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Los familiares dudan y piden que saquen al ARA San Juan

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Capitán Enrique Balbi, exjefe del Departamento de Comunicación Institucional de la Armada, dando los detalles del hallazgo del submarino ARA San Juan. Foto: AFP

El hallazgo del submarino

“Hay voluntad o no hay voluntad, ya no lo podemos decir”, afirman.

Ayer sábado llovía en Mar del Plata. Reunidos frente a un pequeño televisor en el hall de un hotel, familiares de los 44 tripulantes del ARA San Juan siguen la conferencia de prensa que el ministro de Defensa y los jefes de la Armada brindaban en Buenos Aires. Por una ventana se los ve abrazarse, llorar desconsoladamente, tomarse la cabeza y enjugarse las lágrimas. Hace un año que están alojados en este pequeño hotel de las afueras de Mar del Plata, 400 km al sur de Buenos Aires y cerca de la base naval adonde el submarino debía arribar al término de su periplo por el Atlántico Sur.

"Tenemos nuestra duda de que quizás el submarino esté vacío en el fondo", dice Yolanda Mendiola, madre del cabo primero Leandro Cisneros, quien tenía 28 años al momento de la desaparición de la nave.

Es el mediodía del sábado y hace menos de 12 horas desde que saben del hallazgo."No podemos hacer el cierre", explica Yolanda, como si la palabra duelo fuera una entrega imposible de soportar. "Vamos a exigir al presidente (Mauricio Macri) que vea la forma de sacarlo (al submarino) porque sí se puede, porque la empresa lo dijo", sostiene Yolanda, con voz quebrada pero firme. Se refería a la empresa Ocean Intinity, que encontró al submarino.

Julia Chazarreta es la madre del tripulante Luis Leiva, lleva estrujada entre los puños una bandera argentina. "Tranquilidad no vamos a tener nunca, es mucho dolor lo que tenemos", dice y el llanto la ahoga. Junto a ella está Cecilia Kaufmann, la pareja de Leiva.

La lucha ahora será conseguir que se reflote la nave.

"Hay voluntad o no hay voluntad, ya no lo podemos decir", dice Cecilia. "Tenemos la esperanza de que escuchen a los familiares y que por respeto a nosotros y a nuestro duelo quieran reflotarlo", asegura.

Yolanda recibió la noticia por un mensaje en la madrugada en su teléfono móvil que la hizo saltar de la cama, cuenta.

Familiares de los submarinistas del Ara San Juan se concentran en la base naval del Mar del Plata. Foto: EFE
Familiares de los submarinistas del Ara San Juan se concentran en la base naval del Mar del Plata. Foto: EFE

A medida que recorría los pasillos del hotel los familiares salían de sus habitaciones incrédulos, algunos se desplomaban, otros buscaban confirmaciones. Hace un año que la vida de estas personas se detuvo. Muchos son oriundos del norte de Argentina y resolvieron instalarse en Mar del Plata, frente al mar, hasta que hallaran al San Juan, aún sin tener certezas de que este día llegaría.

Desencajada, arrodillada sobre la calle, a los gritos para pedir que jefes navales "den la cara", Andrea Merelles vivió en plena crisis la certeza de que no volverá a ver más al suboficial Gabriel Alfaro Rodríguez, su esposo. "No sé cómo explicarle a mi hijo, no puedo mirarlo a la cara y contarle", dijo Merelles a La Nación, luego de su paso por la Base Naval de Mar del Plata para escuchar el informe que les dio el jefe de esa unidad, capitán de navío Gabriel Attis.

Los familiares de los 44 tripulantes del ARA San Juan expresaron muchas quejas contra las autoridades navales. Tanto Merelles como otras esposas y padres de los tripulantes creen que se les ocultó información desde el principio. "Nos enteramos por WhatsApp de la aparición del submarino, no lo podíamos creer", recordó Merelles sobre el mensaje que les envió en simultáneo la Armada.

A los familiares les mostraron como prueba tres fotografías tomadas por un robot del buque de búsqueda de la empresa estadounidense Ocean Infinity, responsable del hallazgo. "Ya lo ubicaron, ahora que nos entreguen a nuestros familiares", reclama Cecilia.

