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La crisis sigue; Rajoy va por la intervención de Cataluña

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Barcelona: mientras las autoridades deciden qué hacer, en las calles se mantiene la tensión. Foto: AFP

OTRAS 48 HORAS

La decisión se oficializa mañana, ante una nueva negativa de Puigdemont.

Barcelona: mientras las autoridades deciden qué hacer, en las calles se mantiene la tensión. Foto: AFP
Gobierno aplicará el 155 el sábado tras rechazar la respuesta de Puigdemont

El presidente español Mariano Rajoy dio ayer jueves un paso más hacia la intervención en Cataluña, en una crisis que amenaza la estabilidad del país y tiene a Europa preocupada. El paso que falta se podría estar dando mañana sábado, en una sesión extraordinaria de Rajoy con su Consejo de Ministros.

Ayer jueves venció el plazo definitivo para que el presidente catalán, el separatista Carles Puigdemont, aclarara si había proclamado la independencia en una confusa sesión celebrada en el Parlamento catalán. Sin responder directamente, Puigdemont afirmó que "si el Gobierno del Estado persiste en impedir el diálogo y continúa la represión, el Parlament de Cataluña podrá proceder, si lo estima oportuno, a votar la declaración formal de independencia que no votó el día 10".

Rajoy no se dio por satisfecho y convocó para mañana sábado un Consejo de Ministros extraordinario para avanzar en los trámites que permitirán intervenir la administración catalana. El gobierno busca aplicar "el artículo 155 de la Constitución para restaurar la legalidad en el autogobierno de Cataluña", señaló un comunicado, en referencia al artículo que permite ejercer las competencias de una autonomía en caso de que esta incumpla la ley.

Una eventual intervención generará fuertes movilizaciones, mientras la incertidumbre sigue impactando en la economía: más de 900 empresas anunciaron que sacarán su sede de Cataluña y el gobierno central rebajó su previsión de crecimiento para 2018 al 2,3%.

UE apoya y Putin opina.

Rajoy viajó ayer a Bruselas para participar en una cumbre europea, donde recibió el apoyo de sus socios de la UE.

Por ejemplo, la alemana Ángela Merkel defendió que la solución a este conflicto "tenga como base la Constitución española". Y el francés Emmanuel Macron aseguró que el Consejo Europeo iba a estar marcado por "un mensaje de unidad" en torno a España.

Antes, el jefe de la oposición socialista española, Pedro Sánchez, que ha respaldado a Rajoy frente a la apuesta independentista, se reunió en Bruselas con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. El apoyo de las instituciones europeas "hoy es más fuerte que nunca", dijeron tras la reunión fuentes socialistas.

En el debate también entró el presidente ruso Vladimir Putin, cuyo país sufre sanciones de la UE por haberse anexionado la península ucraniana de Crimea en marzo de 2014. Refiriéndose a Cataluña, Putin criticó el "doble rasero" de la diplomacia europea frente al fenómeno del secesionismo, e incidió en que si bien los europeos aplaudieron la independencia unilateral de Kosovo, no hicieron otro tanto con Crimea.

Ganar tiempo.

El artículo 155 requiere el visto bueno del Consejo de Ministros y la aprobación del Senado, que podría reunirse a fines de octubre.

El trámite prolongado "permite que los actores tengan más margen de maniobra para una eventual negociación", dijo el politólogo Pablo Simón, mientras Rajoy gana tiempo para "ver si se resquebraja la unidad dentro del bloque independentista y finalmente van a elecciones" regionales.

Los independentistas catalanes alegan que están legitimados para proclamar la secesión por el referéndum del 1° de octubre, declarado inconstitucional, en el que el sí ganó con 90% de los votos pero con una baja participación (43%), según cifras del Ejecutivo catalán.

Diálogo de sordos.

En su carta a Rajoy, Puigdemont lamentó que el gobierno no sea "consciente del problema" y "que no se quiera hablar".

El Ejecutivo catalán busca "deliberada y sistemáticamente, el enfrentamiento institucional", respondió el gobierno de Rajoy, que ha negado la posibilidad de un diálogo mientras Puigdemont no vuelva a la legalidad. Lo que sí ofreció el miércoles fue la posibilidad de no invocar el artículo 155 si Puigdemont convoca elecciones regionales, una opción descartada por el momento.

"El gobierno catalán no convocará elecciones", afirmó el portavoz de ERC (izquierda republicana) en el Congreso en Madrid, Joan Tardà.

El clima se mantenía tenso desde que el lunes fueran encarcelados a la espera de un eventual juicio por sedición dos líderes independentistas, Jordi Cuixart y Jordi Sánchez.

