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El divorcio británico con Europa está en marcha

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Theresa May ayer en el Parlamento oficializando la salida de la UE. Foto: AFP
A television screen displays an image of British Prime Minister Theresa May as she speaks during Prime Minister's Questions in the Houses of Parliament following the triggering of Article 50 of the Lisbon Treaty to begin the process of Britain's withdrawl from the European Union (EU), as man drinks a pint of beer inside the The Black Bull pub in Edinburgh, on March 29, 2017. Britain and the European Union must "work hard" to avoid a failure in Brexit negotiations, Prime Minister Theresa May said in the letter formally launching the process, calling it a "momentous" challenge. May also called for talks on Britain's exit and on future trade ties to be worked out "alongside" each other, although the EU has said the new trading relationship should only be discussed after Brexit is agreed. / AFP / Andy Buchanan BRITAIN-POLITICS-EU-BREXIT
ANDY BUCHANAN/AFP

Carta de la primera ministra May dio inicio a las negociaciones que deberían terminar en dos años.

La carta del Brexit enviada ayer miércoles por la primera ministra Theresa May al presidente de la Unión Europea, Donald Tusk, complacerá a los líderes del bloque al sonar constructiva y reconocer que Reino Unido debe liquidar sus obligaciones antes de partir. Pero May hizo también algunas exigencias más duras.

En la carta de seis páginas que activa la cuenta regresiva de dos años hasta la salida, May pidió negociaciones paralelas no solo sobre los términos del divorcio, sino acerca de un nuevo pacto comercial y acuerdos especiales en sectores clave. También hizo una amenaza velada sobre la cooperación en seguridad si las conversaciones se rompen.

"Deberíamos comprometernos entre nosotros de manera constructiva y respetuosa, en un espíritu de cooperación sincera", escribió May.

Se refirió —dos veces— a las "obligaciones" de Londres "como Estado miembro saliente", asumiendo que deberá pagar una "cuenta por el Brexit", del orden de 60.000 millones de euros, para cubrir los compromisos pendientes antes de que Reino Unido se vaya.

Se hizo eco del propio lenguaje comunitario al reconocer que no se puede "escoger lo mejor" de la UE, y reconoció que los británicos que hacen negocios con el bloque tendrán que cumplir reglas que ya ellos no ayudarán a establecer.

En respuesta, los otros 27 gobiernos dijeron que Reino Unido podría ser un "socio cercano", según un comunicado.

No obstante, varias exigencias de May van en contra de lo que al menos algunos quieren, creando el tipo de desacuerdos entre los 27 que Reino Unido podría explotar, a pesar del llamado de Tusk a la unidad.

Los negociadores de la UE dicen que quieren acordar en la medida de lo posible un tratado de retirada, ojalá a fines de año, antes de abrir las negociaciones sobre el acuerdo de libre comercio que quiere Reino Unido. Pero May dejó clara su insistencia en que las conversaciones comerciales deberían comenzar ahora.

"Creemos que es necesario acordar los términos de nuestra futura asociación junto con los de nuestra retirada", escribió.

En la práctica, los funcionarios de la UE reconocen que hay elementos de la salida, como los acuerdos sobre la nueva frontera con Reino Unido y, sobre todo, en la frontera terrestre de toda la isla de Irlanda, que no pueden resolverse sin una idea sobre las futuras relaciones comerciales.

Sin embargo, quieren resistirse a profundizar en eso hasta que Reino Unido haya resuelto otros temas, incluida la cuenta por pagar, pero también cómo tratar a los cuatro millones de europeos que se encontrarán viviendo como extranjeros a ambos lados de la nueva frontera del Canal de la Mancha, algo que May reconoció que es una prioridad.

"Borde del abismo".

May sugiere también abrir rápidamente "conversaciones técnicas" sobre cómo evitar disrupciones en sectores económicos clave que están estrechamente entrelazados, mencionando las finanzas y las "industrias de redes", un término para sectores con fuertes vínculos con otros.

Los negociadores de la UE están decididos a evitar darle al Reino Unido un acuerdo de Brexit tan dulce que pueda alentar a los imitadores, aunque reconocen que es probable que suceda con el tiempo.

El reconocimiento por parte de May de que dos años es un calendario apretado para negociar todo lo que quiere, será bienvenido en Bruselas. Dijo que, para evitar un "borde del abismo" rupturista por el cambio en las regulaciones, es probable que cualquier acuerdo necesite "plazos de implementación" más allá del 2019. Esto se hace eco de las asunciones de la UE de que habrá una "fase de transición".

