Río de Janeiro

La fiscalía brasileña desarticuló ayer martes una milicia parapolicial de la zona oeste de Río de Janeiro, cuyos líderes podrían tener vínculos con el asesinato de la concejal Marielle Franco, en marzo del año pasado.

Entre los trece cabecillas con mandato de prisión se encuentran el policía militar Ronald Paulo Alves Pereira, que figura entre los cinco capturados, y el excapitán del Batallón de Operaciones Especiales (Bope) Adriano Magalhães da Nóbrega, aún prófugo. Según la prensa, ambos habían sido interrogados como testigos en la investigación del asesinato de Franco, que avanza bajo secreto de sumario.

La operación de ayer, apodada "Intocables", se centró en una sofisticada organización criminal que actúa desde hace varios años en la región de Jacarepaguá, zona oeste de Río de Janeiro, practicando todo tipo de actividades ilícitas, entre ellas apropiación de tierras, venta clandestina de inmuebles, recepción de cargas robadas, extorsión de habitantes y comerciantes, porte ilegal de armas, detalló la fiscalía.

Se trata de una organización que las autoridades presumen pueda estar también vinculada con varios asesinatos en la región.

Marielle Franco, una concejal de 38 años conocida por su defensa de las minorías y sus críticas contra la violencia policial en las favelas, fue acribillada a balazos junto a su chofer Anderson Gomes el 14 de marzo del año pasado, en el centro de Río de Janeiro.

El caso conmocionó a Brasil y generó masivas protestas clamando una resolución del crimen.

En diciembre, el secretario de Seguridad Pública de Río de Janeiro, Richard Nunes, afirmó al periódico O Estado de S.Paulo que el doble asesinato estaba relacionado con el papel de Marielle en comunidades controladas por grupos parapoliciales.