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España vive jornadas cruciales

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Las sonrisas de Sánchez e Iglesias disimulan las profundas desavenencias. Foto: AFP

LOS DIPUTADOS VOTAN 

Pedro Sánchez en difícil negociación con Iglesias para nuevo mandato; fragmentación política.

Las negociaciones para la investidura de Pedro Sánchez -líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE)- para un nuevo mandato como presidente del gobierno de España, han quedado despejadas después de la renuncia del líder del partido de izquierda radical Unidas Podemos, Pablo Iglesias, a formar parte del gobierno, pero por delante se adivina todavía un tira y afloja.

Iglesias ha dejado claro que solo se pliega al veto a su persona y deja entrever que Sánchez deberá aceptar los candidatos a ministros que le sugiera su formación. Pero la primera reacción socialista fue advertir de que el presidente tiene manos libres para hacer su gobierno y, por tanto, para elegir y, eventualmente, descartar los nombres que le proponga Unidas Podemos. Ahí se sitúa el caballo de batalla para las negociaciones que se abrieron y que son a contra reloj: la sesión de investidura en Diputados comienza mañana lunes, la primera votación para elegir al gobernante se realizará el martes y la segunda votación se celebrará el jueves.

Sin Iglesias en discusión, todo es posible. Aunque eso no implica que el camino para el acuerdo entre las dos principales formaciones de izquierda esté definitivamente allanado.

En el video difundido a través de las redes sociales para anunciar su renuncia a entrar en el gobierno, el líder de Unidas Podemos pone sus condiciones: que “no haya más vetos”, que Podemos elija a sus representantes y que tenga un peso en el gobierno “proporcional a los votos”. Esto último implicaría que Podemos se hiciese con la mitad de los ministerios que tenga el PSOE, ya que en las últimas elecciones generales obtuvo 3,73 millones de sufragios frente a los 7,48 de los socialistas. En un gabinete como el actual, con 17 carteras, a Podemos le corresponderían, según esas proporción, un mínimo de cinco.

“Hace un mes que discuten cargos, sin programa”

Inés Arrimadas, la joven diputada y número dos de Ciudadanos, -el partido surgido en Cataluña que creció hasta tener alcance nacional bajo el liderazgo de Albert Rivera- sostuvo ayer sábado que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias hace un mes que discuten por los cargos en el gobierno, pero que no abordan un programa para intentar dar respuesta a los problemas que enfrentan los españoles a diario. Afirmó que Ciudadanos no apoyará en el Congreso de los Diputados la investidura de Sánchez surgida de un acuerdo que carece de contenido.

Ayer sábado, la vocera del PSOE, Adriana Lastra afirmó: “Estamos convencidos de que vamos a alcanzar un acuerdo que dé respuesta a los millones de personas que el 28 de abril votaron por un gobierno de progreso”, expresó. “Vamos a hablar del programa, de las reformas que necesita el país”.

Durante el viernes, Unidas Podemos evitó cortar el hilo de diálogo para la investidura de Sánchez, a pesar de la dureza del presidente en funciones con Iglesias. Sánchez y el gobierno insistieron en que sin la presencia de Iglesias cabían todas las propuestas. El presidente afirmó que ofrecía “un gobierno de coalición” en el que se integrarían “personas cualificadas” de Unidas Podemos.

En una semana, los socialistas han pasado de decir que los hipotéticos ministros de Podemos deberían ser meramente “técnicos” a usar ahora el término “cualificados”. Esta denominación facilita la incorporación de dirigentes de Podemos de primera línea, es decir, ministros políticos.

El plenario del Congreso de los Diputados es centro de la atención internacional.
El plenario del Congreso de los Diputados es centro de la atención internacional.

Delicado.

Si algo puede torcerse a partir de ahora sería por la negativa del presidente Sánchez a contar en su equipo con personas que no considere de confianza y que crea que puedan poner en riesgo la cohesión de su gabinete. En fuentes gubernamentales se estima que las negociaciones sobre nombres deben hacerse con mucha discreción para que no se conozcan hasta el final y puedan comprometer el acuerdo que permitiría la investidura de Sánchez.

Este es un asunto muy delicado, que podría enturbiar la negociación aún sin empezar.

En La Moncloa -sede del gobierno- esperan que se proponga una panoplia de nombres entre los que el líder socialista pueda elegir y descartar. Pero Iglesias dejó muy claro que es Podemos quien debe señalar a sus representantes sin más vetos. Y eso choca con los planes del jefe del Ejecutivo. Los socialistas, además, vuelven a insistir en que la negociación debe empezar por el programa antes de entrar en los nombres y las carteras, algo que hasta ahora tampoco había admitido Iglesias.

“No puedo aceptar imposiciones sobre quiénes van a estar en mi gobierno”, advirtió el presidente el pasado jueves en la entrevista en La Sexta, en la que expresó con rotundidad su negativa a la presencia de Iglesias en su gabinete. Sánchez aludió a las grandes diferencias de fondo con Podemos sobre cuestiones de Estado para rechazar que su líder entre en el Ejecutivo.

La formación de Iglesias pone el ejemplo del gobierno de coalición en la Comunidad Valenciana, donde nadie duda de que Compromís -una coalición de movimientos- ha decidido quiénes son sus consejeros y que su líder, Mónica Oltra, ocupe la vicepresidencia, sin que el presidente, el socialista Ximo Puig, hubiese puesto la menor objeción.

