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Entre los fanáticos y optimistas moderados

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Pese al estricto operativo de seguridad, más de 100.000 brasileños participaron de la toma. Foto: Reuters

Cambio histórico: Brasil a la derecha

Unos 115.000 brasileños asistieron a la toma de mando. Un 65% cree que la gestión será “excelente”.

"¡El capitán llegó!”, cantaban eufóricos los miles de seguidores de Jair Bolsonaro, que vibraron ayer en la Explanada de los Ministerios de Brasilia durante la investidura del líder ultraderechista al que llaman “Mito” y en el que han depositado sus esperanzas de cambio.

El momento álgido para esta marea verde y amarilla llegó al comienzo de la tarde, cuando el excapitán del Ejército se dirigió a ellos desde el Palacio de Planalto, ya portando la banda presidencial.

“Me pongo frente a toda la nación, en este día, como el día en el que el pueblo comenzó a liberarse del socialismo, de la inversión de valores, del gigantismo estatal y de lo políticamente correcto”, lanzó desatando el delirio de sus entregados seguidores, en un discurso más agresivo que el que había pronunciado minutos antes en el Congreso.

A su lado, le observaba su joven esposa Michelle, quien acababa de dirigirse al país en una inédita intervención en lengua de signos, que interrumpió para besarle en dos ocasiones. El público disfrutaba y Bolsonaro acabó agitando una bandera de Brasil que lanzó el público prometiendo, entre vítores, que “jamás será roja”.

“Vine solo para la investidura, hice mucho sacrificio, ahorré para comprar el pasaje de avión, pero al final conseguimos estar hoy en la ceremonia de nuestro presidente Bolsonaro, con todo orgullo”, contó a la AFP el jubilado Antonio Vendramin, que llegó desde el sur del país.

Medida: no podían entrar con botellas de agua, así los hidrataron. Foto: AFP
Medida: no podían entrar con botellas de agua, así los hidrataron. Foto: AFP

El Gabinete de Seguridad Institucional cifró en 115.000 los asistentes a la ceremonia, menos de lo proyectado inicialmente por los organizadores, según la prensa local. Pero más del doble de las 40.000 personas que acudieron a la asunción de Dilma Rousseff.

Sacrificio.

Procedentes de todos los puntos de este país continental, ningún fan del “Mito” quería perderse este momento histórico, poco probable hace apenas unos meses. Los había con banderas, camisas con la cara del flamante presidente o incluso vestidos de superhéroes. Algunos repartían bendiciones o lanzaban consignas contra la prensa y a favor de Bolsonaro.

A nadie parecía importarle la fina lluvia que cayó en la mañana, los cuatro controles que debían pasar o si hasta el último momento no se supo si el presidente y su esposa iban a recorrer la Explanada en un Rolls Royce descapotable o en un carro blindado.

Al final, optaron por el tradicional Rolls para alegría de su seguidores, que no dejaron de vitorearles durante el trayecto.

“Vine por el ‘Mito’. Es algo que nunca vivimos antes en la historia de Brasil”, afirmó Vandelice Morais, una profesora de 67 años llegada desde Bahía. “Como yo, él coloca la familia, la patria y a Dios en primer lugar”, añadió.

La ceremonia se planeó con unas medidas de seguridad sin precedentes para este tipo de actos, dejando bloqueado el corazón de la capital.

Poco a poco, el flujo ‘verdeamarelo’ aumentó en la Explanada, que se llenó de seguidores con camisas del “Mito” y banderas de Brasil. Todos expectantes para el comienzo de una nueva era.

“Los gobiernos que vinieron antes hicieron siempre lo mismo y dio lo que dio”, afirmó el estudiante Igor Freitas, que a los 17 años votó por primera vez en las pasadas elecciones.

Optimismo.

Más allá del clamor en Brasilia, el indice de optimismo de la población brasileña sobre el gobierno de Jair Bolsonaro es el más bajo para un primer año de mandato desde 1989, según una encuesta realizada por el instituto de investigación Datafolha y publicada el martes por el diario Folha de S.Paulo.

Según el estudio, un 65% de los brasileños considera que la gestión del político de extrema derecha será “excelente” o “buena”. Para un 17% de las personas entrevistadas, la labor de Bolsonaro será “regular”, mientras que un 12% considera que la nueva administración será “mala” o “pésima”. Un 6 % no entregó una opinión, según el sondeo.

Folha de S.Paulo afirmó que en 1990 Fernando Collor de Mello, el primer presidente electo tras el regreso a la democracia, asumió con una expectativa positiva de 71%.

En su primera elección, Fernando Henrique Cardoso contaba con un 70% de optimismo. Para el primer mandato de Luiz Inácio Lula da Silva, la expectativa positiva alcanzaba el 76%, mientras que Dilma Rousseff inició su primer período con un 73 por ciento de optimismo, según la encuesta.

La alegría de Hugo De León.

El exjugador y entrenador uruguayo Hugo De León es un declarado simpatizante del ahora nuevo presidente Jair Bolsonaro. A través de sus redes sociales, ha dado reitados mensajes de apoyo a la campaña del líder de ultraderecha.

Ayer, mientras en Brasilia juraba en su cargo Bolsonaro, De León escribió un mensaje en portugués su cuenta de Twitter. “Brasil acima de todos” (Brasil por encima de todos), escribió el exdeportista haciendo suya una frase del propio Bolsonaro. Acompañó el comentario con un afiche en el que aparece el Capitán Jair Bolsonaro con sus 22 ministros.

De León, que tuvo un memorable pasaje por Gremio de Porto Alegre, reside gran parte del año en esa ciudad brasileña.

Durante la campaña electoral, De León tuvo un comportamiento militante en favor de Bolsonaro. En varios mensajes en redes sociales, compartía su simpatía y llamaba a los brasileños a votar por él.

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