LA CUP

Pequeño partido de ultraizquierda detrás de la crisis

Un pequeño partido de extrema izquierda está detrás de la crisis en Cataluña: la CUP, que reclama la proclamación inmediata de la República catalana y promueve una campaña de "desobediencia masiva". Ante la amenaza del gobierno español de intervenir la autonomía de Cataluña, la Candidatura de Unidad Popular (CUP) ha recurrido a su arma favorita: la movilización en las calles. Con sus diez diputados, la CUP tiene un peso enorme: es clave para que los independentistas mantengan su mayoría (72 de 135).

Para las regionales de septiembre de 2015, la CUP lanzó el eslogan "Vamos despacio porque vamos lejos", y mostraba un spot donde decenas de ciudadanos se unían para empujar una camioneta dañada que representaba el proceso independentista. Obtuvo diez diputados. A partir de ahí, pisó el acelerador. Para el politólogo Joan Subirats, "la CUP tiene claro que cuanta más tensión generes, más problemas en la economía surjan, más preocupación genere en Europa, más presión tendrá el gobierno español para encontrar una salida".

Protagonistas ?

PRESIDENTE DE ESPAÑA
"La unidad de España no es objeto de ninguna negociación". Foto: EFE
 Mariano Rajoy

 El líder del Partido Popular (PP), de 62 años, es el presidente del gobierno español desde diciembre de 2011. Tras las legislativas de 2016, gobierna en minoría con el apoyo del partido liberal Ciudadanos, nacido en Cataluña para luchar contra el secesionismo. El PP es apenas la quinta fuerza política en Cataluña, donde recabó el 13% de votos en las últimas elecciones regionales, en 2015. Rajoy batalló contra el nuevo Estatuto de autonomía de Cataluña aprobado en 2006, que le daba más competencias a la región y la elevaba al rango de "nación". El Tribunal Constitucional lo anuló parcialmente en 2010.

Presidente de Cataluña
Carles Puigdemont, presidente de la Generalitat catalana. Foto: AFP.
Carles Puigdemont 

Experiodista de 54 años, milita por la independencia desde su juventud. Fue propulsado a la presidencia a comienzos de 2016 por la CUP, partido de extrema izquierda. Puigdemont no dudó en criticar el discurso del rey Felipe VI el 3 de octubre. "Así no", le espetó al monarca, que había acusado de "deslealtad" a los dirigentes catalanes. En una confusa sesión del parlamento catalán el 10 de octubre, dijo asumir "el mandato de que Cataluña se convierta en un Estado independiente en forma de República" pero pidió suspender "los efectos de la declaración de independencia".

ESCENARIOS

Elecciones o el peligro de alargar la tensión.

¿Entrará Cataluña en una espiral peligrosa de agitación y represión? ¿O se abocará a la organización de elecciones regionales con la esperanza de volver al punto de partida? Estos son los posibles escenarios.

Intervención.

El gobierno de Mariano Rajoy anunció que buscará volver a tomar el control de la situación con la intervención de la autonomía de la región, una decisión sin precedentes desde el fin de la dictadura de Francisco Franco (1939-1975). De su lado, el gobierno catalán respondería con una declaración unilateral de independencia. Pero, ¿quién la reconocerá? Sus dirigentes podrían ser encarcelados, con riesgo de volverse mártires a ojos de sus simpatizantes.

Elecciones.

Si Puigdemont convoca a elecciones regionales, Rajoy no aplica la intervención. Puigdemont se encuentra entre dos fuegos: dentro de la coalición heterogénea que lo llevó al poder (conservadores, izquierda republicana e izquierda radical), algunos se muestran cautos y otros le animan a seguir adelante con la independencia.

La calle.

España ya vivió en el País Vasco, con 2,2 millones de habitantes, 40 años de agitación en medio del combate por la independencia de la organización terrorista ETA. ¿Puede ocurrir algo parecido en Cataluña, con 7,5 millones de habitantes? En el gobierno español, cuentan con que el cansancio se apodere de los catalanes de producirse una crisis económica inducida por la inestabilidad. Los más afectados darían la espalda a los "radicales". Pero el gobierno catalán podría disponer de una gran base de apoyos.

Presión externa.

Ni Rajoy ni Puigdemont pueden ignorar las presiones del exterior: responsables europeos preocupados, inversores extranjeros, bancos y agencias de calificación. También la batalla se libra en el terreno de la imagen, ya que los separatistas juegan la carta de la "democracia contra la represión de Madrid", mientras el gobierno central se esfuerza por explicar que los derechos de los catalanes no independentistas también han sido violados. (AFP)

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