Publicidad

Abogados de Nahir Galarza piden prisión domiciliaria por miedo a que se contagie coronavirus

Compartir esta noticia
nahir galarza

ARGENTINA

La joven detenida aunque sin fallo firme porque se encuentra en etapa de revisión, está en la cárcel por haber asesinado a fines de diciembre de 2017 a balazos a su novio en plena calle.

Frente al aumento de los casos de coronavirus en Argentina, y luego de la recomendación de la Cámara Federal de Casación de otorgar prisión domiciliaria con monitoreo electrónico a ciertas personas presas, la defensa técnica de Nahir Galarza, condenada a prisión perpetua por el crimen de Fernando Pastorizzo (20) en Gualeguaychú, presentó un pedido de para quedar bajo arresto domiciliario.

Galarza, detenida aunque sin fallo firme porque se encuentra en etapa de revisión por parte de la Corte Suprema, está en la cárcel por haber asesinado a fines de diciembre de 2017 a balazos a su novio en plena calle.

Sentenciada a mitad de 2018, ahora sus abogados, José Ostolaza y Pablo Sotelo, entienden que las condiciones están dadas para este pedido porque no existen "riesgos procesales" y porque tampoco hay peligro de fuga ya que existe arraigo por parte de Nahir "que continúa cursando desde hace 2 años en forma ininterrumpida la carrera de Psicología", según un comunicado de la defensa.

El pedido es para que Galarza cumpla la domiciliaria junto a su familia en Paraná "ante la peligrosidad del coronavirus en las cárceles".

"En el caso de que el Estado abandonase a la joven a su suerte ante la amenaza de morir en la Cárcel de Mujeres de Paraná por la epidemia de coronavirus y, luego, la Corte Suprema revocara el fallo de la justicia entrerriana se entraría en un enorme litigio legal por la falta de garantías constitucionales brindadas a una chica de tan solo 21 años de edad sin haber tenido un fallo firme en vida", aseguran.

Galarza es la mujer más joven en recibir un fallo simple de "prisión perpetua", a los 19 años. Tras asesinar a su novio, Fernando Pastorizzo, quien fue encontrado en una calle de Gualeguaychú con un tiro en la espalda y otro en el pecho, junto a su moto y dos cascos en el suelo, se entregó a la justicia, confesó la autoría y entregó el arma.

En un primer momento la joven declaró que los disparos habían sido accidentales. Luego, una vez presa, desde su defensa buscaron demostrar que ella y Pastorizzo no habían tenido una relación de noviazgo y que la joven había sido víctima de violencia de género. Durante el juicio no se logró comprobar ninguna de estas hipótesis.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad