El campo de refugiados palestinos de Al Yarmuk en Siria está al borde del desastre humanitario después de que este lugar del sur de Damasco se haya convertido en un frente de batalla entre el grupo terrorista Estado Islámico (EI) y facciones rebeldes sirias y palestinas, alertaron ayer activistas.

Según el Observatorio Nacional por los derechos humanos en Siria, los milicianos del EI mataron a nueve palestinos que defendían Al Yarmuk, dos de los cuales fueron decapitados.

En los últimos días, el EI logró llegar a pocos kilómetros del centro de Damasco, irrumpiendo en el campo de refugiados. Allí comenzó una batalla con grupos palestinos que se oponen al presidente Bashar Asad y que desde hace dos años son asediados dentro del campo, donde viven 18.000 civiles.

El Observatorio sirio para los derechos humanos acusó al gobierno de Asad de lanzar bombas y "barriles" explosivos contra el campo en un intento de rechazar la avanzada de los yihadistas hacia la capital.

Los combates agravan la precaria situación que ya existía en el campo, donde en los dos últimos años han fallecido 170 personas por la falta de alimentos y medicinas. Unos pocos cientos de personas consiguieron escapar del lugar.

La situación en Al Yarmuk es "totalmente catastrófica", según aseguró la ONU, que exigió que se permita la entrada de ayuda humanitaria para los civiles atrapados.

"Desde hace seis días sufrimos escasez de alimentos y de agua. Para obtener agua potable hay que caminar hasta el distrito de Yalda en medio de zonas donde hay enfrentamientos", dijo a Efe por Internet el activista Mohamed Ahmed, del Centro de los Mártires de Al Yarmuk, desde el interior de campo.

Un camino lleno de riesgos porque al intercambio de fuego de artillería entre las partes enfrentadas se añaden las balas de francotiradores y los barriles de explosivos arrojados por la aviación del régimen sirio.

El miércoles, el EI inició una ofensiva por el control de Al Yarmuk, del cual ya ha tomado el 90% de su superficie y se enfrenta a la organización Aknaf Beit al Maqdis, una facción palestina opuesta al Gobierno sirio, a la que se han sumado varios grupos rebeldes, como el Ejército del Islam.

En tanto, insurgentes islamistas liberaron ayer a 300 hombres kurdos en el norte de Siria que habían sido capturados el domingo, dijo un funcionario local.

Nawaf Khalil, portavoz del partido kurdo PYD en Europa, dijo a Reuters por teléfono que los "hombres fueron liberados por los grupos militantes islámicos que los retenían".

Funcionarios locales habían dicho que el Frente al-Nusra, brazo de al Qaeda en Siria, era responsable del hecho, pero la organización mantiene silencio sobre esta acción.

Idris Nassan, un funcionario del cantón Kobani en Siria, informó que los hombres fueron secuestrados mientras viajaban desde la localidad de Afrin hacia las ciudades de Alepo y Damasco.

"Dejaron a las mujeres y a los niños, pero secuestraron a 300 hombres y personas jóvenes", añadió.

La milicia kurda y los insurgentes islamistas han estado combatiendo en Siria durante los cuatro años que ya lleva la guerra civil. Algunos fundamentalistas islámicos de Siria consideran que los kurdos son herejes.

Los milicianos del Estado Islámico arrasaron por completo, el día de Pascua, la iglesia de la Virgen María en el pueblo cristiano sirio de Tel Nasri.

El edificio era el símbolo de una fuerte comunidad cristiana arraigada desde hace casi dos milenios en la zona. Más de 300 de sus miembros, incluyendo mujeres y niños, fueron secuestrados por los yihadistas.

Una niña de 8 años fue raptada en el barrio de al-Qadam, en Damasco, y según denuncias le fue extirpado un riñón antes de ser liberada, en un hecho vinculado al tráfico de órganos en Siria. La denuncia fue hecha por ARA News (agencia sostenida por la fundación holandesa Free Press Unlimited), tras el testimonio de la madre, Nadia Kamal.

Según su relato, después de 10 días de búsqueda la familia recibió un llamado anónimo con instrucciones para recuperar a la niña. La visita médica, siempre según el testimonio de la mujer, confirmó que a la niña le fue removido un riñón.

Según ARA News, en los últimos meses en Damasco el secuestro de niños y el tráfico de seres humanos se convirtió en un fenómeno común.

El mercado negro de los órganos humanos, en cambio, se agregó en forma reciente al decálogo de los horrores que vive el país, sumido en una guerra civil.

Muhammad Ali, residente del barrio de Rukn al-Din, de Damasco, dijo a ARA News que al menos cuatro niños fueron raptados recientemente en esa zona de la ciudad. ANSA

Refugiados palestinos bajo el fuego cruzado del E.I y fuerzas del gobierno