Igualmente cercano al pensamiento continental y aún a riesgo de disgustar a algunos de sus partidarios en casa, May también dijo que las negociaciones deberán ver también cómo se resuelven las disputas comerciales. Escapar de la jurisdicción de los tribunales comunitarios fue una demanda clave de los activistas del Brexit, pero la UE insistirá en que Reino Unido esté sujeto a alguna supervisión externa si quiere libre comercio.

Una sección de la carta de May, que se hace eco de un pasaje de un discurso sobre las propuestas del Brexit en enero, podría tener una nota agria.

Aunque no repitió la misma frase "es mejor no llegar a un acuerdo que a un mal acuerdo", se refirió explícitamente a la posibilidad de que Reino Unido pueda irse del bloque comunitario el 29 de marzo de 2019 "sin un acuerdo".

Eso, sugirió, podría estar bien para Londres, pero debilitaría la cooperación británica contra "la delincuencia y el terrorismo". Cuando lo dijo en enero, fue visto como una amenaza no deseada —aunque quizás vacía— para privar a la UE de la indudable capacidad de los servicios de inteligencia británica.

La respuesta de Tusk aseguró a Reino Unido la cooperación para garantizar una "salida ordenada". Pero también ofreció una ventaja importante. Las negociaciones eran sobre el "control de daños", dijo. Pero al final, él y los negociadores de la UE "protegerán los intereses de los 27", advirtió.

Así, al término de los dos años que llevarán estas negociaciones, en marzo de 2019, la UE habrá perdido a un miembro del Consejo de Seguridad de la ONU y potencia nuclear, y habrá ganado, a su pesar, un ejemplo que otros sentirán la tentación de seguir.

A su vez, el Reino Unido podría perder a Escocia e Irlanda del Norte si el descontento de ambas con el Brexit acaba en independencia.

El referéndum del 23 de junio de 2016 (52% contra 48% a favor del Brexit) dejó heridas por cicatrizar en la sociedad británica, y ayer miércoles coincidieron muestras de alegría y de auténtico pesar.

La misma división reinaba ayer en los medios británicos. Mientras el Daily Mail hablaba de "¡Libertad!", The Guardian advertía sobre un "salto a lo desconocido".

La Carta de la ruptura.

La primera ministra británica Theresa May instó a la Unión Europea a "trabajar duro" para alcanzar un acuerdo de libre comercio "audaz y ambicioso". En la carta, May reclama a la UE que en los dos años de negociaciones se fijen tanto los términos de la separación como los de la nueva relación. "En términos de seguridad, un fracaso en alcanzar un acuerdo significaría que nuestra lucha contra el crimen y el terrorismo se vería debilitada", advirtió May en la carta de seis carillas. "En consecuencia, tenemos que trabajar duro para evitar ese resultado", escribió. Al mismo tiempo, "creemos que es necesario acordar los términos de nuestra futura alianza junto a los de la retirada de la UE", agregó, y propuso "un acuerdo de libre comercio audaz y ambicioso".

REACCIONES AL BREXIT BRITÁNICO.

EE.UU.: Un liderazgo fuerte de Reino Unido.

"Respetamos la voluntad de los electores británicos (...) Queremos que el Reino Unido se mantenga como un líder fuerte en Europa", declaró Sean Spicer, portavoz de Donald Trump, en la conferencia de prensa en la Casa Blanca.

España: "una mala noticia para todos".

España lamentó la decisión del Reino Unido. "Es una mala noticia para España, para la Unión Europea, y sobre todo para el Reino Unido y sus ciudadanos", dijo el ministro de Exteriores español, Adolfo Dastis.

Alemania: rechazo a negociación paralela.

La canciller alemana Angela Merkel advirtió que la discusión sobre la futura relación entre Europa y Reino Unido solo comenzará cuando se fijen las condiciones del Brexit, rechazando la negociación paralela sugerida por May.

Francia: avanzar en distintas velocidades.

"Doloroso sentimentalmente" para los europeos, pero será "doloroso económicamente" para los británicos, dijo el presidente francés, François Hollande. "Obligará a Europa a avanzar con distintas velocidades", agregó.

"Ahora nosotros tomamos el mando".

Los partidos ultras y euroescépticos de Gran Bretaña, Holanda y Francia festejaron el inicio del proceso del Brexit. "Ahora somos nosotros quienes tomamos el mando", dijo Nigel Farage, del UKIP británico y arquitecto del Brexit.

Theresa May ayer en el Parlamento oficializando la salida de la UE. Foto: AFP
Theresa May ayer en el Parlamento oficializando la salida de la UE. Foto: AFP
Reino Unido inició oficialmente el ‘Brexit’
Reino Unido inició oficialmente el ‘Brexit’

VIDEOREUTERS Y AFP

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