El Departamento de Justicia de Estados Unidos anunció el miércoles que no inculpará al agente que en agosto del año pasado mató a un joven negro desarmado en la ciudad de Ferguson (estado de Missouri), aunque señaló que impera el “racismo” en la policía local.

El agente Darren Wilson “no actuó con intención criminal y no puede ser probado más allá de una duda razonable que haya infligido” la ley de derechos civiles, concluye el informe del Departamento de Justicia publicado el miércoles.

La investigación federal había sido ordenada utilizando una prerrogativa del gobierno federal para proteger los derechos civiles, luego de la muerte de Michael Brown, de 18 años, un joven negro desarmado muerto por el policía, que patrullaba la zona, un drama que provocó semanas de manifestaciones y motines.

La familia de Michael Brown expresó en un comunicado su “decepción” ante el hecho de que “quien mató a (su) hijo no sea responsabilizado por sus acciones”.

Sin embargo, se declara “alentada de ver que la policía de Ferguson es responsabilizada por prácticas discriminatorias (...) La muerte de nuestro hijo no habrá sido en vano si se realizan cambios, no solamente en Ferguson sino también en el país”, agrega el comunicado de la familia Brown.

El informe, que abarca tanto el examen del propio tiroteo como las prácticas policiales en Ferguson, constata también conductas racistas de la policía local contra la comunidad negra de la ciudad.

La policía de Ferguson, al igual que la justicia local muestran una “rutina” de discriminación contra la población negra, señalan las autoridades judiciales federales.

El Secretario de Justicia, Eric Holder, en un comunicado de prensa, afirmó que la investigación mostró “una comunidad profundamente dividida, donde la desconfianza y la hostilidad caracterizan con frecuencia la relación de la policía con sus habitantes”.

En un informe de 105 páginas sobre las prácticas policiales, se destaca que la población de Ferguson es 67% negra. De 2012 a 2014, 85% de los vehículos detenidos por la policía eran conducidos por negros, 90% de las personas que recibieron multas, 93% de los arrestados; 95% de los peatones acusados de infracciones y 94% de los acusados de desacato, eran negros.

Los afrodescendientes fueron dos veces más objeto de cacheos que los blancos durante controles de vehículos, pero poseían 26% menos de objetos ilegales.

El sistema judicial local tampoco se salva. El informe muestra que los tribunales “se centran en los más vulnerables de los ciudadanos”, principalmente los más pobres, con frecuencia afroestadounidenses, que por infracciones menores, por no poder pagar las multas, pueden incurrir en deudas crecientes, que los lleven a la prisión, a la pérdida de un empleo o de su vivienda.

La polémica en torno al racismo y el uso de la violencia por parte de las fuerzas policiales recrudecieron esta semana por episodios ocurridos en la ciudad de Los Angeles, donde agentes policiales abatieron a inmigrantes mexicanos y a un hombre negro sin techo.

Justicia federal dio su informe sobre el caso ocurrido en MissouriAFP