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Deportaciones ajustadas a ley

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Políticas de Trump irritan a México mientras se disipan dudas sobre deportaciones masivas

Secretario de Seguridad de EE.UU. dice que no serán masivas; tensa discusión con México.

En la Casa Blanca, el presidente Donald Trump le dijo a jefes ejecutivos de empresas estadounidenses que se terminaron los días del trato injusto de México en materia de comercio, inmigración y delitos. "Ustedes ven lo que ocurre en la frontera: de pronto, por primera vez, estamos expulsando a los miembros de bandas criminales", indicó Trump. "Y, es una operación militar".

Sin embargo, en Ciudad de México, su secretario de Seguridad Nacional, John F. Kelly, dijo lo contrario, intentando diluir los temores de una operación militar y asegurando al público que los soldados estadounidenses no serán usados para tareas policiales en la frontera.

"Repito: no se usará a los militares para eso", sostuvo Kelly en una conferencia de prensa junto al secretario de Estado, Rex W. Tillerson. "Por lo menos, espero que la mitad de ustedes lo entienda porque sigue surgiendo en lo que ustedes informan".

Las relaciones de Estados Unidos y México se hundieron hasta su punto más bajo en décadas, con un flujo de anuncios de política y declaraciones de la Casa Blanca, incluyendo la decisión de construir un muro en la frontera, que han enfurecido al público mexicano y dejado a sus líderes buscando la manera de responder.

Pero, no ha quedado claro cuál de las versiones de Estados Unidos surgirá en los próximos meses en la relación con México, si el enfoque más agresivo de Trump o la postura que da más seguridades de Tillerson y Kelly, cuya misión será supervisar varias propuestas que probablemente establezcan antagonismo con México.

"Quiero ser muy, muy claro: no habrá, repito, no habrá deportaciones masivas", afirmó Kelly.

La política definida por el presidente Trump está enfocada a expulsar de territorio estadounidense a los inmigrantes que cometen delitos y buscar una solución, que no será fácil, a millones que están sin permiso en Estados Unidos, pero más allá de violar las leyes de inmigración, trabajan, estudian y no han incurrido en otros delitos.

La visita de los dos ministros estadounidenses a México —dos naciones que comparten una frontera conflictiva de 3.201 kilómetros— hizo poco para resolver las diferencias y contradicciones. Cuatro jerarcas —dos de México y dos de Estados Unidos— aparecieron en una amplia sala con rostros adustos para hacer declaraciones cuidando cada palabra y sin aceptar preguntas. Es la típica escena después de negociaciones duras entre adversarios y no de conversaciones entre vecinos habitualmente amistosos. Ninguno sugirió que hubo acuerdos.

"Dos países fuertes y vibrantes, de vez en cuando, tendrán diferencias", dijo Tillerson.

El ministro de Relaciones Exteriores de México, Luis Videgaray, dejó en claro que algunos decretos del gobierno de Trump, incluyendo la idea de enviar inmigrantes de otros países a México, no son bienvenidos. Videgaray dijo que hay irritación por las nuevas políticas migratorias de Estados Unidos que afectan a unos seis millones de inmigrantes mexicanos en ese país, pero destacó que se acordó continuar el diálogo para superar los agravios y el ánimo negativo que existe.

"Es un hecho, como se puede constatar, que existe en los mexicanos preocupación e irritación ante lo que se percibe como políticas que pueden ser perjudiciales para el interés nacional", dijo Videgaray en su mensaje. "Las diferencias entre México y Estados Unidos subsisten y habremos de trabajar para llegar a acuerdos que sean en el interés de México y los mexicanos como habrá de hacerlo el gobierno de Estados Unidos en el interés de su país, para superar los agravios, para superar los sentimientos negativos que el día de hoy prevalecen más que las palabras".

Más allá de coincidir que la frontera debe ser segura, los dos gobierno tuvieron un punto de acuerdo en la convocatoria a una reunión con las autoridades de Canadá, Colombia y países de Centroamérica, para abordar los problemas de la inmigración ilegal.

"Le advertí que iba a ser difícil".

El presidente Donald Trump, reveló que alertó a su secretario de Estado, Rex Tillerson, de que su viaje a México iba a ser difícil porque es necesario "ser tratados con justicia" por esa nación vecina.

Trump insistió en que el déficit comercial de Estados Unidos con México es de 70.000 millones de dólares anuales, algo "insostenible" y que "no incluye las drogas que fluyen a través de la frontera como el agua".

"No vamos a dejar que eso suceda. No puedo dejar que eso suceda. Vamos a tener una buena relación con México, espero. Y si no la tenemos, no la tenemos", subrayó.

También dijo que sacan del país a pandilleros, narcos y "tipos muy malos" como nunca se vio.

Peña Nieto indicó voluntad de diálogo con respeto.

La voluntad de los gobiernos de México y Estados Unidos de transitar por la vía del diálogo y "con respeto a la soberanía de ambos países", fue destacada por el presidente Enrique Peña Nieto durante su encuentro con los secretarios Rex Tillerson y John Kelly. La Presidencia de México indicó en un boletín que en su reunión con los funcionarios visitantes, Peña Nieto "expresó que el encuentro se da en un momento en el que es muy importante fortalecer el diálogo".

"El mandatario destacó la voluntad de ambos gobiernos de transitar por esta ruta, siempre con respeto a la soberanía de ambos países. El presidente señaló que México negociará de manera integral con un posicionamiento firme y en favor de los intereses de nuestro país", agregó. Peña Nieto reiteró que "la protección de los mexicanos en Estados Unidos y el respeto a sus derechos es una de las mayores prioridades de su gobierno".

Por su parte, el canciller Luis Videgaray informó al presidente de los temas tratados en las reuniones de trabajo con la delegación estadounidense.

Reconoció el profesionalismo y la voluntad constructiva de Tillerson y Kelly como interlocutores.

"Al concluir el encuentro, el presidente Peña Nieto señaló que la presencia de ambos secretarios en México, en esta etapa inicial de la Administración del presidente Donald Trump, acredita el interés de construir una relación positiva que depare mejores condiciones de seguridad, desarrollo y prosperidad para México y Estados Unidos", acotó el boletín. Fuente: EFE

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