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Divergencias en izquierda abren perspectiva de nueva elección en España

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El líder del PSOE, Pedro Sánchez, reunido con el conductor de Podemos, Pablo Iglesias. Foto: AFP

ESCENARIO REITERADO

Desencuentro de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias ante votación de investidura en España.

La repetición de elecciones generales el 10 de noviembre es una posibilidad que ya empieza a vislumbrarse en España. La reunión que el presidente en funciones del gobierno y líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) Pedro Sánchez y el conductor de Unidas Podemos, Pablo Iglesias mantuvieron el martes evidenció -dos semanas antes de la primera votación de la investidura de Sánchez-, la distancia cada vez mayor que separa al gobernante y a su “socio preferente”. El desencuentro se centra en la presencia de Podemos en un gobierno de coalición en el que Iglesias reclamaría ser vicepresidente, según fuentes de la dirección socialista. Un extremo que niegan en Podemos.

Los próximos 22 y 23 de este mes está prevista la sesión de investidura de Sánchez en el Congreso de los Diputados, pero todo hace prever que no conseguirá los votos necesarios para formar gobierno, ya que ni uno ni otro parece estar dispuesto a variaR sus posturas.

Toda la suspicacia acumulada las últimas semanas entre los líderes del PSOE y Podemos se desbordó en su último cara a cara. Lo hizo con una intensidad impropia en dos aliados que, hasta ahora, presumían de mantener una relación basada en la confianza mutua, construida durante los 12 meses que Sánchez lleva en La Moncloa y que tuvo como máxima expresión los Presupuestos fallidos.

El cruce de reproches llevó a relevantes miembros de la dirección del PSOE y del gobierno a culpar a Iglesias de la falta de acuerdo por su empeño en ser vicepresidente.

Podemos afirmó que se trataba de una “intoxicación” del partido en el gobierno. La víspera se había producido una situación similar pero al revés. Entonces fue el PSOE el que rechazó haber ofrecido ministerios a Podemos en algún momento, como aseguraban fuentes de la formación de Iglesias. Los socialistas replicaron acusando a Iglesias de negarse a constituir los equipos de negociación e insistir en la composición del Consejo de Ministros por encima de los contenidos de un gobierno que el PSOE llama de “cooperación”, es decir, sin ministros de Podemos.

“Al señor Iglesias le preocupan más los nombres del Consejo de Ministros que la política”, lamentó en rueda de prensa la vocera parlamentaria socialista, Adriana Lastra, que recalcó que Iglesias se niega a hablar de un programa de gobierno. “Hay límites que como vicesecretaria general del PSOE no puedo permitir. A la negociación se viene con ánimo de pactar. Si tu interlocutor se dedica a descalificar, es que no tiene ánimo de hacerlo”, afirmó Lastra. Estas declaraciones resumen el resquemor en la izquierda, aunque ninguna de las partes da por rota la negociación.

La rivalidad caracteriza ahora el trato entre Sánchez e Iglesias. Salió a relucir con una virulencia que sorprendió hasta en las direcciones de sus partidos, tras el fracaso de la quinta reunión entre ambos. Sin avances, y con ambas formaciones enrocadas en sus argumentos, todo apunta a que julio dejará una nueva investidura fallida salvo que una de las partes ceda. Sánchez ya pasó por ese trance en 2016, cuando Podemos votó en contra y truncó sus expectativas de ser presidente. “No quiero pensar que Iglesias esté buscando impedir por segunda vez que España tenga un gobierno de izquierda”, recordó Lastra, que se remontó así a los peores momentos en la relación con Podemos.

El 26,4% quiere un gobierno de coalición
Pedro Sánchez. Foto: EFE.

Las opiniones de los españoles sobre la formación del próximo gobierno están muy divididas, según la encuesta poselectoral del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) publicada ayer, aunque son mayoría los que abogan por que Unidas Podemos entre en un Ejecutivo de coalición con el PSOE, con diversas fórmulas.

Esa es la opción por la que se decanta el 26,4% de los encuestados en distintos apartados, frente a un 20,2% que preferiría un gobierno del PSOE en solitario con apoyos puntuales de otros partidos y un 16,1% que opta por un Consejo de Ministros formado por socialistas y Ciudadanos, un escenario ahora bloqueado.

La encuesta realizada entre el 10 y el 25 de mayo sobre 6.000 entrevistados, plantea a que, tras las elecciones celebradas el pasado 28 de abril, “ningún partido o fuerza política alcanzó la mayoría absoluta” y ahí interroga por la preferencia sobre las opciones.

La alternativa de un gobierno del PSOE y Unidas Podemos con apoyo de partidos nacionalistas no independentistas y con las abstenciones necesarias recaba el 15,8% de apoyo; y la de un Ejecutivo socialista con Podemos dentro y el respaldo de las formaciones independentistas la marcan el 10,6%.

Esas dos opciones juntas son las que suman el 26,4%, aunque la primera solo requeriría abstenciones de los independentistas y la segunda, un voto afirmativo al gobierno de Sánchez. Un 2,2% preferirían un Ejecutivo encabezado por el PSOE con el apoyo de Coalición Canaria, Compromís y Partido Regionalista de Cantabria, con la abstención de PP y Ciudadanos.

Socialistas tienen 123 de 350 bancas en el Congreso

En las elecciones generales realizadas en abril de este año, el PSOE logró 123 de las 350 bancas del Congreso de España, por lo que Pedro Sánchez necesita el apoyo de otras fuerzas parlamentarias para poder renovar como presidente.

Si Sánchez no resulta investido este mes, la fecha límite para una segunda sesión sería el 21 de spetiembre, y si tampoco pudiera ser investido se tendrían que celebrar nuevas elecciones.

El reto de tener que pactar con partidos como EH Bildu (nacionalistas radicales vascos) o ERC (independentistas radicales de izquierda), supondría acceder a un gobierno inestable. Sánchez insiste en recordar a los partidos constitucionalistas que la mejor solución para un Ejecutivo estable sería su abstención.

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