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España le pone fin a diez meses de bloqueo político

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Rajoy. Ayer fue investido presidente, pero su gobiwerno está condicionado por un parlamento en el que el PP no cuenta con mayoría. Foto: Reuters.
© Andrea Comas / Reuters

Mariano Rajoy fue reelegido presidente gracias a la abstención del PSOE.

El líder del Partido Popular (PP), Mariano Rajoy, fue reelegido ayer sábado presidente del gobierno por el Congreso de los Diputados. La elección de Rajoy pone fin a un período de más de diez meses de bloqueo político, en el que España careció de un Ejecutivo con competencias plenas, porque el Congreso surgido de los comicios de diciembre de 2015 y junio de 2016 no lograba un acuerdo sobre un candidato.

Rajoy obtuvo ayer 170 votos, procedentes del PP (137 escaños), los liberales de Ciudadanos (32) y una diputada regionalista canaria, mientras que tuvo 111 votos contrarios y 68 abstenciones.

La abstenciones procedieron de las filas del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) (85 escaños), que se ha dividido sobre la conveniencia de mantener el "no" a Rajoy o pasar a la abstención para evitar unas nuevas elecciones.

Hasta hace cuatro semanas líder del PSOE, Pedro Sánchez, defensor del no a Rajoy, dimitió horas antes de la votación para no verse obligado a apoyar mediante una abstención la investidura del líder del PP.

Sánchez pasa a ser "un militante de base" pero con el objetivo de volver a la secretaría general del PSOE en un próximo congreso.

Sólo el cambio de actitud de los socialistas ha permitido la reelección de Rajoy al frente del Gobierno por un segundo período. En noviembre de 2011 el PP había ganado con mayoría absoluta.

Diálogo y límites.

Rajoy ofreció diálogo a los demás partidos para garantizar la gobernabilidad, pero advirtió que no admitirá que le impongan políticas con las que no esté de acuerdo.

En una breve intervención en el Congreso, Rajoy dijo que su intención es trabajar por el entendimiento, ya que "la falta de mayorías nos hace a todos más responsables".

Aunque abierto a la negociación, el líder del PP avisó de que pondrá unos "límites" al acuerdo y, en concreto, dijo que no negociará la unidad de España —en alusión al movimiento secesionista catalán— ni la estabilidad presupuestaria ni los compromisos derivados de la pertenencia a la Unión Europea.

Rajoy subrayó que no admitirá que el Congreso, donde carece de mayoría, pueda revocar las políticas que llevó a cabo desde que accedió al poder, en diciembre de 2011.

"Quiero un gobierno que gobierne, no que sea gobernado", advirtió Rajoy, para quien eso sería una operación "ruinosa" para el país.

Tras la intervención de Rajoy habló el socialista Antonio Hernándo, quien oficializó la abstención del PSOE que habilitó la elección de Rajoy para evitar la convocatoria de elecciones en diciembre, las terceras en un año, puesto que mañana 31 de octubre vence el plazo para que haya Gobierno en España.

"Queremos evitar las terceras elecciones y que se deslegitime nuestra democracia", afirmó Hernando.

Hernando aseguró que Rajoy "no cuenta" con la confianza de los socialistas y "no es el presidente que merece España", después de un mandato caracterizado por "el deterioro de derechos de los ciudadanos, reformas económicas odiosas y quiebra de la cohesión social".

Condicionado.

Rajoy no lo tendrá fácil para gobernar con 137 diputados de 350.

Nunca un gobierno había tenido tan escaso apoyo parlamentario por lo que se avecina la legislatura "más turbulenta de lo que ha sido cualquiera de las anteriores", estima el profesor de ciencias políticas Pablo Simón.

Aunque prometió diálogo en temas clave como la educación, las pensiones, el empleo o el proceso independentista en Cataluña, dejó claro que no piensa cambiar sustancialmente su política.

"No se puede pretender que gobierno yo y traicione mi proyecto político", aseguró.

Una de las primeras medidas a tomar será el impopular recorte de 5.500 millones de euros en 2017 para respetar el objetivo de reducción del déficit público pactado con Bruselas, rechazado por una gran mayoría del arco parlamentario.

Pero si no puede gobernar cómodamente, Rajoy tendrá la carta de disolver las Cortes y convocar nuevas elecciones que los socialistas quieren evitar a toda costa, dice Simón.

Además, dispone de mayoría absoluta en el Senado para bloquear reformas que no le complazcan.

Mientras sesionaba el Congreso, miles de personas se manifestaban en Madrid para protestar contra la investidura de Rajoy.

Los manifestantes portaron una pancarta con el lema "Ante el golpe de la mafia, democracia" y gritaron "Que no, que no, que no nos representan", "PSOE-PP, la misma mierda es", en referencia a los dos partidos mayoritarios.

Una docena de furgones policiales custodiaron el acceso a la Plaza de las Cortes, cerrada al tránsito con una valla y un fuerte cordón de seguridad para impedir el acceso de los manifestantes a las inmediaciones del Congreso.

El diputado del izquierdista Podemos, Diego Cañamero, declaró desde la cabecera de la manifestación que "el voto no da derecho ni a oprimir ni a abusar. Nadie vota para que haya cinco millones de parados o desahucios, sino para que haya futuro". Y animó a los asistentes a "tomar pacíficamente las calles".

Rajoy, el que supo esperar su momento

En 1987, durante la entrega de los Premios Príncipe de Asturias, Camilo José Cela -que dos años más tarde ganó el Nobel de Literatura- hizo popular una frase: “En España, el que resiste, gana”.

Cela era gallego, lo mismo que Mariano Rajoy, que ayer dio la razón al viejo escritor y a su lema.

De Rajoy, de 61 años, siempre se ha destacado que es un político casi imperturbable, con una gran capacidad para resistir todo tipo de situaciones.

En 1996 se convirtió en ministro del Gobierno de José María Aznar. Y fue Aznar quien eligió a Rajoy como su sucesor entre un ramillete de posibles candidatos, alguno de ellos aparentemente más brillante pero con menor capacidad para amoldarse a las circunstancias y para saber esperar.

En 2004 parecía que Rajoy tocaría techo y se convertiría en jefe del Ejecutivo, pero la conmoción por los atentados terroristas en Madrid -casi 200 muertos- tres días antes de los comicios y la pésima gestión que el PP hizo de la tragedia causaron la derrota del partido y el ascenso al poder del socialista de José Luis Rodríguez Zapatero. En 2008 volvió a perder las elecciones ante Zapatero.

A finales de 2011 Rajoy vio realizado su sueño y en las elecciones de noviembre el PP ganó por mayoría absoluta, con 186 escaños, cifra superior incluso a la que tuvo Aznar en el año 2000.

Durante cuatro años, los duros ajustes y los casos de corrupción pasaron factura y en los comicios de diciembre pasado el PP perdió 59 diputados, aunque mantuvo el primer puesto.

La repetición electoral de junio permitió al PP mejorar sus resultados, todavía lejos de una mayoría de gobierno.

Ayer, a dos días de culminar ese plazo que hubiera una nueva convocatoria electoral, Rajoy fue elegido por el Congreso gracias a la abstención del PSOE, que arde ahora en una crisis.

La famosa frase de Cela toma forma de nuevo en la persona de Rajoy: “En España, el que resiste, gana”.

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Rajoy. Ayer fue investido presidente, pero su gobiwerno está condicionado por un parlamento en el que el PP no cuenta con mayoría. Foto: Reuters.

EL NUEVO GOBIERNO ESPAÑOLEFE, AFP, ANSA

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