Pero fuentes socialistas rebaten ese argumento: “La facultad del presidente de hacer su equipo de gobierno no la cuestiona nadie en el partido, por lo que no puede aceptar que desde otro partido le den nombres cerrados”. Este es el planteamiento que Sánchez ha defendido en los últimos días en conversaciones privadas en referencia al equipo que eligió hace un año para formar su gobierno. El líder socialista argumenta que esa decisión provocó también frustraciones entre algunos compañeros de su partido que ya se veían en el Ejecutivo de España.

Sánchez alega que para elegir ministros pensó en personas muy reconocidas en sus ámbitos profesionales, algunos con carné de partido pero sin especial actividad orgánica, y otros independientes. Ahora, señalan fuentes de La Moncloa, el presidente quiere mantener un criterio similar y pedirá a Unidas Podemos que proponga nombres pero será él quién tome la decisión final.

Fuentes próximas a Iglesias reivindican que la renuncia de su líder obliga a los socialistas a aceptar un gobierno de coalición, algo a lo que se han resistido, y defienden su derecho a colocar a personas de su absoluta confianza, como la vocera Irene Montero. Iglesias mantendría el protagonismo como líder de la formación desde fuera del Ejecutivo.

El movimiento de Iglesias tomó por sorpresa a los socialistas, que no esperaban esa reacción, dada la resistencia que había mostrado el líder de Podemos.

Inés Arrimadas afirmó que Ciudadanos no vota a Sánchez. Foto: EFE
Inés Arrimadas afirmó que Ciudadanos no vota a Sánchez. Foto: EFE

Votaciones.

Sánchez, quien logró retornar a la cumbre de la política de España después que había perdido todo en el PSOE, triunfó en las elecciones realizadas el 28 de abril de este año, pero sin la mayoría absoluta de bancas necesaria para gobernar. Logró 123 bancas de un total de 350 en la cámara baja. Por eso, necesita de los 42 diputados de Unidas Podemos pera poder continuar al frente del gobierno.

Si logra forjar un acuerdo con ese partido, la elección del candidato socialista está al alcance de la mano, con el apoyo de la formación de Iglesias, el Partido Regionalista de Cantabria (PRC) y Compromís, a los que se podría sumar el Partido Nacionalista Vasco (centro-derecha). Entre todos sumarían 173 votos favorables, con lo que bastaría la abstención de una de las formaciones independentistas catalanas o de EH Bildu.

Ante el riego de bloqueo, Sánchez pide que se facilite su investidura en la segunda votación, pero tanto el Partido Popular (PP), de derecha, que lidera Pablo Casado, como Ciudadanos -la fuerza política de centro que conduce Albert Rivera, que comenzó en Cataluña y creció hasta convertirse en otro partido de vigencia nacional-, ya manifestaron su decisión de no hacerlo.

La primera etapa clave en el Congreso de los Diputados comenzará mañana lunes cuando Sánchez exponga ante los legisladores. Después pronunciarán discursos para fijar posición los portavoces de los distintos partidos políticos, en una sesión que finalizará a primera ahora de la noche y se reanudará en horas de la mañana del martes. Poco después del mediodía, se realizará la votación para la investidura de Sánchez.

España vive una nueva realidad con incertidumbre política para la formación del gobierno, debido al surgimiento de nuevos partidos en la escena política nacional. Durante los años en los que el PSOE y el PP fueron las dos grandes fuerzas políticas, la estabilidad para gobernar con mayoría no presentó problemas. Pero, el panorama se fragmentó con la aparición de Unidas Podemos liderado por Iglesias y Ciudadanos. En la última elección se sumó una quinta fuerza política con la aparición de Vox, de extrema derecha. Esa fragmentación hace casi imposible que un partido obtenga la mayoría necesaria para desempeñarse en el gobierno.

Si no surgiera un gobierno esta semana, existe plazo hasta el 23 de septiembre para formarlo y evitar la nueva convocatoria electoral para el 10 de noviembre.

Cataluña, en el centro de divergencias

Desde que Pedro Sánchez aceptó el encargo del Rey Felipe VI, el 6 de junio, para formar un gobierno “cuanto antes”, quedaron en evidencia las fuertes discrepancias entre el PSOE y Unidas Podemos.

Las desavenencias ya tienen una larga historia y Sánchez había alegado que uno de los temas que los separa es el de Cataluña, la región donde se produjo una tentativa de secesión en 2017 y generó una de las peores crisis políticas que ha golpeado a España.

Después de realizar negociaciones que no tuvieron resultado, Sánchez explicó en una entrevista en Telecinco, el 4 de julio, por qué no quería que Unidas Podemos entrara en el Consejo de Ministros. “Tenemos grandes discrepancias, por ejemplo, sobre cómo resolver la crisis catalana”, sostuvo. “Ellos defienden el derecho a la autodeterminación”. Iglesias opta por consultar a las bases. El 18 de julio, el 70% de los casi 140.000 afiliados a Podemos participa de la consulta que respalda la estrategia de Iglesias de exigir la entrada en el gobierno para facilitar la investidura.

Ahora, tras desistir Iglesias de ser ministro, el PSOE exige negociar primero el programa, sin aceptar imposiciones.

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