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Cuba adelanta un día el "cierre" de la era Castro

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Dos generaciones. Raúl Castro (86), de uniforme militar, y Miguel Díaz-Canel (57), de sombrero, la transición en el poder en Cuba. Foto: AFP

LOS CAMBIOS EN LA ISLA

El miércoles Raúl deja la presidencia y asume Díaz-Canel.

Cuba adelantó un día el inicio de la sesión de la Asamblea Nacional en la que será elegido un nuevo presidente para suceder a Raúl Castro al frente del régimen en la isla. Los nuevos miembros de la Asamblea Nacional del Poder Popular, elegidos en marzo, tenían previsto originalmente celebrar la sesión constitutiva el jueves, pero ahora lo harán mañana miércoles a las 09.00 hora cubana (las 10.00 en Uruguay).

En esta reunión de la Asamblea, una comisión integrada por los 605 diputados someterá a votación una propuesta que incluye al presidente, primer vicepresidente, cinco vicepresidentes y 23 miembros del Consejo de Estado, el máximo órgano dirigente de la isla.

Castro, de 86 años, renunciará como presidente en esta sesión de la Asamblea, luego de completar dos mandatos sucesivos de cinco años cada uno. Lo sucederá el primer vicepresidente Miguel Díaz-Canel, de 57 años.

Díaz-Canel sería el primer presidente desde la revolución cubana de 1959 que nació después de la llegada al poder de Fidel Castro. El régimen busca reemplazar a muchos octogenarios de la vieja guardia.

Raúl Castro, quien asumió formalmente la presidencia hace 10 años de manos de su hermano Fidel, seguirá siendo el jefe del Partido Comunista, el único habilitado en Cuba, hasta el próximo congreso del partido previsto para el año 2021.

Los herederos.

Después de casi 60 años, los históricos de la Revolución cubana dejan por primera vez el mando a una generación que no participó en el alzamiento contra la dictadura de Fulgencio Batista.

Díaz-Canel (Santa Clara, 1960) comenzó su carrera política en su ciudad natal, donde llegó a ser primer secretario del Partido Comunista de Cuba en los tiempos duros de la crisis de 1990, gestión por la que todavía es recordado y alabado.

Este ingeniero electrónico comenzó a despuntar tras ser designado ministro de Educación Superior (2009-2012) y en 2013, elevado al rango de "número dos" del gobierno de Raúl Castro, con lo que se convirtió en el primer cubano nacido después del triunfo de la Revolución en alcanzar ese puesto.

Con Díaz-Canel presidente, se prevé una etapa de continuismo de las políticas de Raúl Castro, que en sus doce años de mandato (los dos primeros de forma interina por la enfermedad de su hermano Fidel) acometió un proceso de "actualización" económica e institucional en el sistema socialista cubano.

El propio Raúl Castro anunció hace años la necesidad de prepararse para el relevo generacional y durante su mandato han emergido otros dirigentes más jóvenes que los "históricos" que han ocupado destacados puestos en el gobierno y el partido.

Entre ellos figura el actual canciller, Bruno Rodríguez (60). Visto como un diplomático serio, leal y confiable, Rodríguez se ha anotado varios tantos con la reanudación de los nexos diplomáticos con Estados Unidos y la firma en 2017 de un acuerdo bilateral con la Unión Europea, que puso fin a la "posición común" que limitaba seriamente la relación entre Cuba y el bloque comunitario.

Otras caras del relevo generacional en las estructuras del poder han sido dirigentes del PCC como el primer secretario de Santiago de Cuba, Lázaro Expósito (63); de Camagüey, Jorge Luis Tapia (55), o de La Habana, Mercedes López Acea.

Con la desaparición de Fidel (1926-2016) y la salida de Raúl, concluye una era en la isla comunista, que desde 1959 siempre tuvo a un gobernante con el apellido Castro, algo que ya no se repetirá según asegura Mariela Castro, 55 años, hija del presidente saliente.

Desde el Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), la miembro de clan Castro Espin con mayor proyección pública ha impulsado cambios en favor del colectivo LGTBI y ha ganado reconocimiento, aunque en varias ocasiones ha negado categóricamente que pretenda buscar la posición que ahora deja libre su padre.

Amnistía espera diálogo y más libertades

Amnistía Internacional (AI) confía que la llegada de un nuevo liderazgo a Cuba abrirá espacios de diálogo, un primer paso para resolver restricciones sobre libertad de expresión y asociación en la isla que repercutirán en otras áreas de los derechos humanos. "Si se pueden resolver las restricciones que hemos visto, por más de 50 años, sobre libertad de expresión y asociación, veremos avances en otras áreas de derechos humanos", dijo a Efe Louise Tillotson, investigadora para el Caribe de AI, coincidiendo con la publicación del informe "Transformar el enfrentamiento en diálogo. Una agenda de derechos humanos para Cuba".

La investigadora señaló que AI tiene "la esperanza de que este cambio en el liderazgo de Cuba, significativo a nivel simbólico e histórico, sea una oportunidad para amplificar el diálogo entre todas las voces".

Calificó la transición como "una oportunidad histórica" para transformar en un diálogo lo que ha sido tradicionalmente una confrontación.

Recordó que la ONG que representa tiene más de 50 años documentando restricciones a la libertad de expresión en la isla, las cuales han ido cambiando, y explicó que en los últimos años se ha hecho uso del Código Penal como una forma represiva, con artículos que no son consistentes con normas internacionales. Se suman a ello las detenciones arbitrarias de corto plazo de personas que son percibidas como opositoras y el control que tiene el Estado sobre el sector laboral para acallar las voces críticas.

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