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El final del Brexit se perfila sin acuerdo entre Reino Unido y la Unión Europea

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Contrarios al Brexit hacen campaña para que el Reino Unido se mantenga en la Unión Europea. Foto: Reuters

LA SALIDA BRITÁNICA DE EUROPA

“Parece muy, muy probable que tengamos que optar” por un Brexit sin acuerdo, dijo el primer ministro Boris Johnson a las televisiones británicas.

El Reino Unido y la Unión Europea reconocieron ayer viernes que es muy probable que no alcancen un acuerdo de libre comercio que rija sus relaciones posbrexit tras el término del periodo de transición el próximo 31 de diciembre.

“Parece muy, muy probable que tengamos que optar” por un Brexit sin acuerdo, dijo el primer ministro Boris Johnson a las televisiones británicas.

Defensor del Brexit a ultranza desde el histórico referéndum de 2016 sobre la Unión Europea (UE), Johnson quitó sin embargo dramatismo a las consecuencias de tal escenario: “Creo que sería maravilloso para el Reino Unido y que podríamos hacer exactamente lo que queremos a partir del 1 de enero”.

Pero “sería diferente de lo que nos habíamos propuesto alcanzar”, reconoció, mientras los equipos negociadores británico y europeo proseguían los contactos con la mirada puesta en mañana domingo, día en que ambas partes deben decidir si vale la pena seguir a delante o tiran la toalla.

También la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, había considerado el jueves que hay “más probabilidades” de fracaso que de éxito, al presentar a los líderes de los 27 países de la UE, reunidos en una cumbre, un panorama del estado de la negociación.

Johnson y Von der Leyen hablaron por teléfono el lunes, día en que el primer ministro británico solicitó también conversar con la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Emmanuel Macron, a lo que estos se negaron. “Hablamos con una sola voz”, dijo el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, para explicar este rechazo.

El miércoles Von der Leyen y Johnson se reunieron en Bruselas, cuando constataron sus discrepancias y pusieron la nueva fecha tope del domingo para definir si siguen negociando.

Boris Johnson, primer ministro británico. Foto: Reuters
Boris Johnson junto a Ursula von der Leyen. Foto: Reuters

El Reino Unido abandonó oficialmente la UE el 31 de enero, y desde entonces se encuentra en un período de transición que vence el próximo 31 de diciembre, cuando el país saldrá por completo del mercado único y la unión aduanera.

Ese período de transición fue acordado precisamente para que el Reino Unido y la UE pudieran negociar un acuerdo sobre su futura relación comercial. Pero negociaciones están estancadas en tres puntos: acceso europeo a zonas pesqueras en aguas británicas, normas de competencia para acceso al mercado único y la gestión legal de la futura relación.

Sin un tratado de libre comercio, a partir del 1 de enero las relaciones entre el Reino Unido y la UE se regirán por las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), un escenario de consecuencias económicas imprevisibles con la aplicación de aranceles y cuotas.

Las acciones europeas cayeron ayer viernes, finalizando una semana con una nota sombría ante los temores sobre el impacto económico del resurgimiento del COVID-19 y el destino del Brexit. Las malas perspectivas de un acuerdo pesaron más en el tono negativo que otros datos favorables, como la previsión del Bundesbank de una menor contracción de la economía alemana o la próxima aprobación de la vacuna de Pfizer en Estados Unidos.

El efecto de un ruptura sin acuerdo comercial

De las negociaciones entre el Reino Unido y la UE dependerá el futuro de un comercio anual de 1 billón de dólares. En caso de una salida sin acuerdo, Reino Unido perderá el acceso sin aranceles y sin cuotas al mercado único europeo. Ante las pocas posibilidades de acuerdo, la libra esterlina cayó ayer viernes un 0,8% frente al dólar a 1,3184 dólares antes de recuperarse un poco. Un Brexit sin acuerdo dañaría a las economías del norte de Europa, tendría repercusiones en los mercados financieros, dificultaría el paso por las fronteras y complicaría las delicadas cadenas de suministro que se extienden por Europa y más allá.

El año muy especial para Boris Johnson
Boris Johnson. Foto: Reuters.

En el último año al primer ministro británico, Boris Johnson, le pasó de todo. Se divorció y se comprometió, tuvo un hijo, se contagió de COVID-19 que lo estuvo al borde de la muerte, y logró que su país fuera el primero en Occidente en lanzar la vacunación masiva en medio de una recesión sin precedentes. Si para todo el mundo 2020 fue el año más largo, para Johnson esta expresión se queda corta.

Elegido con un 43,6% de los votos (el porcentaje más alto desde 1979), Johnson recibió luz verde para completar el Brexit. Su predecesora, Theresa May, fue forzada a dimitir al no conseguir el apoyo del Parlamento a su pacto con la UE. Johnson acabó firmando un documento muy similar al que le costó el puesto a May y se comprometió desde el primer momento a que, pasase lo que pasase, la transición acabaría el 31 de diciembre.

“Un año después (de la elección de Johnson), estamos en peor estado que cuando empezamos. Tenemos menos dinero y los centros de las ciudades están deprimidos. La pendiente se ha inclinado y seguimos abajo”, dijo la politóloga Rachel Wolf, coautora del programa de los “tories” para las elecciones. Wolf dijo que Johnson tiene el reto de conseguir que los votantes perciban que ha habido un cambio, al mismo tiempo que gestiona los efectos sanitarios y económicos de la pandemia y el Brexit.

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