LLEGÓ EL "DÍA D"

Tensión y temor de incidentes durante el ingreso de la ayuda humanitaria.

En las últimas semanas la cúpula militar venezolana juró varias veces lealtad a Nicolás Maduro, mientras éste prometía que no iba a dejar entrar la ayuda humanitaria. Pues llegó el día de ver hasta dónde son capaces de llegar.

El líder opositor Juan Guaidó, proclamado presidente interino de Venezuela hace hoy justamente un mes, y reconocido por Estados Unidos y la mayoría de los países de América Latina y Europa, fijó este sábado 23 como el día para el ingreso de la ayuda humanitaria que se encuentra en la ciudad colombiana de Cúcuta, en el norte de Brasil y en la isla de Curazao. Cómo lo hará es un misterio. Maduro se encargó esta semana de cerrar el espacio aéreo con el Caribe y la frontera terrestre con Brasil, además de prohibir que zarpen barcos a partir de mañana domingo.

Ayer viernes, Guaidó llegó sorpresivamente a Cúcuta y se dirigió al lugar del concierto Venezuela Aid Live, donde se encontró con los presidentes Iván Duque (Colombia), Sebastián Piñera (Chile) y Mario Abdo Benítez (Paraguay), y el secretario general de la OEA, el uruguayo Luis Almagro.

Guaidó llegó cuando actuaba el español Alejandro Sanz, y su presencia provocó un revuelo entre las decenas de miles de asistentes. Esta es la primera vez que Guaidó sale de territorio venezolano desde que se proclamó el 23 de enero. En teoría, no podría haber cruzado la frontera hacia Colombia, debido a que el tribunal judicial del régimen de Maduro le prohibió la salida de Venezuela.

El jueves Guaidó había partido de Caracas en una caravana hacia la frontera, para coordinar el ingreso de la ayuda humanitaria.

Ayer Guaidó dijo que logró cruzar al frontera con la ayuda de militares venezolanos.

Lo cierto es que apareció por el puente Tienditas trotando y vistiendo una camiseta negra. Luego se cambió y lució en el concierto una camisa blanca, color que predominó entre las personalidades que estuvieron en el evento. “Gracias. Aquí estamos. Este puente es mío. Se puede, se puede, claro que se puede”, dijo Guaidó cuando avanzaba por el puente Tienditas, según un video difundido en las redes sociales.

Guaidó convocó a manifestaciones hoy sábado para acompañar las caravanas de camiones con más de 600 toneladas de ayuda humanitaria en alimentos y medicamentos.

En una declaración conjunta, Duque y Piñera lanzaron ayer un nuevo llamado a las fuerzas leales a Maduro para que se sitúen del “lado correcto de la historia” y permitan la entrada de ayuda. “No puede haber nada más cruel que un gobierno que le cierra los caminos a la ayuda humanitaria que su pueblo necesita”, enfatizó Piñera.

Ante la negativa de Maduro, la forma en que Guaidó prevé ingresar la asistencia es una incógnita. Diputados opositores han advertido que lo harán por los cuatro puentes que unen al departamento colombiano del Norte de Santander con Venezuela en camiones conducidos por venezolanos.

Guaidó no descarta que utilicen una de las 30 trochas (caminos) ilegales que, según la policía colombiana, hay en la frontera de Cúcuta con Venezuela. A lo largo de los 2.200 kilómetros de la zona limítrofe, se multiplican estos cruces, muchos de ellos controlados por guerrillas, narcotraficantes o bandas de contrabandistas.

Hay mucho temor por cómo puedan reaccionar los militares que apoyan a Maduro.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, urgió a Maduro a “no usar la fuerza letal contra manifestantes” tras reunirse con el canciller venezolano Jorge Arreaza.

Es que ayer, en la frontera con Brasil, dos indígenas murieron y al menos una docena de personas sufrieron heridas de bala en un incidente con militares venezolanos.

“No fue un enfrentamiento, fue un ataque”, relató el indígena venezolano Salomón Pérez en un hospital brasileño mientras aguardaba noticias de dos familiares heridos. El incidente se produjo en la pequeña comunidad de Kumarakapay, en el sur de Venezuela, a una hora de la frontera con Brasil.

Pérez dijo que los miembros de la comunidad estaban conversando con un general venezolano para pedir la apertura de la frontera, cuando efectivos abrieron fuego contra ellos. “La gente estaba en su comunidad, tranquilos, los militares vinieron y comenzaron a disparar a los indígenas”, aseguró Pérez, quien viajó a Boa Vista, la capital del estado fronterizo de Roraim en Brasil, acompañando en una ambulancia a su hermano, uno de los siete heridos de bala que llegaron al hospital.