CAMPAÑA
Más de 80 millones de personas se encuentra desplazada de su hogar y país en todo el mundo. El COVID-19 tampoco perdona y los refugiados son de los grupos más desprotegidos frente al contagio.
La pandemia del COVID-19 está impactando de manera desproporcionada en las poblaciones más vulnerables del mundo: los refugiados, aquellos que piden asilo y fueron desplazados de sus hogares y sus países. Hoy son casi 80 millones de personas alrededor del mundo según información de Médicos Sin Fronteras a El País.
Cada dos segundos, una persona huye de su hogar por culpa de la guerra o la violencia. La cantidad de desplazados hoy en el mundo es la mayor en la historia moderna. Se escapan de peligros extremos, de la violencia de pandillas, de los bombardeos y además, ahora, se enfrentan a la pandemia del COVID-19.
Las formas indispensables para prevenir el coronavirus como lavarse las manos, mantener la distancia física o consultar a un médico en caso de presentar síntomas pueden no estar al alcance de refugiados, desplazados y solicitantes de asilo que huyeron de sus hogares y actualmente viven en campos de refugiados, tiendas de campaña o centros de detención.
Médicos Sin Fronteras tuvo que adaptar sus programas mundiales frente a la pandemia del COVID-19. Brindan asistencia humanitaria a comunidades vulnerables en más de 70 países, para hacer frente al nuevo coronavirus. La respuesta de MSF se centra en tres prioridades principales: apoyar a las autoridades para brindar atención a los pacientes con COVID-19; proteger a las personas vulnerables y en riesgo; y mantener en funcionamiento los servicios médicos esenciales.