La Fuerza Armada venezolana tiene vasto poder tanto en el gabinete de Nicolás Maduro como en sectores estratégicos, como el petrolero, y está dotada de armamento ruso y chino, que incluye aviones Sukhoi, misiles y tanques.
La Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) se declara "chavista, nacionalista y antiimperialista" y su cúpula ha jurado "lealtad absoluta e incondicional" a Maduro. Cuenta con unos 365.315 efectivos, casi igual que Brasil que cuenta con 366.614, según la Red de Seguridad y Defensa de América Latina.
En 2006, Estados Unidos prohibió la venta y transferencia de armamento y tecnología militar norteamericana a Venezuela, por lo que el entonces presidente Hugo Chávez (1999-2013) recurrió a nuevos "aliados estratégicos": Rusia y China.
De 32 ministros en el gabinete, doce son militares.
En el gobierno de Maduro, la participación militar aumentó de 25% en 2014 a 37,5% en junio pasado.
La Fuerza Armada está comandada por el general Vladimir Padrino López, ministro de Defensa, y por el general Remigio Ceballos, comandante Estratégico Operacional. Padrino López es una suerte de "superministro", a quien los demás miembros del gabinete deben rendir cuentas, según dispuso Maduro en 2016.
En poder de los militares también están el Ministerio de la Presidencia; Interior y Justicia; Alimentación; Agricultura y Tierras; Pesca y Acuicultura; Transporte; Hábitat y Vivienda; Energía Eléctrica, Obras Públicas; Frontera; Ecosocialismo y Aguas. Casi todas carteras importantes.
La oposición ha responsabilizado al coronel retirado Rodolfo Marco Torres, ministro de Alimentación, por la escasez de alimentos básicos, que según Datanálisis llega a 60%.
Un canal de televisión, un banco, una ensambladora de vehículos y una constructora son algunas de las empresas controladas por los militares, quienes sumaron el año pasado la Compañía Anónima Militar de Industrias Mineras, Petrolíferas y de Gas (Camimpeg).
POLÍTICO Y ECONÓMICO