La matanza de París sacudió profundamente a la vecina Bruselas y a las instituciones europeas, que en la capital belga tienen su sede: así, además de las banderas a media asta, el luto y los minutos de silencio, la Unión Europea (UE) reaccionó al odio yihadista anunciando para las próximas semanas un nuevo plan antiterrorismo.
Unos 10.000 ciudadanos europeos han abandonado sus pueblos natales para ir a combatir en las filas del Estado Islámico en Siria e Irak para después regresar a sembrar el terror en Europa.
Hasta ahora, los gobiernos del continente no han encontrado la mejor manera de combatirlos. La UE lleva dos años intentando coordinar medidas para poner coto a este fenómeno. El atentado que acabó con la vida de cuatro personas en el Museo Judío de Bruselas en mayo pasado —el acusado es un francés que recibió adiestramiento en Siria— convenció a los dirigentes de que el peligro es real e imprevisible.
Se realizaron fichajes de potenciales terroristas, se trata de mantenerlos bajo vigilancia y se pidió a las empresas de Internet un mayor control sobre las redes (que utilizan los combatientes con gran eficacia para su proselitismo), pero el ataque a Charlie Hebdo mostró las limitaciones de la estrategia.
Gilles de Kerchove, el coordinador europeo para la lucha antiterrorista, reclama crear un registro europeo de viajeros aéreos por el que los Estados quieren obligar a las aerolíneas a proporcionar datos de sus pasajeros. Pero el Parlamento Europeo bloquea la iniciativa por entender que atenta contra la privacidad.
Los ultras piden medidas drásticas
El Frente Nacional de extrema derecha no perdió tiempo en relacionar el ataque a la inmigración e hizo un llamamiento para realizar un referendo para restaurar la pena de muerte en Francia.
Su líder, Marine Le Pen, quien según encuestas ganaría una primera vuelta si se realizaran elecciones presidenciales en este momento, dijo que el fundamentalismo islámico había declarado la guerra a Francia y que eso demandaba "una acción firme y efectiva".
En varios países europeos están creciendo los partidos xenófobos, que presentan a los inmigrantes como la causa de todos los problemas y quieren expulsarlos.
Hasta ahora no se hapodido establecer una estrategia exitosa