CAMBIO DE MANDO PRESIDENCIAL
El secretario de Estado nominado por Joe Biden prometió el martes romper con la diplomacia unilateralista y soberanista de Donald Trump.
Estados Unidos regresa a la “primera línea” mundial, pero ahora contará con sus aliados para “ganar la competencia con China” y contrarrestar a sus otros adversarios. El secretario de Estado nominado por Joe Biden prometió el martes romper con la diplomacia unilateralista y soberanista de Donald Trump.
La primera acción del gobierno que asume hoy fue exigir a Rusia la liberación del líder oposutor Alexéi Navalni.
“Podemos revitalizar nuestras alianzas fundamentales”, sostuvo Antony Blinken durante su audiencia ante el Senado, según el texto difundido por su equipo. “Juntos, estamos en una posición mucho mejor para contrarrestar las amenazas planteadas por Rusia, Irán y Corea del Norte y defender la democracia y los derechos humanos”.
Las palabras de Blinken van en concordancia con el mensaje repetido por Biden de pasar la página de la administración Trump, que durante cuatro años ha desplazado a sus aliados históricos, ha coqueteado con autócratas, ha roto acuerdos internacionales y despreciado los organismos multilaterales.
Para ello, Biden volverá a meter a Estados Unidos en el acuerdo climático de París. Para esas metas de políticas exterior, escogió diplomáticos experimentados que formaron parte de la administración de Barack Obama, un equipo pensado para volver a una política exterior más tradicional.
Una encuesta del centro Pew Research mostró que el 79% de los alemanes, el 72% de los franceses y el 65% de los británicos confían en los planes de Biden.
A la cabeza de la diplomacia estadounidense estará Blinken, un intervencionista que tendrá que lidiar con un país que quiere dejar de mirar hacia fuera.
“El liderazgo estadounidense sigue contando”, señaló ante los senadores, quienes decidirán en los próximos días si obtiene el cargo.
Blinken prometió un regreso de Estados Unidos a la “primera línea”, pero de forma colectiva, porque “ninguno de los grandes desafíos” del momento “puede ser resuelto por un país actuando solo”.
“Guiados por estos principios, podemos superar la crisis del COVID-19, el mayor desafío compartido desde la Segunda Guerra Mundial”.
“Podemos ganar la competencia con China”, también sostuvo.
En sus últimos días, el gobierno Trump tomó varias decisiones diplomáticas que podrían complicar a Biden. Sin embargo este martes, el saliente secretario de Estado Mike Pompeo tendió una mano a su sucesor al declarar que China está cometiendo un “genocidio” contra los musulmanes uigures.
¿Dará pie esa firmeza con China a una nueva Guerra Fría como la que parecía acercarse bajo el liderazgo de Pompeo, o a una competencia estratégica clara pero más pacífica, como quieren los europeos?
La respuesta a esta pregunta determinará “el éxito o el fracaso de la política exterior estadounidense”, aseguró antes de las elecciones de noviembre el exdiplomático Bill Burns, nominado para jefe de la CIA.
El dúo Biden-Blinken encara varias fechas límite inminentes que pondrán a prueba su firmeza y capacidad de diálogo.
La primera será con Moscú, su antiguo rival, con el que tiene hasta el 5 de febrero para extender el tratado clave de desarme nuclear New Start.
La administración Biden, que quiere dejar atrás la política de Trump de acercamiento al presidente ruso, Vladimir Putin, tendrá que encontrar la manera de negociar con la presión del calendario.
Aún más crítico será el tema iraní. Biden ha prometido volver al acuerdo internacional para evitar que Teherán adquiera la bomba atómica, firmado en 2015 bajo la administración Obama de la que era vicepresidente, y luego abandonado unilateralmente por Trump.
La nueva administración tendrá que levantar las sanciones que los republicanos han endurecido hasta el final de su mandato. Asimismo tendrá que asegurarse de que Teherán vuelve a cumplir las restricciones nucleares impuestas en el acuerdo.