El día de conmemoración de las víctimas del nazismo quedó empañado ayer viernes en Alemania por un dirigente del partido populista de derecha AfD, crítico con el arrepentimiento alemán, que quedó excluido de dos ceremonias de homenaje.

A Björn Höcke, jefe de los diputados de Alternativa por Alemania (AfD) en el parlamento regional de Turingia, no se le permitió participar en una ceremonia de homenaje en el antiguo campo de concentración de Buchenwald, adonde 250.000 personas fueron deportadas y cerca de 56.000 perdieron la vida.

Los organizadores pidieron al político que no acudiera al acto a causa de su discurso de la semana pasada, en el que lamentaba la existencia de un monumento "de la vergüenza" en Berlín, refiriéndose al Memorial de la Shoah, pidiendo que Alemania dejase de dedicar esfuerzos a la memoria. Pero Höcke igual fue.

Presidente de honor del Comité Internacional Buchenwald, el francés Bertrand Herz consideró que los supervivientes de la barbarie nazi no podían tolerar que el alcance que tuvo el holocausto "se relativice y que se entierre la memoria de las víctimas".

El presidente del Parlamento de Turingia, Christian Carius, también negó la asistencia de Höcke en otro homenaje, previsto en la asamblea regional, pues "su presencia sería percibida como una provocación".

Asiduo a las polémicas y miembro de la franja más radical del AfD, Höcke "condenó" en un comunicado su exclusión, que consideró "una violación grave de las prácticas parlamentarias".

El discurso de Höcke también causó revuelo en la dirección del AfD. Su presidenta, Frauke Petry, lo tildó de "carga para el partido".

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