AFRICA

Reuters

Tres personas han muerto de ébola y otras cinco han dado positivo en las pruebas del virus en el sureste de Guinea, dijo la agencia estatal de salud, el primer posible rebrote de la enfermedad en el país desde el peor estallido en el mundo entre 2013 y 2016.

Los pacientes enfermaron con diarrea, vómitos y hemorragias después de asistir a un entierro en la subprefectura de Goueke. Los cinco que siguen vivos han sido aislados en centros de tratamiento, informó el domingo la agencia de salud ANSS.

No estaba claro si la persona enterrada el 1 de febrero -una enfermera del centro de salud local- también había muerto de ébola.

El último gran brote de ébola en África Occidental comenzó en Guinea y mató al menos a 11.300 personas; la gran mayoría de los casos se produjeron en Guinea, Liberia y Sierra Leona.

Se está llevando a cabo una segunda ronda de pruebas para confirmar el último diagnóstico de ébola y los trabajadores sanitarios están tratando de rastrear y aislar los contactos de los casos, dijo la ANSS.

Guinea dijo que se pondrá en contacto con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otros organismos internacionales para adquirir vacunas contra el ébola. La inmunización ha mejorado mucho las tasas de supervivencia en los últimos años.

"La OMS está intensificando los esfuerzos de preparación y respuesta ante este posible resurgimiento del ébola en África Occidental, una región que sufrió mucho con el ébola en 2014", dijo en Twitter el director regional de la agencia para África, Matshidiso Moeti.

Las vacunas y la mejora de los tratamientos ayudaron a los esfuerzos para poner fin al segundo mayor brote de ébola registrado, que se declaró terminado en la República Democrática del Congo el pasado mes de junio tras casi dos años y más de 2.200 muertes.

El Congo informó de tres nuevos casos de ébola este mes en uno de los epicentros de esa epidemia en la provincia oriental de Kivu del Norte.
El virus del ébola provoca vómitos y diarrea graves y se contagia por contacto con fluidos corporales. Tiene una tasa de mortalidad mucho mayor que el COVID-19, pero a diferencia del coronavirus no se transmite por portadores asintomáticos.