Por la tarde, los familiares se reunieron a metros del mar, frente a la base de Mar del Plata. Uno pronuncia con un megáfono cada uno de los 44 nombres de los tripulantes. Todos responden "¡Presente!". "¡Prohibido olvidar!", claman.

Entre los familiares, uno de los primeros en enterarse del hallazgo del submarino fue Luis Tagliapietra, que estaba a bordo del Seabed Constructor, el barco de la empresa Ocean Infinity, como uno de los veedores. Tagliapietra es padre del teniente de corbeta Alejandro Damián.

Tagliapietra envió un mensaje por WhatsApp a sus familia, amigos y a los medios con los que estaba en contacto. "¡¡Los encontramos!! Al fin los encontramos, como en una historia de película... cuando ya parecía todo terminado, ¡los encontramos! ¡Gracias por el apoyo y el cariño!", comienza el mensaje. "Para cuando reciban esto ya se habrán enterado por la Armada y los medios, no sé cuándo nos restaurarán la conexión, les escribo ahora para compartir con ustedes lo que siento", escribió. "Aunque no tengo palabras, [siento una] mezcla de enorme tristeza con la de una batalla ganada, LOS ENCONTRAMOS!", agregó.

El riesgo de navegar con diez fallas

Los tripulantes del ARA San Juan convivían con desperfectos permanentes que complicaban el trabajo en el mar. Así surge de un informe confidencial de la Armada argentina que la semana pasada fue revelado por el jefe de Gabinete, Marcos Peña, en su presentación al Congreso.

En su penúltimo viaje el submarino tuvo al menos diez problemas técnicos de distinta dimensión. A ellos se sumaron una serie de desperfectos adicionales que fueron considerados menores por la Armada.

En la expedición de mediados del año pasado, la nave salió con un solo periscopio en servicio, pero al sexto día de navegación la tripulación detectó un defecto en la óptica que impedía hacer foco.

Era un problema superlativo para la misión, que buscaba documentar la presencia de barcos en la plataforma continental argentina.

Otros problemas surgieron: una antena tuvo dificultades antes de la salida y volvió a fallar el tercer día del viaje; desde el segundo día de navegación se detectó un ruido permanente cuando la nave funcionaba entre las 65 y las 85 revoluciones por minuto; hubo fallas en el generador número 2; en el quinto día falló el sistema de propulsión, recién arrancó en el tercer intento y se mantuvo toda el viaje; ingresó agua de mar al ventilador de la batería de proa. Asimismo, hubo una caída del nivel de aceite de unos 50 litros diarios en el sistema hidráulico.

Testimonios

Yolanda Mendiola
Familiares tripulantes ARA San Juan

Madre del Cabo Leandro Cisneros

"Estamos todos destruidos acá", Yolanda Mendiola, madre del cabo primero Leandro Cisneros, que tenía 28 años al momento de la desaparición. "Ahora queremos saber qué pasó. Hubo fallas, seguro. La justicia tiene que investigar. Si hay culpables, que sean castigados. ¿Se imagina? Son 44 chicos, cuando se subieron a ese submarino estaban vivos".

Marta Vallejos
Familiares tripulantes ARA San Juan

Hermana del marinero Celso

"Es muy impactante. Gracias a Dios ellos están en paz", contó. Según relató, la noticia se la transmitió la propia Armada, tanto a ella como a otros familiares en un hotel de la ciudad de Mar del Plata. En complicadas condiciones para hablar por la emoción, Vallejos remarcó que quedaron todos "muy shokeados" con el hallazgo del submarino.

Jorge Villarreal
Familiares tripulantes ARA San Juan

Padre del marinero Fernando

En la mañana del viernes les habían comunicado que "había indicios de que coincidía con un 70 y 80% con las características del submarino". "Pero a veces se decía lo mismo y eran formaciones rocosas. (...) Nos llama la atención que justo en ese punto habían pasado y no lo hubieran podido encontrar".

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