POLÍTICA EXTERIOR

Además de su cruce de esta semana con Rusia a partir de que el presidente Joe Biden calificara de “asesino” a Vladimir Putin, Estados Unidos también trancó fuerte con China. El secretario de Estado, Antony Blinken, y el asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, concluyeron ayer viernes en Anchorage (Alaska) su primer contacto oficial con China en un ambiente de gran tensión.

Este primer contacto había comenzado el jueves con un intercambio de dimes y diretes entre los representantes de ambas potencias mundiales y en presencia de los medios de comunicación.

“Esperábamos tener un intercambio duro y directo sobre una amplia gama de asuntos y eso es exactamente lo que tuvimos”, dijo ayer viernes Sullivan.

Por su parte, Blinken aseguró que la delegación china reaccionó de manera adversa a las reclamaciones de Estados Unidos. En asuntos como la situación de Hong Kong, Taiwán, el Tíbet y las violaciones de derechos humanos a la minoría musulmana en la provincia noroccidental de Xinjiang.

“No es de extrañar que, cuando planteamos esos problemas de manera clara y directa, obtuvimos una respuesta defensiva. Pero también pudimos tener una conversación muy sincera en una agenda muy amplia”, indicó el secretario de Estado. “Sobre Irán, sobre Corea del Norte, sobre Afganistán, sobre el clima, nuestros intereses se cruzan”, indicó.

Blinken y Sullivan mantuvieron reuniones este jueves y viernes en Alaska con el responsable del Partido Comunista de China (PCCh) para Asuntos Exteriores, Yang Jiechi, y el jefe de la diplomacia china, Wang Yi.

Al terminar el encuentro, en declaraciones recogidas por la agencia estatal de noticias Xinhua, Yang afirmó que la conversación había sido “cándida”, “constructiva” y “de ayuda”.

Estas palabras contrastan con el inicio de la reunión el jueves, dominado por la tensión y en el que los funcionarios chinos se saltaron el protocolo.

En vez de hablar durante dos minutos, como estaba establecido, Yang usó 18 minutos para contestar delante de las cámaras a unas declaraciones de Blinken, quien dijo que Estados Unidos estaba “profundamente preocupado” por algunas de las acciones de China.

Blinken llegó a Alaska tras visitar Japón y Corea del Sur, aliados de Estados Unidos en Asia, en su primer viaje internacional y en el que estuvo acompañado por el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin.

Estados Unidos y Japón emitieron un comunicado conjunto criticando el trato por parte de China de la minoría uigur en la provincia noroccidental de Xinjiang y su “comportamiento desestabilizador” hacia los países vecinos.

Las relaciones entre China y Estados Unidos se deterioraron de forma drástica con el expresidente Donald Trump por conflictos en el campo comercial, diplomático y tecnológico, y aunque Biden ha prometido otro enfoque, su Gobierno no parece tener prisa.

Ayer Biden se mostró “muy orgulloso” de la reacción de Blinken tras el duro encuentro con los chinos. “Estoy muy orgulloso del secretario de Estado”, dijo Biden ayer antes de subirse al avión presidencial para un viaje a Atlanta al ser preguntado sobre la reunión con China.

Mientras aumenta la tensión con China, sigue la polémica con Rusia. Ayer el Kremlin dijo que se prepara para lo peor, al ser preguntado sobre la posibilidad de una nueva Guerra Fría entre Estados Unidos y Rusia.

El presidente Vladimir Putin afirmó el jueves que debería celebrar conversaciones en vivo por internet en los próximos días con Biden, después de que este último dijera que pensaba que el líder ruso es un “asesino”.

Ayer viernes, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, aseguró que la oferta de conversaciones de Putin sigue abierta y que podrían concretarse en cualquier momento que sea conveniente para Biden, aunque no seguirá sobre la mesa de forma indefinida.

El funcionario fue consultado sobre la posibilidad de una nueva Guerra Fría entre los dos países.

“Nosotros, por supuesto, siempre esperamos lo mejor, pero siempre estamos listos para lo peor. En cuanto a Rusia, el presidente Putin claramente ha expresado su deseo de continuar las relaciones”, sostuvo.

“Pero por supuesto, no podemos dejar de lado los comentarios de Biden”, dijo, en referencia a la entrevista que ofreció el mandatario estadounidense a la cadena ABC transmitida el jueves.

Allí, Biden respondió “sí, lo creo” cuando se le preguntó si creía que Putin es un asesino, lo que llevó al presidente ruso a citar una expresión infantil: “el que lo dice lo es”.

Traspié antes del despegue

Joe Biden tropezó ayer viernes tres veces al subir la escaleras del Air Force One, que lo llevó a la ciudad de Atlanta. Tras el percance, el mandatario subió rápidamente hasta el final de la escalera y se dio la vuelta para hacer el saludo militar antes de entrar en el avión. Biden “está bien al cien por cien”, dijo a los periodistas a bordo del avión Karine Jean-Pierre, subsecretaria de prensa de la Casa Blanca.