un esfuerzo continuo para mantener a los demonios del nacionalismo a raya. Los conflictos y las tragedias en nuestras fronteras son un poderoso recordatorio de que nuestro trabajo para mantener una paz duradera no ha terminado. Es por eso que, entre otras cosas, estamos desarrollando una política exterior, de seguridad y de defensa común. Obviamente todavía estamos muy lejos de la defensa común o de un ejército europeo. Pero en la medida en que haya voluntad política de usar todo el rango de instrumentos existentes, seremos capaces de llevar a cabo una política exterior activa y creíble.

Desafortunadamente esta voluntad suele faltar. Por eso, una de mis prioridades para la Comisión es fortalecer Europa como actor global. Esto significa combinar nuestras herramientas de acción exterior, que van desde comercio a la ayuda al desarrollo, pasando por la participación en instituciones financieras internacionales y la política hacia el vecindario. Pero si queremos que Europa sea más fuerte en el contexto mundial, debemos trabajar para reforzar sus capacidades de seguridad y defensa. Europa es, sin duda, un poder blando; sus valores son muy atractivos, pero no puede haber un poder blando sostenible sin poder duro, sin capacidades integradas de defensa. Esto es por supuesto una visión a largo plazo, y no se trata de hacer de la UE una alternativa a la OTAN.

Sobre Rusia, estamos tomando acciones decisivas donde sea necesario, como ha quedado demostrado por nuestras sanciones, para asegurar la completa implementación de los acuerdos de Minsk. Estuve feliz de ver a los líderes del G7 mostrar su unidad en este punto.

—¿Cómo concibe usted el papel de la UE en el mundo, cuando se habla de que China es el mayor reto para EE.UU. en el orden internacional?

—En Europa fortalecimos nuestros lazos comerciales después de la II Guerra no solo como un principio mutuamente beneficioso, sino que como la clave para una paz duradera. Es nuestra razón de ser. Por eso, no nos llevará a ninguna parte entrar en una discusión sobre dónde estamos en la jerarquía internacional o sobre las esferas de influencia. Deberíamos estar preguntándonos, en cambio, sobre cómo ampliar las relaciones mutuamente beneficiosas con todos nuestros socios, lo que hará crecer las exportaciones, los empleos e impulsará la competencia.

Hemos construido y estamos construyendo fuertes lazos comerciales con EE.UU. y con China, tanto bilateralmente como en el contexto del G20".

—Como parte de su estrategia, China anunció que en los próximos 10 años invertirá US$ 250 millones en América Latina y el Caribe. ¿Qué opina la UE de esta ofensiva del gigante asiático en un mercado que tradicionalmente vio a EE.UU. y Europa como sus principales socios comerciales?

—China es una economía emergente impresionante que ha crecido exponencialmente, y, como Europa, tiene mucho que ganar del comercio. También estamos invirtiendo en América Latina. Nuestros lazos comerciales con América Latina y el Caribe se han duplicado en la última década. Hemos concluido acuerdos comerciales con 26 de los 33 países en la región, lo que la convierte en la región con la que la UE tiene más acuerdos comerciales. También Latinoamérica es —aparte de Norteamérica— donde la UE tiene la mayor cantidad de inversiones: con más de medio billón de euros en inversiones, más que en Rusia, China e India juntos.

No deberíamos ser intimidados por las economías emergentes. También podemos ganar con ellos.

Y Europa es diferente a China. Nuestro crecimiento ha sido un fenómeno más estable, dado que los países se esforzaron por recuperar rápidamente la prosperidad después de la II Guerra. Nunca olvidemos los robustos cimientos que crearon esos esfuerzos.

—La UE se ve amenazada por divisiones. ¿Cómo ve el futuro de la UE en ese contexto?

—No es ningún secreto que los ciudadanos están perdiendo la fe y que nosotros estamos frecuentemente enfrentados a situaciones desafiantes y demandantes. Por eso, creo firmemente que necesitamos inyectarle nueva vida al proyecto europeo. Nos esperan enormes retos, y depende de nosotros estar a la altura. Si queremos jugar un papel en el futuro, tenemos que jugarlo ahora.

Europa está en un declive demográfico. A comienzos del siglo XX los europeos representaban el 20% de la población mundial, al inicio del siglo XXI era el 11%, a mediados será el 7%, y para el siglo XXII representará el 4% de un mundo cuya población se habrá elevado a 10 mil millones. Así que si dentro de 50 años, entre el 4 y el 7% de nosotros va a ser europeo, está claro que somos más fuertes cuando actuamos juntos".

—Ante casos como Venezuela, ¿la UE velará por que los derechos humanos, la democracia y el buen gobierno sean valores que determinen el avance de las relaciones con la Celac?

—La UE siempre ha hecho de los derechos humanos, la democracia y el buen gobierno elementos fundamentales en sus relaciones con terceros países. Por otra parte, nuestra asociación global con la Celac se basa en valores fundamentales compartidos. Debemos trabajar juntos para promover y defender esos valores, en particular cuando y donde puedan verse comprometidos.

En el caso de Venezuela, lo que nos gustaría ver es más diálogo y más entendimiento entre el gobierno y todos los partidos políticos y la sociedad civil; y sobre todo en este momento, para que haya elecciones parlamentarias justas y transparentes, dentro de un plazo debidamente anunciado.

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