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Cuba, comunista pero con empresas privadas

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Las últimas reformas de Castro fueron votadas por unanimidad. Foto: EFE
HAB203. LA HABANA (CUBA), 01/06/2017.- Vista general durante la segunda sesión extraordinaria de la VIII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) hoy, jueves 1 de junio de 2017, en el Palacio de Convenciones de la Habana (Cuba). La Asamblea Nacional, el Parlamento unicameral de Cuba, aprobó hoy los documentos económicos del Partido Comunista, que incluyen la última versión de reformas "raulistas" y la conceptualización del nuevo modelo socialista, en el que se reconoce por primera vez la existencia de empresas privadas. EFE/Marcelino Vázquez
MARCELINO VAZQUEZ HERNANDEZ/EFE

Últimas “reformas raulistas” antes de su renuncia en febrero.

Cuba seguirá siendo una isla comunista, con un único partido como fuerza rectora y un modelo de gestión económica socialista. Pero ahora por primera vez reconoce con fuerza de ley la existencia de empresas privadas y permite la inversión extranjera. Es la última versión de las "reformas raulistas", antes de que en febrero de 2018 Raúl Castro, de 86 años, deje el poder, tal como prometió. Estos cambios son parte de los documentos económicos del Partido Comunista aprobados ayer jueves por la Asamblea Nacional, el Parlamento unicameral de Cuba.

Los diputados (asistieron 537 de los 596 que integran el Parlamento) debatieron y ratificaron por unanimidad el plan de desarrollo económico hasta 2030 y los nuevos lineamientos de la política económica para 2016-2021, documentos aprobados en el VII congreso del Partido Comunista, en abril del año pasado.

Un grupo de leyes aprobadas en 2011 permitieron a los "cuentapropistas" o trabajadores autónomos, —que sobrepasan el medio millón en Cuba—, contratar mano de obra, lo que en la práctica derivó en la proliferación de medianas, pequeñas y microempresas privadas, que funcionaron durante años sin la debida personalidad jurídica. Los documentos económicos aprobados ahora por la Asamblea reconocen por primera vez la necesidad de otorgar personalidad jurídica a esas pequeñas empresas privadas, aunque puntualizan su "papel complementario" en la economía, donde debe prevalecer la gestión estatal. "La forma dominante de gestión sigue siendo la propiedad socialista de todo el pueblo sobre los medios fundamentales de producción", aclara el documento.

El presidente estadounidense Donald Trump ha considerado la posibilidad de revertir el deshielo emprendido por su predecesor Barack Obama, al argumentar falta de democracia y respeto a los derechos humanos en Cuba. La Habana ha dicho, por su parte, que no hará las concesiones políticas ni económicas que ha demandado Trump.

"Los documentos aprobados (...) son fundamentos programáticos que reafirman el carácter socialista de la Revolución (...) y el papel que desempeña el Partido como fuerza dirigente superior de la sociedad y el Estado", dijo Raúl Castro, citado por la estatal Agencia Cubana de Noticias.

El Partido Comunista es la organización política "líder" y "única" y "la fuerza dirigente superior de la sociedad y el Estado", según uno de los documentos aprobados.

Los textos hacen referencia al incipiente sector privado como las empresas familiares, pero también se enfocan en los medios de producción y la mayor parte de las tierras agrícolas como "propiedad de todo el pueblo" a través del Estado.

La economía cubana goza aún del auge turístico que siguió el acuerdo de 2014 entre Castro y Obama para mejorar las relaciones bilaterales, pero este no ha logrado compensar la disminución de los envíos de combustible desde Venezuela, su principal aliado socialista, ni la caída de las exportaciones.

Los críticos sostienen que el gobierno debe impulsar el crecimiento emprendiendo más reformas, mientras que los partidarios de la línea dura se resisten y desconfían de la economía de mercado y cualquier cambio que disminuya su influencia en el poder.

Raúl Castro, quien reemplazó en la presidencia a su hermano Fidel en 2008, ha anunciado que renunciará como mandatario en febrero próximo aunque se mantendrá como jefe del Partido Comunista hasta 2021. El primer vicepresidente, Miguel Díaz-Canel, de 57 años, es visto como el candidato de mayor posibilidad para ocupar el cargo que dejará Castro.

El costo de una marcha atrás al deshielo.

Si el presidente Donald Trump da marcha atrás a la mayoría de las regulaciones hacia Cuba impuestas por Barack Obama, eso podría costarle hasta 6.600 millones de dólares a la economía estadounidense hasta 2021 y afectaría a más de 12.200 trabajos, según un estudio publicado ayer jueves por la organización estadounidense Engage Cuba.

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Las últimas reformas de Castro fueron votadas por unanimidad. Foto: EFE

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