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Dilema de China ante menor tasa de natalidad

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Una ciudadana china pasea con su hijo. Ahora, hay preocupación por la natalidad. Foto: Reuters

Problema demográfico

Es el país con más población en el mundo; promueven soluciones en el legislativo.

Una de las propuestas reiteraría las sanciones financieras para los bebés nacidos fuera del matrimonio. Otra reduciría la edad legal para casarse. Otras prohibirían la discriminación en el lugar de trabajo a las mujeres que ya son madres.

La sesión anual del Congreso Nacional del Pueblo -la legislatura de China- habitualmente es un evento formal que tiene el propósito de engrandecer al gobierno del Partido Comunista, aunque este año ha producido una oleada de propuestas para abordar con lo que expertos y funcionarios del gobierno reconocen como una crisis demográfica amezanadora causada por el pronunciado declive de la tasa de natalidad.

Las ideas que plantean funcionarios, empresarios y actores regionales reflejan la profundidad de la preocupación que suscita este problema, pero también el hecho de que aún no hay un consenso claro sobre qué debería hacer el gobierno.

China sigue siendo el país con la mayor población en el mundo, con casi 1.386 millones de habitantes.

La diputada Huang Xihua, incluso llegó a proponer una enmienda a la Constitución con el fin de eliminar todas las restricciones a la planificación familiar, que hasta 2016 fueron tristemente célebres por prohibir que las familias chinas tuvieran más de un hijo.

“La razón por la que tantos diputados están presentando propuestas es que la tasa de natalidad ha disminuido durante dos años consecutivos”, indicó He Yafu, demógrafo y autor de un libro sobre el impacto de los controles a la natalidad en China, quien ayudó a Huang a formular su propuesta. “Ya no hay razones para limitar los nacimientos”.

Al menos hasta ahora, el gobierno no ha dado señales de querer renunciar a su enfoque de mano dura en cuanto a las políticas sociales ni a la inmensa burocracia que aún aplica leyes de planificación familiar.

Durante más de tres décadas, China implementó la política de “hijo único” imponiendo multas, entre otras medidas. El gobierno cedió después de que expertos previeron los problemas demográficos que el país sufre.

En la actualidad, casi todas las familias pueden tener dos hijos, pero la explosión de natalidad que se esperaba nunca sucedió. En los últimos dos años, los nacimientos han disminuido de manera vertiginosa, con una reducción del 12% en 2018. Esta tendencia ha suscitado advertencias cada vez más graves de que China se enfrenta a una población que envejece y a una fuerza laboral menguante que deberá sustentarla durante las próximas décadas.

Puede que el debate en el congreso sea una señal de que se avecinan cambios en los próximos meses. Algunas de las propuestas podrían servir como pruebas experimentales para evaluar o moldear la opinión pública, sobre todo en torno a temas delicados como el matrimonio y la igualdad de género.

Otros planteos se han enfocado en ofrecer incentivos a las familias con hijos, por medio de exoneraciones fiscales, subsidios o un gasto público mayor en escuelas y servicios.

Si bien el Congreso Nacional del Pueblo, en gran medida ceremonial, es el que ratifica en definitiva las nuevas leyes, los ministerios son los que redactan y presentan las propuestas a los diputados para que las aprueben, por lo general, después de meses o años de consideración. Aún está por verse cuál de las propuestas implementará el gobierno, si es que acepta alguna. Por ejemplo, Huang, ya hizo planteos antes sin resultado.

escenario

Reconocer nacimientos fuera del matrimonio

La propuesta que ha captado más la atención fuera del Gran Salón del Pueblo, donde se celebra el congreso, busca eliminar las restricciones legales a los niños nacidos fuera del matrimonio. Aunque, nominalmente, la ley en China les otorga a los hijos de madres solteras los mismos derechos que a los demás, las madres pueden estar sujetas a multas u otras sanciones.

Por ejemplo, en muchas provincias, un niño puede recibir un permiso de residencia -conocido como hukou- solo si el matrimonio de sus padres está registrado. En otras, se les solicita a los padres solteros que paguen una cuota de “mantenimiento social” para cubrir el costo de los servicios públicos que recibe su hijo, básicamente, un impuesto.

En una sociedad conservadora como la china, las madres solteras siguen siendo blanco de estigma, quizá menos que antes. Un cambio en la ley también podría afectar a las mujeres solteras que deciden tener hijos por su cuenta mediante la inseminación artificial, ya sea en China o en el extranjero. La propuesta de Huang eliminaría todas las limitaciones legales a esta práctica.

“Darles un hukou a los niños nacidos fuera del matrimonio no es una forma de motivar la maternidad en la soltería”, dijo Huang en una videoentrevista para un sitio web chino, “sino de proporcionarles la protección de sus derechos”.

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