ASUMIÓ BOLSONARO

Michelle Bolsonaro, primera dama de Brasil, deja de lado el bajo perfil que la caracteriza

"Agradezco a Dios de poder ayudar a la gente que más lo necesita. Ahora como primera dama voy a ampliar eso y es un gran privilegio poder contribuir y trabajar para ayudar a todos los brasileñosu201d, expresó ayer Michelle Bolsonaro en su primer discurso oficial luego de que su marido, Jair Bolsonaro, se convirtiera en presidente de Brasil. Con esas palabras marcó su impronta, no solo por el contenido, sino porque eligió el lenguaje de señas para brindar su discurso. Un lenguaje que conoce bien y que apunta a la población sordomuda, cuya ayuda es una de sus grandes causas.

Suele ser presentada por los medios de comunicación como u201cla cara opuesta de su maridou201d, quien ha cultivado -al menos hasta ahora- un perfil de hombre duro, combativo e iracundo, ama ser el centro de atención, crear polémicas y ofender a los más variados grupos sociales. Ella, Michelle de Paula Firmo Reinaldo Bolsonaro, de 38 años, rehúye la exposición pública, habla en voz baja y tono suave, siempre con una luminosa sonrisa, y asegura que su misión en la vida es asistir a los más necesitados.

u201cNo sé exactamente cómo lo haré, pero voy a luchar por las personas con deficiencias. Poder ayudar a los demás es algo primordial para mí. Quiero marcar una diferenciau201d, aseguró la ahora primera dama brasileña pocas horas antes de que su marido asumiera como presidente, en lo que fue su primera entrevista televisiva.

Prácticamente hasta el final de la intensa campaña electoral, Michelle de Paula -como le gusta que la llamen- fue un enigma para los brasileños. Apenas había hecho un par de apariciones: en la convención del Partido Social Liberal (PSL) en julio, cuando se lanzó la candidatura presidencial; en un video de Bolsonaro en homenaje al Día Nacional del Sordo, en el que ella tradujo las palabras de su esposo en lenguaje de señas, en setiembre, y dos semanas atrás, en otra grabación con la que Bolsonaro buscó dar una imagen familiar. Más allá de esas apariciones electorales, solo se la había visto en fotos.

Ella explicó que fue porque es tímida, y en el entorno de Bolsonaro se buscó preservarla de la opinión pública y blindarla ante la prensa. Pero quienes la conocen afirman que es ella quien en realidad manda al u201ccapitãou201d en el hogar, que nadie accede a él sin su permiso y que obligó a que todas las visitas políticas que Bolsonaro recibió en su casa dentro de un condominio del barrio carioca de Barra de Tijuca fueran realizadas en el quincho de la residencia.

Pareja

Michelle pasó por algunos trabajos temporales hasta entrar en el Congreso como secretaria. Allí conoció en 2007 a Jair Bolsonaro. El amor nació rápido;poco tiempo después se casaron por civil y en 2013 por iglesia.

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Hija de un ama de casa blanca y un chofer de ómnibus negro, Michelle de Paula nació el 22 de marzo de 1980 en Brasilia. Empezó a estudiar farmacia, pero abandonó al quedar embarazada de un novio, empleado de una empresa de buses turísticos.

Su hija Leticia Aguiar, de 16 años, hoy vive con ella, Bolsonaro y la única hija propia de la pareja, Laura, de ocho.

Después de haber tenido cuatro hijos varones con sus dos anteriores mujeres (tres con la primera, Rogéria Braga, y uno con la segunda, Ana Cristina Valle), Bolsonaro se había hecho una vasectomía, pero como su joven esposa le dijo que quería tener familia con él se la revirtió.

Entre 2006 y 2008 trabajó como secretaria de dos diputados, y fue en el Congreso donde, en 2007, conoció a Bolsonaro. Ambos afirman que fue amor a primera vista; se pusieron de novios y a fines de ese año se casaron por civil. Él la llevó a trabajar a su gabinete, pero una nueva reglamentación que prohibió la contratación de familiares lo obligó a despedirla. Fervientemente evangélica, comparte con el presidente sus valores conservadores (familia tradicional, en contra de los derechos de los homosexuales y del aborto) e influyó mucho en el acercamiento de Bolsonaro -católico- a los líderes evangélicos.

El tono melódico de su voz contrasta con el estilo marcial del marido. Ella tampoco escatima expresiones de admiración por el excapitán del Ejército que se hizo con la presidencia de Brasil.

Jair Bolsonaro u201ces humano, se preocupa por las personas, es un ser maravilloso, quien convive con él sabe que él es asíu201d, decía Michelle en un video difundido por uno de los hijos de Bolsonaro este año.

Familia

Jair Bolsonaro, de 63 años, se casó y divorció dos veces antes de conocer a Michelle, y en esos matrimonios previos nacieron cuatro hijos. Ella tenía también una hija y juntos tienen otra, Laura, hoy de ocho años.

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Nació en Ceilandia, cerca de Brasilia. De origen humilde, fue definida por una tía como una mujer u201cguerrera y con visiónu201d, en reportaje divulgado por un portal nacional. Comparte los posts de Bolsonaro, de sus hijos y de sus principales seguidores, pero también usa la voz propia para respaldar las posiciones del presidente y atacar al Partido de los Trabajadores (PT). u Mantiene su cuenta de Instagram como privada, pero retomó Twitter en octubre. En la foto de perfil se le ve imitando una pistola con la mano, un símbolo popularizado por su marido, partidario de la flexibilización del porte de armas. Por Twitter negó que hubiese ordenado, como se dijo en varios medios, la retirada de símbolos católicos de la residencia presidencial debido a su fe evangélica.

Jair se casó y divorció dos veces antes de encontrar a Michelle, y tuvo cuatro hijos en esos matrimonios previos. Orgulloso de su prole masculina, el ultraderechista llegó a afirmar que tuvo una u201cflaquezau201d cuando concibió a Laura. Bolsonaro dice que cuando ella está en el comando, peleando con las hijas, él u201cni se mete por miedou201d, comentó el pastor evangélico Silas Malafaia.

Quien los casó en una ceremonia en 2013 fue el pastor teleevangelista Silas Malafaia, de la Asamblea de Dios, iglesia a la que ella asistía hasta que Malafaia fue procesado por lavado de dinero y corrupción. Desde entonces, Michelle se cambió a la Iglesia Bautista Actitud, donde iba acompañada por Bolsonaro los domingos. Allí, ella se desempeña como traductora del servicio para sordos.

Fuera de la iglesia también participa voluntariamente de proyectos comunitarios, como un grupo de payasos para hospitales infantiles, así como de campañas para la donación de sangre y distribución de alimentos. De gustos simples -generalmente viste jeans y blusas o remeras-, le encanta ir a los shoppings con sus hijas a comer y admite ser fanática del gimnasio.

Cuando Bolsonaro fue acusado de racista, su cuñado, Diego -soldado del Ejército, igual que el mandatario-, salió a defenderlo y apuntar que aunque su hermana era más clara de tez, tanto él como su padre son bien morenos, mezcla de negros e indios. u201cMe duele todo lo que se ha dicho de Jair, que es fascista, misógino, homofóbico y racista, porque yo sé que él no es nada de esou201d, resaltó.

Elección

El 28 de octubre pasado, Bolsonaro fue electo presidente de Brasil, al ganarle al izquierdista Fernando Haddad. Esa jornada la pareja posó luego de que Jair sufragara en Río de Janeiro.