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Encuestadoras argentinas revisan por qué fallaron en sus previsiones

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Alberto Fernández, candidato presidencial argentino. Foto: @alferdez

ELECCIONES

Los encuestadores atraviesan las semanas posteriores a las primarias entre evaluaciones, diagnósticos y análisis que buscan determinar por qué fallaron tanto en las previsiones.

Las heridas que dejaron las PASO (primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias) del domingo 11 en las encuestadoras todavía están frescas, pero la cercanía de las elecciones generales obliga a las consultoras a dar vuelta la página y a tomar medidas para evitar que los resultados del 27 de octubre vuelvan a dejarlas en el terreno del desprestigio.

En silencio, los encuestadores atraviesan las semanas posteriores a las primarias entre evaluaciones, diagnósticos y análisis que buscan determinar por qué fallaron tanto en las previsiones que daban un escenario de paridad entre Mauricio Macri y Alberto Fernández.

Dos semanas después de la elección, la mayoría de las compañías frenaron la difusión de sondeos, entablaron conversaciones con los clientes -que pagan por los informes- y contemplan la posibilidad de modificar la metodología de trabajo de campo para intentar obtener resultados que se acerquen más a la realidad.

También hubo tiempo para la catarsis. El martes último hubo un cónclave de seis encuestadores para compartir las experiencias y establecer hipótesis que expliquen lo que pasó. Estuvieron presentes representantes de las consultoras que tuvieron perfil alto en la previa a las PASO, pero también de las que prefirieron no exponerse. El tema del día fue “el desvío común”.

Una de esas hipótesis, coinciden los consultores, es que hubo una falla importante en una de las metodologías comúnmente utilizadas para hacer encuestas: los llamados a teléfonos fijos.

Calificada por algunos como “obsoleta”, esa herramienta de investigación otrora representativa hoy tiene un sesgo marcado pues el teléfono fijo fue reemplazado masivamente por el celular y quienes aún lo usan suelen ser adultos mayores pertenecientes a sectores medios y altos. Por eso, las consultoras evalúan hacer ajustes en el uso de esa herramienta, combinarla con otra más confiable o reemplazarla.

“El diagnóstico refleja el desafío de hacer relevamientos telefónicos. La dificultad que tenés es que no llegás a los segmentos de menor edad, de menores recursos económicos y de menor instrucción. Ahí, te das cuenta de que coincide mucho con el perfil de votantes de Alberto Fernández. Es una tecnología imprecisa en términos de capacidad predictiva”, dijo a La Nación un consultor.

Otro consultor que también falló, pero cuyos informes estuvieron más cerca de los resultados que otros estudios, también dijo que hará “ajustes” y ratificó que los sondeos más cercanos a la realidad son los presenciales, aunque son los más costosos en comparación a las herramientas más utilizadas. “Las (encuestas) telefónicas y las online tienen problemas serios, salvo las asistidas por un operador. Son baratas y fáciles, en pocas horas tenés un número, pero fallan”, dijo.

El consultor, además, contó que en los días previos a las PASO, los sondeos telefónicos terminaban dando un resultado inverso a lo que finalmente ocurrió. Macri figuraba con posibilidades de ganar por 20 puntos y María Eugenia Vidal aparecía 25 puntos arriba de Axel Kicillof.

Una de las alternativas que no elevaría demasiado los costos (como sí lo haría una encuesta presencial a nivel nacional) y reflejaría mejor la opinión pública, aseguran los encuestadores, es implementar trabajo de campo mixto en el que confluyan los sondeos presenciales con los telefónicos y abarcar la mayor parte de territorio posible. Aún así, señaló el director de una consultora, los sondeos “nunca dejarán de ser aproximaciones” al resultado de las urnas.

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