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Una falsa Guerra Fría entre Rusia y Estados Unidos

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Maduro se sigue mostrando en actos con los militares, buscando renovar su apoyo. Foto: AFP
Handout picture released by the Venezuelan Presidency showing Venezuela's President Nicolas Maduro (R) flashing the V-sign next to Commandant of the Armed Forces Strategic Command Operations Remigio Ceballos (L) during a military rally with the personnel posted in the REDI Capital and the Superior General Staff of the FANB at Fuerte Tiuna Military Complex, in Caracas, on January 30, 2019. Venezuelan President Nicolas Maduro accused military deserters of having become "mercenaries" conspiring from Colombia to divide the armed forces and plot a coup. - RESTRICTED TO EDITORIAL USE - MANDATORY CREDIT "AFP PHOTO - Venezuelan Presidency / Marcelo GARCIA" - NO MARKETING NO ADVERTISING CAMPAIGNS - DISTRIBUTED AS A SERVICE TO CLIENTS / AFP / Venezuelan Presidency / Marcelo GARCIA / RESTRICTED TO EDITORIAL USE - MANDATORY CREDIT "AFP PHOTO - Venezuelan Presidency / Marcelo GARCIA" - NO MARKETING NO ADVERTISING CAMPAIGNS - DISTRIBUTED AS A SERVICE TO CLIENTS VENEZUELA-CRISIS-MILITARY-MADU
MARCELO GARCIA/AFP

Entre Maduro y Guaidó

Analistas dicen que es “mucho menos ideológica” que en la época de la URSS y sin política anticomunista.

Maduro se sigue mostrando en actos con los militares, buscando renovar su apoyo. Foto: AFP
VEA EL VIDEO. Foto: AFP

La crisis política en Venezuela ha hecho soplar un aire de Guerra Fría, con dos bloques opuestos, uno liderado por Washington y el otro por Moscú, pero este enfrentamiento diplomático nada tiene que ver con el que sacudió al mundo en el siglo XX.

Juan Guaidó se proclamó presidente con el apoyo de Estados Unidos, mientras el mandatario Nicolás Maduro es respaldo de Rusia. Ambas potencias recibieron el apoyo de sus aliados tradicionales: Europa y Canadá con Donald Trump, y China con Vladimir Putin. Todo esto hace pensar a un surgimiento de una nueva Guerra Fría, pero los expertos desestiman esta afirmación.

"Hay un aire de Guerra Fría", admite Thomas Posado, doctor en ciencias políticas de la Universidad París VIII, pero "es mucho menos ideológica". "La especificidad de esta crisis venezolana es que hay intereses económicos muy actuales, vinculados al reembolso de la deuda venezolana, de la que ambos países son acreedores".

"No es una Guerra Fría, no hay una política anticomunista como en los viejos tiempos, porque el comunismo ya no existe", coincide el británico Richard Lapper, del think thank Chatham House.

Para Isabelle Facon, de la Fundación para la Investigación Estratégica (FRS), no se puede considerar que China y Rusia "formen un bloque". Según ella, la posición de Moscú y Pekín se explica por su férrea oposición al intervencionismo estadounidense.

Para Lapper, la situación actual deja en evidencia la "política cada vez más agresiva de China en la región".

"Como en el resto del mundo, quieren dominar en Latinoamérica", un territorio en el que Estados Unidos "ha perdido terreno", subraya.

En cuanto a los estadounidenses, la política exterior de Trump, incluso con sus aliados tradicionales, descalifica cualquier idea de un bloque homogéneo.

Posado ve por su parte en esta crisis "una reactivación" de la doctrina Monroe, el nombre con el que se conoce la política exterior adoptada por Estados Unidos respecto a los países Latinoamericanos en el siglo XX.

Una muestra de ello, según este especialista, es la designación por parte de la administración Trump del diplomático Elliot Abrams como emisario especial encargado para Venezuela. Abrams participó en la década de los 80 en las campañas anticomunistas en América Central.

Más allá del aspecto geopolítico, el componente económico también es importante, destacan los expertos. "Las empresas rusas han hecho grandes inversiones en la región. China tiene intereses en Latinoamérica por sus recursos naturales, y han invertido mucho en Venezuela", explica Lapper. Es también el caso de Estados Unidos, quien tiene grandes intereses en Venezuela.

Para Posado, Moscú y Pekín "seguirán apoyando a Maduro" porque "si se instaura en Venezuela un gobierno cercano a Estados Unidos, es probable que una parte de las deudas contraídas por Maduro en los últimos tiempos sean cuestionadas y renegociadas".

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