UN PAÍS EN DEFAULT

En 2016 las ventas uruguayas a Venezuela no pasaron de 49 millones de dólares lo que supuso un derrumbe respecto a 2013 cuando habían llegado a 449 millones de dólares.

En épocas de petróleo caro, Venezuela pagaba y muy bien productos lácteos pero ahora todo cambió.

A Conaprole, la principal exportadora láctea de Uruguay, Venezuela nunca le pagó mercaderías por 39 millones de dólares, en tanto que a la avícola Tres Arroyos le adeudaba el año pasado 12 millones dólares.

Venezuela sí saldó, con muchas demoras, sus obligaciones con las empresas lácteas Pili, Claldy y Calcar.

En 2015 Uruguay había firmado un convenio con Venezuela para enviarle soja, arroz, pollo y productos lácteos pero fue un fracaso y, en los hechos, quedó sin efecto debido a los incumplimientos venezolanos.

Las mencionadas no son las únicas deudas de Venezuela. Desde 2016 la Unión de Exportadores está gestionando el cobro de varias empresas (laboratorios, fábricas de transformadores, de pintura y de neumáticos) por unos 75 millones dólares.

El canciller Rodolfo Nin Novoa planteó a su colega venezolano, Jorge Arreaza, la necesidad de que el país caribeño cumpla con sus obligaciones.

La situación en Venezuela y la relación del chavismo con sectores de la izquierda uruguaya ha sido motivo de polémica y división en el gobierno y el Frente Amplio. Por ejemplo, en agosto pasado, cuando Uruguay apoyó en el Mercosur la suspensión de Venezuela del bloque regional por la ruptura del orden democrático por parte del régimen de Nicolás Maduro, hubo malestar en los sectores frenteamplistas más afines con el chavismo, como el MPP del expresidente José Mujica y los comunistas. En cambio, los grupos identificados con la línea del ministro de Economía, Danilo Astori, apoyaron al gobierno.