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Crece la tensión en frontera greco-turca por los refugiados

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Enfrentamientos en la frontera greco-turca. Foto: AFP
A migrant throws a gas canister back to Greek police on the buffer zone Turkey-Greece border, near Pazarkule crossing gate in Edirne, Turkey, on March 4, 2020. - Turkish officials claimed on March 4, 2020 that one migrant was killed by Greek fire on the Turkey-Greece border where thousands of migrants have massed since last week. But on the other side Greece "categorically" denied claims by Turkey that it had fired live bullets against migrants on the border, with several allegedly injured and one later dying. (Photo by BULENT KILIC / AFP)
BULENT KILIC/AFP

CRISIS MIGRATORIA

Miles de migrantes, en su mayoría sirios que huyen de la guerra civil -que comenzó en 2011- y presionan para ingresar a Europa.

En la frontera entre Turquía y Grecia la tensión aumenta rápidamente. Miles de refugiados, en su mayoría sirios que huyen de la guerra civil en su país, pero también los hay afganos e iraquíes, llegan cada día y esperan bajo temperaturas invernales una oportunidad para cruzar a territorio griego y de ahí seguir hacia otras zonas de Europa. En las últimas horas estallaron enfrentamientos entre refugiados y la policía griega.

La situación se ha agravado al punto que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, reclamó ayer miércoles apoyo de la Unión Europea (UE).

Las autoridades turcas afirmaron que un migrante murió ayer por disparos de las fuerzas griegas cuando intentaba cruzar la frontera, lo que Grecia desmintió “categóricamente”.

Un fotógrafo de AFP vio a un migrante con un balazo en la pierna, cuando junto a un grupo de refugiados intentaba atravesar el paso fronterizo de Pazarkule. El grupo lanzó piedras contra la policía griega, que respondió con gases lacrimógenos, mientras se oían disparos y gritos. En un video proporcionado a AFP por el gobierno griego, se ve a policías turcos lanzar granadas contra los policías griegos en los puestos fronterizos.

El líder de un partido antiinmigración sueco, Partido de los Demócratas, acudió ayer a la frontera greco-turca para advertirles a los que intentan pasar que “Suecia está llena”. “Si quieren llegar a Suecia, es una mala idea”, declaró Jimmie Akesson, según un tuit de su partido, que informó del viaje.

Por su lado, el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, dijo que 130.000 inmigrantes han cruzado ya la frontera entre Turquía y Grecia en la región de los Balcanes y deben ser detenidos tan al sur como sea posible.

“No bastará con defender la frontera entre Grecia y Turquía”, dijo Orbán en una conferencia de prensa de los líderes del Grupo de Visegrado, formado por Polonia, Eslovaquia, Hungría y la República Checa.

“Como último recurso (...) defenderemos la frontera exterior de Europa”, añadió.

Turquía acordó en 2016 frenar el flujo de refugiados a cambio de miles de millones de euros, pero ha acusado a la UE de no cumplir.

Erdogan acusó ayer a los países europeos, incluida Grecia, de “pisotear” los derechos humanos al “pegar, hundir los barcos e incluso disparar” a los migrantes que intentan llegar a Europa desde Turquía después de que el gobierno turco abriera su frontera en reacción a la muerte de 34 de sus soldados en un bombardeo del régimen sirio.

Turquía acoge a cerca de cuatro millones de refugiados, y quiere evitar otro flujo migratorio desde la provincia siria de Idlib, el último feudo rebelde que es objeto de una gran ofensiva del ejército sirio.

Cerca de un millón de personas se han visto obligadas a dejar sus viviendas debido a esta ofensiva, apoyado desde el aire por la aviación rusa. Estos desplazados han quedado bloqueados en la frontera con Turquía, y la ONU teme una catástrofe humanitaria.

Erdogan espera obtener un alto el fuego en Idlib en una reunión que tiene prevista hoy jueves en Moscú con su homólogo ruso Vladimir Putin.

Contexto

Turquía, que acoge a más de 3,5 millones de refugiados de la guerra en Siria, ha cerrado hace tiempo su frontera con ese país, evitando que desde Idlib crucen los que huyen de la última arremetida del régimen sirio y que ha provocado uno de los mayores desplazamientos de refugiados desde 2011.

El pasado 28 de febrero al menos 34 soldados turcos murieron en un bombardeo del Ejército sirio en la zona de Idlib. En pocas horas, miles de migrantes sirios que querían pasar a la UE llegaron a la ciudad turca de Edirne, a 1.300 km de Idlib, en la frontera con Grecia.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, amenazó con dejar que los cientos de miles de sirios, muchos de ellos refugiados en Turquía desde hace años, y migrantes de otros países, crucen a Grecia y así avancen hacia Europa.

Erdogan se ha quejado muchas veces de que la UE no cumple el acuerdo de marzo de 2016 por el que Turquía aceptaba controlar el flujo de refugiados a cambio de 6.000 millones de euros para atenderlos.

Desde el impacto de la crisis de refugiados de 2015, la UE no ha sido capaces de consensuar una política de asilo. El discurso de cierre de fronteras se ha impuesto al de la bienvenida y Europa se ha quedado a la espera hasta que los refugiados han vuelto a llamar a su puerta.

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