LA MARCHA DE LA PANDEMIA
La cuarta ola de la pandemia está golpeando fuerte en el centro y sureste de Europa. Los expertos atribuyen la gravedad de la situación a la llegada del frío y la expansión de la variante Delta.
Europa padecerá un “invierno duro” por el repunte de la pandemia del COVID-19, alertó ayer martes el director regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Hans Kluge, y reiteró que el continente está en el “epicentro” de la pandemia.
Kluge participó en la apertura del 44 Congreso Mundial de Hospitales en Barcelona. En su intervención, subrayó que la región europea de la OMS -que incluye a 53 países de Europa y Asia central, entre ellos Rusia y varias repúblicas exsoviéticas- registró la semana pasada unos dos millones de nuevos casos y acumula cerca de 1,5 millones de muertos por el virus.
“Nuestra región es el epicentro de la pandemia, con un crecimiento de la transmisión, las hospitalizaciones y las muertes”, enfatizó, tras advertir que el continente afronta un “invierno duro”.
Al respecto, hizo un llamamiento a intensificar la vacunación, a la población en general pero especialmente entre el personal sanitario, para “mantener el virus a raya”. “La vacunación extensiva y medidas preventivas son el único camino para aliviar el crecimiento de la presión en los hospitales y sistemas sanitarios”, recalcó.
La cuarta ola de la pandemia está golpeando fuerte en el centro y sureste de Europa. Los expertos atribuyen la gravedad de la situación a la llegada del frío y la expansión de la variante Delta -más contagiosa que las cepas anteriores- en poblaciones poco inmunizadas.
Las cifras más recientes de la plataforma Our World in Data revelan una correlación clara entre los bajos índices de vacunación y las altas tasas de mortalidad, sobre todo en la parte sureste de Europa.
En Bulgaria, el país más pobre de la Unión Europea (UE), está a la cola de la inmunización, con apenas un 22,5% de la población inmunizada por completo, y a la cabeza en la tasa de mortalidad, con una media diaria de casi 23 muertos por cada millón de habitantes.
La situación contrasta con la de países como España, donde cerca del 74% de la población está vacunada dos veces y la tasa media de muertes diarias se situaba en 0,58 por millón de habitantes.
Las autoridades sanitarias de los países más golpeados han adoptado nuevas restricciones, sobre todo para los no inmunizados.
La cuarta ola de la pandemia azota fuertemente también a Alemania, con la incidencia y el número de contagios al alza, un Gobierno en funciones, la campaña de vacunación estancada y sin que el futuro canciller, Olaf Scholz, haya dado pistas sobre la estrategia que seguirá ante la crisis. La incidencia semanal se situó ayer martes en 213,7 contagios por 100.000 habitantes, el nivel más alto desde que comenzó la pandemia y el doble de la semana pasada.
Según una encuesta de Der Spiegel, un 42% de los alemanes consideran que las actuales medidas para hacer frente a la pandemia son insuficientes mientras que el 27% las considera exageradas y un 31 por ciento las ve adecuadas.
En este contexto uno de los temas que más se discuten en Alemania es el de la búsqueda de caminos para aumentar la presión sobre quienes todavía se niegan a vacunarse. La Comisión Permanente de Vacunación todavía no ha recomendado que los niños menores de 12 años sean vacunados y no se espera que eso ocurra antes de mediados de diciembre.
Grecia es otro país que está sufriendo la cuarta ola. Ayer registró 8.613 nuevos casos de coronavirus, un récord desde que la pandemia irrumpió en el país en febrero de 2020 y los hospitales comienzan de nuevo a estar saturados. (AFP, EFE)